La proximidad de un gran evento multideportivo como son los Juegos Olímpicos, suele potenciar y multiplicar la información deportiva, tanto en los días previos como durante las competencias.
Allí, en ese corto espacio de tiempo se conoce algo de la rutina diaria de los deportes llamados amateurs, y se exponen sus problemas de infraestructura y apoyo. Luego, todo vuelve a fluir, en general y lamentablemente, sin muchos cambios.
La previa de París 2024 no ha sido la excepción, y en los últimos días proliferan las informaciones sobre las dificultades para entrenar en el Cenard, de muchos deportistas olímpicos y paralímpicos.
El deterioro del Cenard no es nuevo, ni corresponde solamente a ésta administración deportiva, ya que comenzó hace al menos ocho años y se ha sostenido en el tiempo, quizás a favor de los rumores que hablaron y hablan de su venta y transformación en un negocio inmobiliario.
Sin embargo, también existen otras irregularidades que hoy se conocen públicamente, aunque ya me había tocado denunciarlas hace bastante más de diez años. Las mismas consisten en el cobro a niños y adultos para el uso de la pileta y gimnasios.
Hechos estos aberrantes de transformar lo público en privado, que solamente se pueden hacer con cierta protección politica. Si bien desagradables, las noticias de estos despojos sin castigo aún, son necesarias y bienvenidas.
En deportes, como en toda actividad humana, primero es necesario saber que pasa y también que pasó.
* Ex Director Nacional de Deportes.