Javier Milei debería dejar de usar la etiqueta de libertario. No es lo suyo, porque si leyera la plataforma del libertarianismo original, el creado en Estados Unidos en 1971, se quedaría duro y tendría, como mínimo, que echar a Patricia Bullrich, amordazar a su vicepresidente y purgar a los que cuestionan hasta el divorcio. El libertarianismo es algo más que citar a economistas marginales y extremos.
El primer libertarianismo fue fundado hace 53 años en Colorado por un grupo de amigos que, básicamente, estaba espantado por el gobierno de Richard Nixon. Estados Unidos, entendieron, estaba empantanado en Vietnam y Camboya, armado hasta los dientes por la guerra fría, y gobernado por un presidente corrupto que usaba las agencias del Estado para espiar a su propio país. Estos amigos no eran ni de izquierda ni contraculturales sino lectores de Murray Rothbard, uno de los perros de Milei y otro de los economistas extremistas y marginales.
Pero estos libertarios no eran conservadores ni militaristas, y trataron de entender los duros tiempos que se vivían fuera del marco republicanos/demócratas/ultraderecha/izquierda que se vivía en esos años. Y derecha era el KKK redivivo y las primerias milicias, mientras que izquierda era el Ejército Simbionés de Liberación, los Panteras Negras y los Weathermen. Había fierros.
La idea básica del libertarianismo no es sólo desregular la economía, sino sacarle el Estado de encima a la gente. Estos libertarios creen firmemente que manifestarse en las calles es perfectamente válido y que el gobierno no tiene ningún derecho a reprimir excepto si hay violencia. La colimba es "ilegal y en nada diferente a la esclavitud" y la única justificación de las fuerzas armadas es la defensa nacional. De hecho, los libertarios están entre los más duros críticos de la doctrina republicana de guerra permanente.
La lección que hay que aprender de las intervenciones constantes en otros países es que son un desperdicio "cruel" de vidas, y que nunca logran sus objetivos, dice la plataforma partidaria. "Imaginemos si China tuviera una base militar en Montana, o Rusia en Texas. ¿Qué sentiríamos los americanos al respecto? Nos sentiríamos insultados, oprimidos y enojados. Muchos buscarían oponerse activamente a esas bases. Eso escalaría el conflicto. Es lo que vimos en el Medio Oriente con nuestras bases allá".
Así como se oponen a que la policía reprima por manifestarse en la calle, estos libertarios están en contra de la militarización de la policía, la pena de muerte y que se le quite el derecho a votar a los que estuvieron presos por delitos no violentos. La libertad de expresión, reunión, religión y opinión es absoluta, y ningún gobierno tiene el derecho de hacer inteligencia sobre grupos de oposición.
De hecho, los libertarios "creemos que es inmoral que un gobierno quiera dictarnos qué sustancias podemos consumir, sea tabaco, alcohol, hierbas medicinales, grasas saturadas, marihuana, etc. Estas deciciones son individuales, no del Estado".
"Creemos que hay que terminar la guerra contra las drogas, que es injusta y racista. Millones de personas, desproporcionadamente de color, son detenidas, encarceladas y condenadas porque eligieron libremente consumir algo".
"Cada individuo es propietario de su cuerpo y tiene derechos que otros individuos, grupos o gobiernos no pueden violar. Las personas tienen la libertad y la responsabilidad por lo que consumen por opción y por los riesgos financieros, de salud o vida que asumen".
Ni falta hace decir que si uno es dueño de su cuerpo, el Estado no debería prohibir el aborto. Ni hablar del divorcio.
"La orientación o preferencia sexual, el género o la identidad de género, no pueden tener impacto alguno en la manera en que el gobierno trate al individuo, como ocurre hoy con las leyes de matrimonio, tenencia de hijos, adopción, inmigración y servicio militar. El gobierno no tiene la autoridad de definir, promover, autorizar o restringir relaciones personales, sin que importe el número de participantes. Los adultos son libres de elegir sus prácticas sexuales y sus relaciones personales. Hasta que los gobiernos paren de emitir certificados de matrimonio, estos documentos deber ser emitidos por igual a cualquier adulto que lo solicite".
"El partido libertario apoya la legalización de la prostitución. Afirmamos el derecho de los adultos de proveer servicios sexuales a clientes a cambio de un pago, y de los clientes de procurar estos servicios con trabadores sexuales".
Después de apoyar todas las prácticas sexuales, incluyendo el poliamor, la plataforma avanza diciendo que los gobiernos tienen la obligación de hacer pública su información interna, "en particular la que desmuestre que funcionarios violaron la ley". Y una para la ministra Bullrich: "Nos oponemos a cualquier uso de la tortura o cualquier castigo cruel e inusual. Sin excepciones".
En materia de economía, los libertarios originales son tan anti estado como se pueda imaginar. Como para irritar a Milei, sin embargo, una de sus bases es la abolición de los impuestos y la completa libertad de migración: "la libertad económica demanda el movimiento irrestricto del capital humano, igual que el financiero, a través de las fronteras".
Los libertarios originales entendían la economía a un nivel que nuestro actual presidente no puede o no quiere entender, como lo demuestra la presencia prominente del Toto Caputo y de Federico Sturzenegger en su gabinete. "La economía actual no es libre, es un capitalismo de amigos que es responsable por la mayoría de los problemas que algunos quieren colgarle al capitalismo", dice la plataforma.
"El mercado libre provee tremendas oportunidades a personas de cualquier origen, intereses y habilidades. El capitalismo de amigos beneficia sólo a los ricos, a los poderosos y a los intereses especiales que saben cómo influenciar a los políticos".
En fin, que eso nunca lo mencionan nuestros zoncitos locales de LLA. Debe ser porque los desmarcaría de lo que verdaderamente son, neoliberales, nietos de Martínez de Hoz. El Partido Libertario parece opinar lo mismo, que por algo venden el buzo de la foto, con un Milei en pose y la frase, así en castellano, de ¡Afuera!