El presidente del Centro de Panaderos de Merlo, Martín Pinto, manifestó su preocupación por la 750 al señalar que en lo que va del año el consumo de pan se redujo casi a la mitad y la caída en las ventas de facturas y otros productos dulces roza el 70 por ciento.

El duro diagnóstico surgió al analizar los nuevos aumentos que se darán en el sector producto de la desregulación y la suba de todas las materias primas y servicios. De esta manera, el precio sugerido por kilo llegará de los $2.200 a $2.300.

Si el consumo ya viene golpeado, esto puede empeorar aún más la delicada situación de las panaderías: “Desde el 10 de diciembre tenemos 170 panaderías que cerraron sus puertas. Era todos los días de alguna panadería que cerraba su puerta. Ni hablar de las panaderías no registradas. Las pymes de barrio”.

“La gente hoy no tiene un mango en el bolsillo. Perdimos en estos seis meses que ellos dicen tener gloria, un 45 por ciento de ventas en el pan y un 68 por ciento en las facturas y cosas dulces”, expresó Pinto.