Desde Rosario

El punto número siete del Pacto de Mayo, que garantiza el compromiso de las provincias argentinas para avanzar en la explotación de los recursos naturales del país, mantiene en alerta a las organizaciones ambientales de la ciudad de Rosario y la región. 

Desde la Multisectorial Humedales emitieron un comunicado donde cuestionan la posición del gobernador, Maximiliano Pullaro, por acompañar con su firma una política “que permitirá vender humedales y bosques” del territorio provincial. “Lamentablemente, el cuarto intento de poder sancionar una Ley de Humedales ha quedado trunco otra vez y no tenemos una herramienta legislativa que nos pueda proteger en ese sentido”, señaló Ivo Perugino, referente de la multisectorial, en diálogo con Página/12. “Creo que se vienen retrocesos, pero va a depender de la capacidad de articulación que tenga la sociedad, que hoy no está muy receptiva a la problemática ambiental”, agregó el ambientalista César Massi a este medio.

El papel del gobernador Pullaro

El 9 de julio, el presidente Javier Milei convocó a todos los gobernadores a la firma del Pacto de Mayo en Tucumán. El cónclave tenía como fin que los mandatarios provinciales adhieran a diez consignas “refundacionales” que puedan sostenerse en el tiempo, independientemente de las gestiones. No todos los gobernadores asistieron. En el caso de Pullaro, desde el primer momento supeditó su participación a la incorporación de dos temas que considera clave: la educación y la producción del interior del país. Como el primero de los puntos fue contemplado, finalmente el mandatario asistió al evento. Pero el séptimo punto es el que despierta la preocupación de las organizaciones ambientalistas de la ciudad: “El compromiso de las provincias argentinas de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país”.

En ese marco, este viernes la Multisectorial Humedales de Rosario emitió un comunicado donde sostienen que ese apartado “corre de un soplo” cualquier discusión que pueda darse respecto a la protección del territorio para adaptarse a un contexto de cambio climático. “Desconocemos qué recursos naturales están en la mira en la Provincia de Santa Fe, pero sospechamos que, a fin de ampliar las fronteras agropecuarias, irán por los humedales y los bosques, los cuales cumplen importantes funciones ecosistémicas y albergan biodiversidad. Habrá más quemas, más contaminación, más destrucción”, describen.

El negacionismo climático

Desde ese espacio sostienen que el gobierno es “negacionista del cambio climático” y quiere volver a imponer mitos que ya fueron derribados por la comunidad científica. “El punto siete del Pacto de Mayo, junto al DNU (70/2023), el RIGI de la Ley Bases y el proyecto del gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, para la creación de una agencia que administre y enajene bienes del estado, incluido el amplio sistema de humedal del Delta del Paraná, es el peor escenario posible para afrontar el presente y el futuro a corto plazo”, añadieron.

Ivo Peruggino consideró que las medidas que viene impulsando el gobierno “son un peligro socioambiental” para toda la región. “Se van a habilitar muchísimas más actividades productivas que son incompatibles con la idea de conservación a la cual tenemos que ir de forma urgente porque el contexto nos obliga. A la par de eso, vemos que se viene dando una suerte de persecución y desprestigio contra todas las asambleas territoriales y de los activistas socioambientales”, expresó y agregó: “Lo que más nos preocupa es que ese saqueo se profundice en nuestra región y en nuestro país”.

El activista recordó que la provincia de Santa Fe tiene una extensión de bosques y humedales muy valiosa en la zona del delta del Paraná y en los bajos submeridionales. Uno de los temores de la organización es que, habilitados por un clima de época, quienes generaban los incendios intencionales en la zona de islas entre 2020 y 2022, vuelvan a la carga con su objetivo y las localidades de la región vuelvan a sufrir el humo y la problemática ambiental que genera.

Mucho que perder

“Tanto este año como el que viene, se prevé otra bajante del río Paraná y eso hace que queden superficies de humedal descubiertas y que se quieran usar para tierras productivas. Lamentablemente, el cuarto intento de poder sancionar una ley de humedales ha quedado trunco otra vez y no tenemos esa herramienta legislativa que nos pueda proteger. Y tenemos mucho miedo de que vuelva a darse ese intento por correr la frontera del agronegocio, que busca llevar cada vez más vacas a las islas para sembrar más soja en el continente”, analizó. “En Santa Fe, como en el resto del país, hay mucho para perder si estas cosas avanzan. Y lamentablemente avanzan de la mano de un discurso negacionista”, añadió.

Peruggino se refirió a la intención del gobierno de Entre Ríos de avanzar en la venta de terrenos pertenecientes al humedal, que podrían afectar una zona que impacta también en la provincia de Santa Fe: “El gobernador de Entre Ríos presentó un proyecto para hacer una agencia del Estado, en el cual les incluyen casi 200 mil hectáreas de humedal del delta del Paraná. Que eso quede en manos de privados sería malísimo para los ecosistemas, pero también para los habitantes de la región”.

Antiecologismo expreso

Según Massi, ya era preocupante cuando el año pasado la situación ambiental “quedaba relegada” en función de lo político electo-electoral primero y de lo económico después. En el contexto actual, la preocupación escala un nuevo peldaño: “Ahora hay una decisión de cargarse todo lo que tenga que ver con protección ambiental y tenerlo como bandera política. Se plantea una suerte de enemistad con el ambientalismo y se habilita pasar por arriba todo lo que se pueda destruir para traer dólares”.

En declaraciones a Página/12, el activista ambiental evaluó que además de un nivel de agresividad “muy fuerte”, directamente se baja una línea de confrontación discursiva contra el ambientalismo, que consideró peligrosa: “Todo eso se da en un contexto donde más que nunca tenemos que discutir la cuestión ambiental, porque los hechos lo marcan. Venimos de dos años donde la cosecha falló, primero por la sequía y después por la chicharrita. El país viene perdiendo un montón de guita por tener vulnerabilidad climática, porque la mayoría de nuestras divisas entran por el campo. Entonces es necesario discutir cómo cuidamos eso”.

Massi remarcó que en Santa Fe puede llegar a darse una pelea “con un poco más de igualdad” en relación a provincias y localidades más chicas, donde las comunidades quedan indefensas ante el poder económico y político. “Ya vimos los problemas que tuvimos para defender los humedales, cuando hubo que sentar en una misma mesa a cuatro gobernadores y todo se complicaba. Creo que se vienen retrocesos, pero va a depender de la capacidad de articulación que tenga la sociedad, que no está muy receptiva a la problemática ambiental”, manifestó.