El sendero de desinflación que hasta ahora el Gobierno venía mostrando como un logro de gestión se frenó en junio. El IPC que calcula el Indec se ubicó el mes pasado en el 4,6 por ciento, por arriba del 4,2 por ciento registrado en mayo. El mayor empuje provino por el lado de los servicios públicos, a raíz del tarifazo en la electricidad y el gas. Para julio se proyecta un valor similar a junio, lo cual ya define un amesetamiento de la inflación en niveles que si bien son menores al año pasado, siguen siendo muy altos, sobre todo teniendo en cuenta la brutal recesión económica.

Se vislumbra un escenario complicado para el Gobierno de cara a los próximos meses, ya que la inflación se "recuperó" antes que la actividad económica, que sigue por el piso. La eliminación de subsidios a los servicios públicos fue el móvil principal de junio, pero también comenzó a ejercer presión la suba del dólar paralelo en las últimas semanas.

Las grandes anclas de la inflación, que son el ajuste fiscal y la caída de salarios, se mantienen con un alto costo en materia social, y el control sobre el dólar oficial está puesto en duda con el aumento de la brecha cambiaria y las presiones internas, de grandes empresas y el sector agropecuario, y externas, por el lado del Fondo Monetario Internacional, para eliminar el cepo cambiario.

El rango de 4 a 5 por ciento de inflación en el que se está moviendo la economía nacional está bien por debajo del IPC promedio del período enero-noviembre del año pasado, que rondó entre 6 y 12,8 por ciento. Sin embargo, se trata de niveles muy altos en términos históricos. Por ejemplo, el promedio de inflación en 2018 y 2019, años complicadísimos para el gobierno de Mauricio Macri, fue de 3,3 y 3,7 por ciento, respectivamente. El promedio de 2022, en tanto, fue de 5,7 por ciento, y el promedio mensual de 2017, cuando la inflación ya era un problema, fue de 1,9 por ciento.

La diferencia es que en esos casos la actividad económica y los salarios estaban por encima de los valores actuales. Ahora, están abajo y no hay perspectivas de mejora de la economía real, más bien lo contrario.

En seis meses, la inflación acumula un 79,8 por ciento, con lo cual la variación de precios desde que gobierna Javier Milei es del 125 por ciento, tomando en cuenta el pico de inflación de diciembre del 25,5 por ciento, producto de la megadevaluación aplicada en los albores de la gestión libertaria. En la comparación interanual, la inflación es del 271,5 por ciento, por debajo del pico de 289,4 por ciento que tocó en abril.

En un comunicado de prensa, el Ministerio de Economía aclaró que "la inflación núcleo, que excluye los componentes regulados y estacionales, fue de 3,7 por ciento, el menor valor, junto a mayo, desde enero de 2022".

La cartera que dirige Luis Caputo consideró que "la suba en la inflación general respecto a mayo se explicó plenamente por la recomposición en las tarifas de electricidad y gas natural, que se encuentran dentro de los componentes regulados del índice. La dinámica de precios volvió a ubicarse por debajo de lo esperado por los analistas participantes en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA".

Junio

En junio, la división de mayor aumento fue vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (14,3 por ciento), por las subas en las tarifas de electricidad y gas y en alquiler de la vivienda. Para los usuarios que venían recibiendo subsidios, las subas de la luz superan el 100 por ciento, mientras que en el caso del gas, se calcula que el incremento también ronda el 100 por ciento. En el caso de los hogares categorizados como "altos ingresos", el aumento que recibieron fue más moderado.

En el caso del rubro de alimentos y bebidas, la suba en la región gran Buenos Aires fue del 2,2 por ciento, impulsada por pan y cereales, leche y productos lácteos y aceites grasas y manteca. El capítulo de salud se encareció un 4,9 por ciento, por la suba de las cuotas de las prepagas, que ahora están desreguladas, y los medicamentos.

Comunicación subió 5,3 por ciento por el impacto de los servicios de internet y telefonía celular, mientras que el rubro de recreación y cultura lo hizo en un 5,6 por ciento y educación registró un incremento del 5,7 por ciento. En el otro extremo, entre los rubros que menores aumentos anotaron aparecen prendas de vestir y calzado (2,7 por ciento), equipamiento y mantenimiento del hogar (2,3).