La utilización de la capacidad instalada por parte de la industria nacional se ubicó en mayo pasado en el 56,8 por ciento, informó este lunes el Indec. Este valor implica un fuerte retroceso respecto del 67,8 por ciento que anotó el indicador en mayo del 2023.

El bajo uso de la capacidad de producción es consecuencia de la caída de las ventas en el mercado interno, que es el principal destinatario de la producción nacional. A raíz del deterioro del poder adquisitivo, se deprimen las ventas y entonces las empresas deciden reducir la producción para acomodarse al nuevo contexto recesivo. 

La acumulación de stocks en los galpones por la caída de las ventas tiene su contracara en las máquinas "juntando polvo" y obreros y empleados con menos actividades para realizar. No hay que ser experto para saber que tarde o temprano, esta situación se traduce en una suba del desempleo, ahora facilitada por la nueva desregulación laboral.

Sectores

De acuerdo a los datos oficiales, las principales caídas en la utilización de la capacidad instalada se registraron en las industrias metálicas básicas y en la industria metalmecánica, excepto automotores.

En el caso de la industrias metálicas básicas, capítulo que comprende básicamente a la siderurgia, la utilización de la capacidad instalada de mayo fue del 61,3 por ciento, inferior al 81,7 por ciento de mayo del año pasado. Según datos de la Cámara Argentina del Acero, la producción de acero crudo presenta una caída interanual de 29,4 por ciento.

La metalmecánica registró un nivel de utilización de la capacidad instalada del 45,3 por ciento, cuando hace un año era de 56,3 por ciento. La caída se explica por los menores niveles de fabricación de maquinaria agrícola, a pesar de la mejora de la cosecha, y de aparatos de uso doméstico, principalmente electrodomésticos.

En el sector de alimentos y bebidas, la utilización es del 59,4 por ciento, por debajo del 64,6 por ciento de mayo del año pasado. La merma en la actividad industrial en el sector está fuertemente asociada a la caída del consumo de bebidas, junto al deterioro en carne vacuna, productos lácteos y productos de confitería.

La industria automotriz muestra un nivel de utilización de la capacidad instalada de 45,5 por ciento, inferior al 62,4 por ciento del 2023. Esto se explica tanto por el impacto de la caída de las ventas como por las dificultades para importar piezas, que retrasan los planes de producción de las terminales automotrices. De hecho, prácticamente todas las plantas han venido adoptando planes de suspensiones para evitar la sobreacumulación de los stocks.

Uno de los mayores derrapes se registró en el sector de insumos para la construcción, que está siendo muy afectado no solo por el parate de la obra pública sino también por la incertidumbre en los desarrollos privados, que no escapan a la recesión general.

La utilización de las instalaciones productivas en los materiales para la construcción fue de apenas el 47,2 por ciento en mayo, muy por debajo del 72,7 por ciento del mismo mes del año pasado, como consecuencia, principalmente, de la menor elaboración de cemento.

Por último, los productos de caucho y plástico presentan en mayo un nivel de utilización de la capacidad instalada de 41,6 por ciento, también inferior al registrado en el mismo mes de 2023 (55,9 por ciento), como consecuencia de los menores niveles de elaboración de manufacturas de plástico y de neumáticos.