El día que el gobierno provincial celebró la disminución ostensible de asesinatos en Rosario durante el semestre que pasó, la realidad le puso en el mismo sumario de noticias dos homicidios mafiosos al hilo. Cosa de tener en cuenta que nunca conviene festejar en vísperas ni escupir para arriba. Sin embargo, la estadística denota una tendencia cierta, y la práctica cotidiana confirma el rumbo en el Hospital Clemente Álvarez, donde perciben que este año, hasta ahora, ha mermado la cantidad de pacientes heridos por arma de fuego. De un promedio que rondaba las 40 personas atendidas cada mes, en el último lustro, desde enero observan un marcado descenso de casos, sobre todo en el último bimestre: 13 heridos atendidos en mayo, otros 7 en junio.

La directora del Heca, Andrea Becherucci, reveló que desde enero advierten allí que decreció el arribo de pacientes heridos por arma de fuego. "Hasta 2023 veníamos con el mismo ritmo de los últimos 4 o 5 años, entre 38 y 40 pacientes al mes, en promedio, o 42 en 2021. Pero ya en enero vimos un descenso, en febrero más, y de ahí en adelante. Sobre todo en mayo y junio, que atendimos 13 y 7 pacientes respectivamente", explicó.

En contexto, la reducción de esta clase de casos no significa un alivio para la rutina de un hospital que atiende alrededor de 2000 pacientes al mes. Pero denota que la calle está menos violenta. 

El recorte apunta a los heridos de arma de fuego. Porque en el resto de los casos de violencia urbana la estadística no ha variado gran cosa. La afluencia de pacientes con heridas de arma blanca o golpes se mantiene estable, alrededor de 20 casos por mes. Lo que se advierte entonces es que estos casos generalmente obedecen a un trasfondo de conflictos interpersonales de motivos diversos. Los balazos, en cambio, suelen darse en contextos de organizaciones criminales y economías delictivas.

Durante 2023 apareció en la cuenta de la salud pública el arribo de niños, niñas, adolescentes y mujeres ya como blanco directo o indirecto de la violencia armada en Rosario. Un rasgo que alimentaba ese promedio de 40 pacientes heridos al mes solo en el Heca, y más de 200 asesinatos anuales en el departamento Rosario.

Según Becherucci, la disminución de personas baleadas también hizo que aquel rasgo hoy se haya atenuado. "Descendió ese indicador, y también los heridos de arma de fuego múltiple. En este último mes los casos no fueron tan complejos como en años anteriores", distinguió la directora del hospital.

El Heca atendió en 2023 un total de 439 personas heridas por arma de fuego, con meses pico en el verano: enero (62), febrero (68), marzo (46). Pero en lo que va del año ese volumen se redujo a más de la mitad. Entre enero y junio pasados se habían atendido 102 personas con esa clase de heridas.

A la luz de los hechos, esta profesional hace prevalecer la prudencia a la hora de referir el trabajo que toca en el Heca. Antes de la charla con Rosario/12 leyó la noticia de que el empleado de una distribuidora de Provincias Unidas y Viamonte acababa de ser ejecutado con varios disparos, y que en la noche anterior otro joven había sido ultimado en una emboscada inexplicable, en el barrio La Lagunita.

"Viendo esta información parece bizarro decir que hay menos heridos cuando hubo dos homicidios en la calle, pero también es la realidad. Por eso preferimos hablar con cautela, porque a la noche no se sabe qué puede pasar y cuando ingresan 2 o 3 pacientes a la vez el trabajo desborda", reflexionó.

Becherucci trazó ese análisis en la perspectiva de que "sigue habiendo situaciones sociales complejas, la sociedad está violenta y la presión social se hace sentir en el hospital". 

La tendencia que aflora en la guardia del Heca tiene su correlato en el informe que el Observatorio de Seguridad Pública provincial divulgó esta semana sobre homicidios. 

Rosario registró en el primer semestre del año 58 asesinatos, la cantidad más baja en una década dentro de ese mismo período. Equivale a una disminución de 60,8% de crímenes respecto de la primera mitad de 2023. 

El relevamiento del Ministerio de Seguridad determinó que también retrocedió la incidencia de armas de fuego en cada asesinato. Este indicador cayó 72,3%, según el informe.

En términos de género, la baja en cuanto a muertes violentos se dio proporcionalmente tanto en varones como en mujeres. De todos modos, las víctimas han sido varones en 8 de cada 10 casos. 

Los homicidios ocurridos en contexto de economías ilegales y tensión entre organizaciones criminales descendieron en número respecto del primer semestre de 2023: 67% menos, lo cual las autoridades leen esto como un indicador elocuente de que la pacificación del territorio está –o estaba, después de los dos crímenes consecuetivos entre la noche del miércoles y la tarde del jueves pasado– en marcha.

No obstante, ese contexto criminal sigue siendo el más frecuente en los asesinatos en Rosario: eso está presente en 6 de cada 10 casos. Disminuyó la cantidad de asesinatos en vía pública, pero continúan siendo mayoría, los dos tercios de los crímenes ocurridos en Rosario entre enero y junio.