El organigrama del segundo semestre de la gestión libertaria incluye como tópico central el armado de las listas para las elecciones de 2025. En ese esquema, la provincia de Córdoba está marcada de manera especial por las huestes violetas, ya que consiguió casi el 75% de los votos en la segunda vuelta presidencial. Además del cierre de campaña en 2023, Córdoba fue uno de los primeros distritos donde La Libertad Avanza obtuvo la personería como partido político con el impulso de la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Sorteando algunos vaivenes internos, Gabriel Bornoroni, titular del bloque libertario en la Cámara Baja, quedó ungido como mandamás del espacio político cordobés.

Sin embargo, mientras hace sus primeros palotes en el camino de la política tradicional (¿casta?), LLA está lejos de contar con referentes de peso electoral que permitan hablar de un oficialismo fuerte en Córdoba. El hecho más patente se vio en las elecciones en Río Cuarto, la segunda ciudad de la provincia, donde no hubo candidatos auspiciados por la Casa Rosada. Así y todo, los libertarios clase B metieron un concejal.

Aunque “falta mucho” para 2025, en Balcarce 50 ya sondean la posibilidad de apelar a anabólicos para el futuro bloque cordobés libertario. Descontando buena elección, el bloque liberal agrandará el combo con, quizá, cuatro bancas más. Mucha responsabilidad de esto la tendrían las terminales del PRO en Córdoba ahijadas en Patricia Bullrich. Así, con la diputada Laura Rodriguez Machado a la cabeza, los “halcones” se teñirán de violeta.

Por las dudas, el operativo engorde tiene un par de cartas más bajo la manga. Y bastante conocidas como el diputado de la UCR Rodrigo de Loredo y el senador Luis Juez, dos ex Juntos por el Cambio.

Perinola cordobesa

En el próximo turno electoral, la provincia renueva 9 bancas. Un dato que no pasa por alto es que dentro de ese lote está nada menos que de Rodrigo De Loredo. Pieza vital para la gimnasia legislativa libertaria, el presidente del bloque radical tiene como principal objetivo alinear los barcos para continuar en el candelero parlamentario y alentar un nuevo asalto hacia algún puesto ejecutivo.

Tras dos experiencias fallidas en la búsqueda de la intendencia de la ciudad capital, la última de ellas el año pasado, el ex titular de Arsat no baja las banderas. Sin embargo, las facturas corren en los pasillos del centenario partido. La sobreactuación parlamentaria y la falta de resultados electorales positivos hicieron mella en la otrora figura impertérrita del diputado. La UCR cordobesa se encuentra inmersa en el proceso de renovación de autoridades. En ese marco, el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, aparece como un candidato fuerte para encabezar el comité provincial. Ex jefe de campaña de De Loredo en las legislativas de 2021, un eventual triunfo significará un buen plafón para el diputado en el camino hacia 2027.

Sin embargo, el resto de los núcleos internos mantiene reuniones constantes con la idea de la posibilidad de otras alternativas bajo la premisa de reforzar la línea opositora al gobernador Martín Llaryora y al presidente Javier Milei. Siguen sin tragarse el excesivo personalismo deloredista que, entienden, no los llevo al mejor puerto posible.

Los tiempos marcan que gran parte del asunto debería estar solucionado mucho antes de fin de año.

Una ayuda, un favor

“Juez está muy cómodo donde está. No le ve ningún sentido ir como candidato en el 2025”. Corta. Sin demasiadas vueltas, desde el espacio del verborrágico ex candidato a gobernador se apuran en dar por tierra algún atisbo de posibilidad de verlo en la boleta de medio término.

Por un lado, con dos años por delante en el Senado, el entorno del líder del Frente Cívico se aferra a la utilidad de su posición en la Cámara Alta. Por el otro, buscan cuidar la relación con De Loredo. “No tenemos diputados. Eso está claro. Pero respetamos a Rodrigo, que es nuestro socio”, devuelven.

El link trae reminiscencias a la pintoresca fórmula del 70/30, la ideal para preparar el fernet cordobés. En ella se los presentó como la alquimia perfecta para cortar con casi un cuarto de siglo de peronismo cordobés en la provincia y la ciudad capital. La historia es conocida. La campaña tuvo muchos baits, pero sólo Juez estuvo a poco de cumplir con el objetivo. De Loredo sucumbió en la carrera al Palacio 6 de Julio ante el peronista Daniel Passerini.

El detrás de escena los tuvo a ambos manteniendo indefiniciones que alimentaron versiones en torno a un divorcio que de manera inteligente se encargaron de bloquear con estratégicas apariciones juntos. Y la verdad es que pese a sutiles diferencias, la sociedad continúa. Con altos y bajos, como toda pareja.

Siempre hay uno

No obstante, la puerta no queda del todo cerrada. “Si para el 2025 se arma algo, no como Juntos por el Cambio porque no existe, y hay una necesidad, Juez lo podría considerar”, extiende el interlocutor a este diario. Y con especial remarcación a los potenciales y la condición de extrema necesidad. Es decir que todo se reduce a un pedido expreso de Milei, con el que Juez mantiene una relación personal. “Por el contrario, no tendría problemas de estar y ser jefe de campaña. Hay otras personas antes, respetando la relación con el socio. Luis está en un lugar, el Senado, donde entiende que es más útil”, completan.

Escudados en el mantra clásico del tiempo como aliado, la estrategia libertaria de apuntalar a Córdoba como bastión encuentra dos vías. Una apunta a consolidar a LLA como partido de “casta”, mientras que la otra se recuesta sobre los aliados dialoguistas, más allá de que éstos todavía deben lavar la ropa en casa.

Por suerte “todavía falta mucho”.