“(El ministro de Seguridad y Justicia de Salta, Marcelo) Domínguez, tomó todas las medidas que tenía que tomar”, sostuvo el gobernador Gustavo Sáenz sobre la detención de dos policías de la provincia que trasladaban 420 kilos de cocaína en un vehículo oficial acondicionado para trasladar a personas detenidas. De esta manera ratificó la continuidad del ministro en el cargo.
En declaraciones a la prensa tras el acto de asunción de las nuevas autoridades del Foro de Intendentes, que tuvo lugar ayer, el mandatario provincial ratificó que estuvo en comunicación con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. La funcionaria nacional no tardó en hacer sus declaraciones vía la red social X: “vamos a seguir de cerca la investigación hasta dar con toda la organización criminal, hasta que no quede ni uno suelto”, alardeó. Aunque en una primera publicación había aludido a la frase “ni olvido ni perdón”, luego la cambió por “implacables contra el crimen organizado”.
Por su parte, el mandatario salteño afirmó que la investigación debe llegar hasta “las últimas consecuencias” para conocer acabadamente la ruta de la droga, el financiamiento de esta operación y los proveedores. Al momento de repudiar la actitud de los policías aclaró sin embargo que “no hay que mezclar a la Institución con esto”.
Hasta el momento se decidió descabezar la Unidad Regional N° 4 de la Policía de la Provincia, que actúa en los departamentos San Martín y Rivadavia, además de la remoción de la totalidad del personal subalterno del Grupo de Intervenciones Conjuntas 4, en el que se desempeñaban los dos policías detenidos.
Para Sáenz, el hecho “también nos sirve para que desde el gobierno central entiendan que precisamos en el norte provincial mayor cantidad de gendarmes, que venimos pidiendo hace bastante, además de controles, radares, y cámaras”, en las zonas de frontera, sostuvo el gobernador.
Pena mínima de 6 años de prisión
Por otro lado, ayer la jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Hernández, dio por formalizada la investigación penal requerida por el fiscal federal Marcos César Romero contra los dos policías detenidos el martes último en un control de ruta de la Gendarmería Nacional.
La imputación es por el delito de transporte de estupefacientes doblemente agravado, por la intervención de tres personas y por la condición de funcionarios públicos de los detenidos. Esta calificación legal tiene como pena mínima seis años de prisión.
También dispuso la prisión preventiva por 120 días de los dos acusados, por considerar que son fehacientes los riesgos de fuga y de entorpecimiento de la investigación. Los policías se negaron a declarar. Además, se ordenaron allanamientos en los domicilios de los detenidos y se autorizaron otras medidas para lograr identificar al tercer ocupante de la camioneta oficial, que iba en la caja y huyó a los tiros cuando el vehículo fue detenido por los gendarmes.
Fuentes judiciales indicaron que esta persona sigue prófuga. Asimismo, añadieron que se investiga a más policías y civiles en relación al transporte de droga.
Hallazgo de la droga
El martes último, a las 7.20, el personal de la Gendarmería llevaba a cabo un operativo de prevención sobre la ruta nacional 34, a la altura del kilómetro 1.466, donde detuvo la marcha de una camioneta Toyota Hilux 4x4, que contaba con un ploteado con la leyenda “Policía, 911 Emergencias”, conducido por un agente y dos acompañantes que dijeron provenir de de Profesor Salvador Mazza.
Según relató el fiscal en la audiencia de formalización de la acusación, al ser consultados sobre su destino, los ocupantes del vehículo oficial dieron una versión contradictoria, primero dijeron que se trasladaban a Aguaray y luego aclararon que iban a Tartagal, ambos municipios del departamento San Martín.
En ese contexto, el gendarme les preguntó qué llevaban en la caja y cuando se asomó a la parte trasera pudo ver a un tercer ocupante en el habitáculo cubierto que tiene el vehículo. Este policía le dijo que la puerta para acceder no se abría y además le indicó que trasladaban cinco neumáticos para hacer el recambio de los correspondientes a esa camioneta.
Romero explicó que en esa situación el gendarme sospechó que se podía tratar de un caso de contrabando y solicitó reiteradamente al conductor que estacionara el vehículo a un costado de la ruta.
Luego de varias maniobras, los efectivos de la Gendarmería lograron abrir la puerta de la caja de la camioneta que estaba trabada y el tercer ocupante pudo descender. Entonces los gendarmes vieron los cinco neumáticos que estaban encima de unas bolsas de arpillera negras y los movieron para poder ver su contenido.
En ese momento el tercer ocupante de la camioneta comenzó a correr hacia el Norte y varios gendarmes lo persiguieron. Cuando uno de ellos logró aproximarse a una corta distancia, el policía sacó un arma de fuego y comenzó a dispararle, sin lesionarlo, pero a raíz de esto pudo escapar.
El fiscal precisó que los gendarmes encontraron al menos ocho bolsas tipo arpillera que contenían cajas en las que había paquetes rectangulares color amarillo, gris y metalizado con una imagen estampada perteneciente a la escudería Ferrari. En esos paquetes, 400 en total, iba la droga, 420 kilos.
Además de la detención de los policías, los gendarmes secuestraron la camioneta Toyota, varios celulares, dos pistolas marca Bersa y una escopeta, más de 70 municiones y documentación de interés.