La Municipalidad de La Plata dio inicio a una nueva etapa en la administración del cementerio local a partir de la designación de nuevas autoridades, la adjudicación de un nuevo osario y el comienzo del proceso de inhumación de los restos humanos correspondientes a más de 13 mil personas que fueron hallados en una situación irregular el pasado mes de febrero. Además, el intendente Alak presentó una ordenanza para establecer un nuevo régimen jurídico que cambie la regulación del camposanto. Para eso, pidió declarar la emergencia en el lugar por 180 días. Maximiliano Tartaruga fue nombrado como director general de la administración del espacio y Eduardo David Araujo Duffy, tendrá la responsabilidad de que el lugar funcione correctamente.

El alcalde platense participó de la primera jornada en la que se re inhumaron algunos de los cuerpos hallados en más de 470 féretros, tras su identificación. Tras la comprobación de la identidad de cada cajón, los ataúdes fueron llevados a tierra y cada parcela fue identificada con una cruz, el nombre y la fecha de defunción. Más tarde, tuvo lugar una ceremonia encabezada por Padre Jorge, quien ofició un responso.

Como parte de las medidas para la regularización de la necrópolis, el municipio aprobó la construcción de un osario, que será el lugar de destino para los restos óseos que fueron encontrados en bolsas de residuos. Estará ubicado en un espacio que delimitan la avenida 137 y las calles 72 y 74. Su incorporación "optimizará el uso del espacio en el cementerio y ofrecerá una solución digna y respetuosa para el destino de los restos óseos", comunicaron las autoridades.

Por otro lado, Alak anunció que presentará ante el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para establecer un nuevo régimen jurídico que ordene el cementerio de manera inmediata. La norma contempla que el departamento ejecutivo realice un censo tanto sobre los espacios del establecimiento como sobre los restos existentes para, a partir de esa información, elaborar un registro digital de acceso público.

Además, según el comunicado difundido por el municipio, la norma hace hincapié en que "la política hacia nuestros fallecidos, por parte del Municipio, la cual deberá garantizar la dignidad en el trato y el respeto al difunto y los deudos, resguardar la oportunidad de entierro digno para todos los ciudadanos y asegurar el respeto por los diversos cultos, religiones, costumbres y creencias".

También se considera la promoción del mantenimiento de la higiene ambiental, el cuidado del valor patrimonial y cultural de las necrópolis y el incentivo para mejorar la calidad de las prestaciones en lo que respecta a los servicios funerarios públicos y privados. A su vez, está previsto que el servicio mortuorio sea considerado una prestación de carácter regular, continua y esencial, que se brinde mediante tecnologías no contaminantes y a través de un manejo racional en el tratamiento y la disposición de los residuos.