Esta semana, el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, junto al ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, encabezó la inauguración de la usina láctea en Colonia Alberdi, una pequeña localidad del distrito de Leandro N. Alem que cuenta con menos de 200 habitantes. La usina permitirá a una cooperativa local procesar hasta 500 litros de leche fluida por hora. Este proyecto no solo se enfocará en incrementar la capacidad de procesamiento, sino también en sumar valor agregado en origen, un cambio que implica una mejora significativa en las condiciones de comercialización de los productos lácteos de la región.

La nueva instalación representó una inversión provincial cercana a los 22,2 millones de pesos y se suma al desarrollo agroindustrial en Colonia Alberdi, un proceso continuo y colaborativo que surgió de manera progresiva en 2018. Todo comenzó a partir de la otorgación de un lote de 30 metros por 50 en la localidad de Colonia Alberdi con el objetivo de concretar la usina. A fines de 2022 empezaron las obras y crearon una sala de elaboración en trabajo conjunto con el Ministerio de Desarrollo Agrario, el Área de Lechería y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), para que la obra cumpliese con las normas vigentes que permitirían la futura habilitación. El espacio cuenta con una sala cuadrada que mide 11 metros por lado, cuenta con dos vestuarios, una oficina, la sala de elaboración, un laboratorio, una sala de máquinas, un depósito y una cámara.

La obra fue terminada en 2023 e inaugurada esta semana y su puesta en marcha permitirá, en un inicio, generar más de una decena de puestos de trabajo que aportarán al desarrollo y a la articulación con el sector productivo locales. Según pudo conocer Buenos Aires/12, en una primera instancia serán seis los productores que abastecerán a las localidades más cercanas y, en una etapa posterior, ir a las ciudades cabeceras y distribuir la leche en la región.

“Se espera que la usina genere un impacto positivo en la dinámica económica de las localidades de la región, generando la posibilidad de mejorar las condiciones de venta de los productores tamberos de la zona y esquemas de abastecimiento local con una leche de calidad y al precio indicado, sin que haya especulaciones y abusos en el precio. Pero sobre todo, mejorar las condiciones de la producción primaria”, aseguró Santiago Boy, coordinador del proyecto y responsable y Constructor del frente Agrario Evita de la Provincia de Buenos Aires.

En cuanto al proceso de inversión, el Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia aportó los bolleros solares para los productores de la localidad y además gestionó, a través de un programa, un camión con frío para la distribución de los productos lácteos. El trabajo comienza con la cooperativa que recolectará la leche de los productores y la transportará hasta la usina donde será transformada en distintos productos que le agregarán valor a la materia prima. Durante el proceso de producción se acopia la leche en un tanque de frío y de éste pasa a un pasteurizador que consiste en un intercambiador térmico de placas que somete a la leche al tratamiento de pasteurización tradicional. Este proceso es una barrera sanitaria, llamada así en homenaje al químico y microbiólogo francés Louis Pasteur, su inventor, que consiste en elevar la temperatura de la leche y para luego bajarla rápidamente, lo que permite controlar la proliferación de bacterias y microorganismos para que su consumo sea más seguro. Además, prolonga la vida útil de la leche y sus derivados y permite el traslado a través de grandes distancias.

“Hay que destacar que esta leche, un litro de leche, que entra al sistema de producción va directamente al sachet. Esto hace que esto, hoy en día, sea un producto diferenciado. Es un litro de leche que entra y que va al sachet. Sin aditivos, sin dilución”, detalló Boy.

Cabe aclarar que el proceso de producción se complementa con un sistema de tratamiento de efluentes que consta de tres biodigestores ubicados en línea y que permiten el tratamiento del efluente. “La leche que entra al sistema, va al sachet, no tiene grandes efluentes, más que el agua de limpieza. Cada vez que se utiliza el equipamiento para esterilizar leche, que va 100 por ciento al sachet, se utilizan alrededor de 400 litros de agua, que es el único efluente que tiene el sistema. Luego de ensachetarse va a la cámara de frío y luego se distribuye y se comercializa”, aclaró el coordinador del proyecto.

Con respecto a la calidad de la leche, la usina cuenta con un laboratorio que será equipado con un LactoScan, que es un laboratorio computarizado, importado de Bélgica. Además, se realizarán análisis a través laboratorios de la zona para certificar cada lote.

Una producción de 500 litros por hora

De acuerdo a lo explicado por Boy, el primer gran desafío será llevar la planta a su máxima producción: “Esta es una usina que tiene una capacidad de 500 litros por hora, es decir, que estamos esperando alcanzar en el transcurso de un año los 5.000 litros por día de producción”.

Si bien por el momento solo se procesará leche, el principal objetivo de cara al futuro es diversificar la producción con algunos productos más y también subproductos. Para eso, proyectan la construcción de un módulo complementario de yogur y también esperan poder fabricar quesos blandos, masa para muzzarella y el propio queso. “Esto pensándolo en plazos, para empezar con alguno de estos productos. Los mismos serán diseños en la cadena productiva que ya se está hablando entre los productores y las pymes que fabrican el equipamiento”, reveló el coordinador del proyecto.

Otro de los grande desafíos que afrontan la cooperativa y la usina es transformar la planta en un centro, es decir, un espacio donde el productor pueda acercarse también para compartir sus inquietudes y mejorar su producción.

El desarrollo del proyecto

Durante 2018, se impulsaron las huertas y se fortalecieron los procesos organizativos en pequeñas localidades, esos procesos se enfocaron en la producción hortícola y el trabajo con los productores locales. Entre 2020 y 2021, ese trabajo avanzó notablemente y registró un crecimiento sostenido que sentó las bases para nuevos proyectos. En 2022, se realizaron las primeras reuniones con grupos de tamberos y por intermedio del municipio de Leandro N. Alem, se adjudicó un predio para la construcción de la usina láctea. Esta obra es resultado de un trabajo conjunto, en el que las cooperativas jugaron un papel clave. La cooperativa La Cuchara junto a la cooperativa de productores de servicios rurales para productores de Leandro Alem, y Sociedad Argentina de Ciencia y Tecnología Ambiental (SACYTA), se convirtieron en los pilares organizativos que, en conjunto con el municipio participaron activamente de la construcción de la planta.

A su vez, el gobierno provincial de Axel Kicillof, a través del Ministerio de Desarrollo Agrario, apoyó el proyecto y proporcionó recursos como los bolleros solares y el manejo de los rodeos en colaboración con el SENASA  y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Además, el Gobierno nacional, presidido por entonces por Alberto Fernández, a través del Ministerio de Desarrollo Social, brindó su apoyo, consolidando así un esfuerzo conjunto que impulsó el desarrollo del proyecto en Colonia Alberdi.

También las pequeñas y medianas empresas (pymes) tuvieron un rol destacable, la empresa TECNAR, ubicada en Santa Fe, jugó un rol fundamental al desarrollar el equipamiento necesario para agregar valor a la producción local. TECNAR diseñó una línea de producción para leche pasteurizada y homogeneizada que se ajusta a las necesidades de la planta.

Este trabajo en conjunto no solo ha permitido la creación de la usina, sino que también aseguró la incorporación de tecnología avanzada, algo que permitió maximizar la calidad y la eficiencia de la producción. Finalmente, en 2023, el proyecto entró en su etapa final y en este mes de julio fue inaugurado como parte de una serie de obras habilitadas en Leandro N. Alem. El acto fue encabezado por Axel Kicillof y el ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez.

A pesar de Milei y sus políticas

“A las ideas del Estado ausente y de la falta de solidaridad que promueve el Gobierno nacional se las puede discutir desde la teoría y los discursos, pero para nosotros hay una manera mucho más eficaz: llegando a Leandro N. Alem con más educación y salud públicas, producción y obras que traen dignidad y mejor calidad de vida”, había expresado Axel Kicillof en referencia a la ausencia del gabinete que lidera el presidente Javier Milei, durante la inauguración de la usina.

Esta apreciación del Gobernador fue recogida por Santiago Boy, quien se refirió al impacto del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), aprobado dentro de la Ley Bases, en la producción local y en las cooperativas: “El RIGI vigente, produce aumento de los costos, de los insumos, de los alquileres e inclusive del dólar. Esto hace que la posibilidad para el mediano, para el pequeño productor, y sobre todo para el productor familiar, sea muy difícil desarrollar la producción mucho más ahora que liberaron las importaciones. Por esta razón, hoy las medidas económicas impulsadas por el gobierno nacional están atentando contra la producción nacional y local”, sentenció y advirtió: “El ejemplo está en que hoy una empresa multinacional francesa compró Ilolay, por ejemplo, que es una empresa de empresarios nacionales. Ese es el proceso de concentración que se va a profundizar”.

En ese contexto, Boy cerró destacando las políticas públicas impulsadas por Kicillof, a través de la labor de Javier Rodríguez: “Promueve esquemas de producción provincial alternativos a un modelo de concentración excluyente, básicamente que lo único que genera es desarraigo, migración, concentración económica, concentración en los grandes centros urbanos y pobreza en la ruralidad”.