Casi cincuenta días después de su último partido, el que disputó en la primera ronda de Roland Garros el pasado 27 de mayo, derrotado frente el alemán Alexander Zverev, Rafael Nadal volverá a jugar en el ATP 250 de Bastad, un torneo que disputa por cuarta vez en su carrera y que ha elegido como estación de paso antes de acudir a París, para competir en los Juegos Olímpicos. Su rival en el debut será Leo Borg, hijo del mítico Bjorn Borg, como él invitado por la organización. Nadal es actualmente el 265 en el ránking de la ATP y el sueco, de 21 años, diecisiete menos que él, el 467.

Es la cita de París 2024 uno de los grandes alicientes del tenista balear, siempre comprometido con este evento que irrumpe en el calendario deportivo cada cuatro años. Serán los de Francia los cuartos Juegos que afronta el ganador veintidós Grand Slam en un escenario fetiche en su carrera, Roland Garros, donde ha triunfado en catorce ocasiones.

Acelera en Bastad su puesta a punto Rafael Nadal, de 38 años. Llegó el miércoles pasado y su presencia estuvo acompañada de una enorme expectación. Forma parte el exnúmero uno de uno de los mejores carteles de los últimos años del evento sueco, a pesar de la renuncia del número uno del mundo, el italiano Jannik Sinner, que salió malparado físicamente de Wimbledon. Desechó jugar en Bastad y recuperarse, ya que también el jugador de San Cándido tiene presente la cita olímpica.

Nadal sacrificó Wimbledon por apuntalar su preparación para París. Durante todo este tiempo el manacorí trabajó sin pausa en su Academia, sobre polvo de ladrillo, la misma superficie de Bastad y la misma que tendrá en los Juegos Olímpicos. 

Nadal pretende rentabilizar la invitación que recibió del torneo de Bastad donde había jugado tres veces antes. Debutó en el 2003, con 17 años y volvió un año después. No pasó de los cuartos de final en ambas. La última vez que lo jugó fue en el 2005 y salió con el trofeo bajo el brazo. No volvió a la competición escandinava hasta este 2024 para formar parte de un cuadro plagado de alguno de los mejores del mundo como el ruso Andrey Rublev, el británico Cameron Norrie, el noruego Casper Ruud y el neerlandés Tallon Griekspoor.

El tenista español formará parte del torneo individual pero también del de dobles junto a Ruud. Tiene entre ceja y ceja los Juegos Olímpicos. Y en París aspira al evento de singles y el de parejas en compañía de Carlos Alcaraz.

Bastad es el sexto torneo de la temporada para Nadal, que necesita horas de juego. Solo acumula doce partidos en lo que va de año. No pasó hasta ahora los cuartos de final que logró en Brisbane, su estreno del 2024 donde perdió ante el australiano Jordan thompson y de donde salió dañado físicamente, con un desgarro en un músculo que le impidió jugar el Abierto de Australia. 

Ya no regresó a las pistas hasta el inicio de la temporada de tierra, en el torneo de Barcelona, donde jugó solo dos partidos; ganó al italiano Flavio Cobolli pero cayó ante el australiano Alex de Miñaur. De ahí a la Caja Mágica para jugar el Masters 1000 de Madrid donde mejoró su nivel. Ganó tres partidos, al estadounidense Darwin Blanch, a Alex de Miñaur y al argentino Pedro Cachín. No pudo con el checo Jiri Lehecka, en octavos, aunque mantuvo el tipo con solvencia.

En el Masters 1000 de Roma su presencia fue más breve de lo esperado, aunque cayó ante el noveno jugador del mundo, el polaco Hubert Hurkacz después de haber superado el escollo del belga Zizou Bergs.

La mala suerte en el sorteo evitó la continuidad de Nadal en Roland Garros más allá de la primera ronda. No pudo con el alemán Alexander Zverev, cuarto de la clasificación ATP y que acabó subcampeón. Estuvo cerca de su mejor versión, por momentos. Pero no tuvo continuidad y no pudo con el jugador de Hamburgo.

Ya no regresó hasta ahora. Atravesada la cita del Grand Slam de arcilla, el segundo del curso, su mente se fijó en París, en los Juegos. Desechó Wimbledon. Todo ha sido preparación. Apunta a los Juegos, su gran objetivo, su gran ilusión. Con la retirada al acecho, el balear pretende disfrutar de cada momento en la pista. Bastad es un nuevo reto, una nueva ocasión, donde busca tiempo sobre la pista, momentos de competición.

Los Juegos son siempre un reto especial en la agenda del ganador de veintidós Grand Slam. Debutó en Atenas 2004, con 18 años, en dobles, con Carlos Moyá. Después estuvo en Pekín, donde triunfó. Ganó el oro en individual. Y en Río 2016, donde fue campeón olímpico en dobles junto a Marc López. Las lesiones le apartaron de Londres 2012 y Tokio 2020. Ahora, Bastad. Y después, París.