El expresidente Alberto Fernández está instalado en la Ciudad de Buenos Aires, pero enfocado en el plano internacional con viajes a distintos países de la región y a España donde están viviendo Fabiola Yáñez y su hijo, Francisco. También se encuentra escribiendo un libro sobre su paso por la presidencia de la Nación, que tiene pensado publicar antes de fin de año, en el que cuenta sobre el día que Cristina Fernández le propuso ser Presidente; el detrás de escena del acuerdo con el FMI y da su versión sobre varios temas picantes, desde la foto de Olivos y la renuncia del exministro de Economía, Martín Guzmán y hasta sobre la campaña presidencial de Sergio Massa, entre otras cuestiones. En su entorno desmienten que Yáñez esté escribiendo un libro o que haya protagonizado una serie --como se rumoreó-- y, quienes lo visitan en el departamento donde vive, ubicado en Puerto Madero, cuentan que se lo ve relajado y con ganas de ayudar a abrirle el paso "a las nuevas generaciones" dentro del peronismo.
En una reunión que Fernández tuvo poco tiempo atrás --ya fuera de la gestión-- con el presidente de Brasil, Luis Inácio "Lula" Da Silva, él mandatario del país vecino le comentó que, para él, el peronismo debía ser el que preserve los lazos internacionales de la Argentina frente al embate y los agravios que provoca el actual presidente Javier Milei. Fernández se tomó en serio la recomendación y continuó con algo que ya hacía desde que dejó la presidencia: sostener el vínculo con presidentes como Pedro Sánchez, de España, Emmanuel Macron, de Francia; Xiomara Castro, de Honduras; Claudia Sheinbaum, de México y Gustavo Petro, de Colombia, entre otros. Más allá de su trabajo personal, el exPresidente piensa que el peronismo debería conformar un "Consejo Internacional del PJ" para llevar adelante esa tarea de forma institucional.
Su licencia a la presidencia del PJ fue aceptada en el último Congreso partidario y, en noviembre de este año, habrá elecciones en el justicialismo. Para Fernández, uno de los que tiene más posibilidades --y ganas-- de ocupar esa silla, es el riojano Ricardo Quintela. Uno de los pocos gobernadores que se plantó como oposición al gobierno de Milei y que, junto con otros cinco, es de los pocos que no firmaron el pacto de Mayo. El expresidente cree que Quintela podría ser el candidato de unidad y que colaborará para que eso ocurra. Otro dirigente que también suena como posible armador dentro del PJ es el exgobernador de Chaco, Jorge Capitanich. Él tiene intenciones de buscar una senaduría en las elecciones del año que viene.
En cuanto a las legislativas, Fernández no se vislumbra como candidato por más que cuenta que algunos dirigentes le han dicho que era necesario "tirar toda la carne al asador", y que, con ese objetivo, CFK sea candidata a Senadora por la provincia de Buenos Aires y él por la Ciudad. "Eso sería quemar el asado", dicen que responde Fernández ante esas ideas y que repite que es momento de abrirle paso a "las nuevas generaciones". En esa línea, quienes lo visitan y conversan remarcan que recuerda una frase de Néstor Kirchner: "Entrar a la política es fácil, lo que es difícil es saber cuándo hay que retirarse", decía.
La semana pasada Fernández publicó una carta en la que explicó por qué no iba a asistir al Pacto de Mayo. Según cuentan en su entorno, el propio Milei lo habría llamado para que participe, así como también habría llamado a Mauricio Macri. Sin embargo, él definió que no lo haría. El exPresidente analiza que el gobierno de Milei está atravesando una crisis económica de la que no podrá salir y que, si bien desea que le vaya bien --como también ha dicho la exvicepresidenta-- no ve que la gestión "libertaria" vaya a conseguir los dólares que necesita para salir adelante. Otro de los funcionarios del gobierno que lo llamó fue Guillermo Francos. Lo hizo luego de asumir como jefe de gabinete. En esa conversación habrían hablado de la AFI y de los riesgos que correrá el Presidente aceptando que la agencia quede bajo su órbita, con los objetivos que están planeando.
Otra ausencia que se notó el martes por la madrugada en Tucumán fue la de CFK. Fernández no volvió a hablar con ella, pero tiene amigos en común que la ven seguido. Uno de ellos estuvo con CFK hace unos meses y llevó un mensaje para Fernández. A la expresidenta le habría gustado una entrevista que el exmandatario dio a Pedro Rosemblat el 27 de mayo, y quiso que lo sepa. Sin embargo, cuatro días después, la expresidenta publicó un tweet en el que criticaba al gobierno de Milei, pero arrancaba diciendo "comprobación empírica de ideas que no funcionan y funcionarios que tampoco funcionan". Es decir, volvía a hacer referencia a críticas que hizo durante la gestión del FDT. Eso, subrayan, habría irritado, una vez más, al expresidente. El vínculo entre ellos nunca se recompuso.
A Fernández también le llamaron la atención las últimas declaraciones que hizo el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, en una entrevista con El País de España. Allí dijo que tenía "diferencias" con Axel Kicillof y defendió a Milei cuando opinó que el enfrentamiento con Pedro Sánchez había comenzado por las declaraciones del ministro de Transporte español. "Milei no deja de ser el presidente de mi país, aunque no coincida en casi nada. Ahora, que el ministro de Transporte de España diga que consume sustancias no es el mejor camino para tener mejores relaciones”, había dicho. Luego, en una entrevista que dio en AM750 indicó: “El presidente Milei tiene poder de veto, puede ejercerlo y no hay que enojarse”. "Criticó más a nuestro gobierno que al gobierno de Milei", lo escucharon decir al expresidente con un tono casi incrédulo.
Sobre las rispideces entre MK y Kicillof, Fernández opina que el problema con el kirchnerismo surge "cuando alguien que no lleva ese apellido quiere tomar decisiones". Sin embargo, considera que será difícil que Kicillof sea candidato a Presidente porque tiene varios puntos en contra: está muy ligado a CFK, varios dirigentes del peronismo ponen en duda que él sea peronista y tiene a su cargo la provincia más complicada del país en cuanto a lo económico y social.
Para escribir el libro que publicará antes de fin de año, el exPresidente hizo un repaso de sus cuatro años de gestión. Uno de los momentos de mayor tensión, recuerda, fue cuando renunció Guzmán. Fernández estaba en una quinta cuando se enteró qué estaba ocurriendo. Hacía semanas el ministro le venía pidiendo al Presidente que cambie al secretario de energía, Federico Basualdo --que respondía al kirchnerismo-- y con el que venía teniendo una serie de enfrentamientos por la segmentación y el aumento de las tarifas.
En una conversación que tuvieron Fernández y Guzmán --según cuentan en el entorno del expresidente-- habían convenido que lo cambiarían, pero conversaron que, para hacerlo, debían poner en su lugar a una figura fuerte, con espalda política y trayectoria. Por eso, dicen, se lo propusieron a Aníbal Fernández, que en ese entonces era ministro de Seguridad. Después de un diálogo entre el Presidente y Fernández, en el que discutieron si energía debía seguir siendo secretaría o pasar a ser un ministerio, él habría aceptado bajar su rango para ser secretario, en reemplazo de Basualdo.
Guzmán nunca tuvo esa confirmación y decidió presentar su renuncia durante el discurso de CFK. El entonces Presidente se enteró por la televisión. Hoy en día, Guzmán y Fernández mantienen diálogo y habría sido el expresidente el que medió para que cesen los enfrentamientos entre él y el excandidato a Presidente Sergio Massa por redes sociales. Ese acuerdo de paz, opinan en su entorno, puede implosionar después de la publicación del libro de Massa. Allí habría críticas, no solo a Guzmán, sino también a Fernández.
El exjefe de Estado cree que el tigrense todavía tiene chances de ser Presidente. Se lamenta por los tres puntos que separaron al FDT del triunfo en las elecciones generales y culpa por eso --en parte-- al desdoblamiento de las elecciones que hicieron la gran mayoría de los gobernadores peronistas. Cree que la responsabilidad por ese error es de Eduardo "Wado" de Pedro, que era el ministro del interior, y que tendría que haber evitado la fuga. Desde otros sectores del peronismo le achacan la responsabilidad a él y también al tiempo que el peronismo tardó en elegir quién sería su candidato.