La ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, se bañó este sábado en el río Sena, a dos semanas del inicio de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en París y la polémica por la calidad del agua para la realización de las disputas de natación en aguas abiertas y el triatlón.
Oudéa-Castera, equipada con un traje de neopreno, nadó durante algunos minutos en una zona marcada por boyas a la altura del histórico puente de Alejandro III. Lo hizo acompañada por el campeón olímpico de pratriatlón y abanderado de la delegación francesa de los Juegos Paralímpicos, Alexis Hanquinquant.
"Fue fabuloso, una felicidad total, fue sido genial", declaró la ministra a la radio RMC al salir del agua. Además, describió que la temperatura del agua estaba "muy buena, a 20 grados".
"Compromiso cumplido", proclamó, en referencia al objetivo de todas las administraciones de lograr que el agua del Sena fuera apta para disputar en ella algunas pruebas olímpicas. Con este gesto, la ministra se adelantó a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que tiene programado bañarse en el Sena el 17 de julio, si la calidad del agua lo permite.
Las aguas del Sena deben acoger las pruebas de natación del triatlón masculino y femenino, así como la del maratón en aguas abiertas en los Juegos Olímpicos y del triatlón de ambos géneros en los Paralímpicos.
Tras una inversión de unos 1.400 millones de euros en sanear el río a su paso por la capital, la calidad de las aguas del Sena era uno de los principales interrogantes de cara a los JJ.OO., que comienzan el 26 de julio, debido a que las abundantes lluvias de los últimos meses había afectado a su salubridad.
Los malos resultados de la calidad del agua y el alto caudal del río provocaron diferentes aplazamientos de los ensayos de la ceremonia de apertura. No obstante, el concejal de Deportes del Ayuntamiento parisino, Pierre Rabadan, anunció este viernes que finalmente, los parámetros entraron dentro de los límites autorizados para la competición.