Un cielo en mi espalda es una muestra individual de un conjunto de obras realizadas desde 2004 a la actualidad por la artista Roxana Ramos. Los objetos, dibujos, videoperformance y fotografías de acciones e intervenciones en el paisaje que componen la muestra, refieren a ejes diversos sobre los que trabaja la artista. Entre ellos, se destaca su posicionamiento poético frente a las implicancias sociales y culturales del trabajo artesanal (particularmente el de su padre y su madre), las tradiciones heredadas y la metaforización del desarraigo.
En diálogo con Salta/12, la artista visual cafayateña reflexiona sobre la muestra situada en un territorio que no le es ajeno, sino que por el contrario, la vio crecer e inspiró.
-¿Qué significa para vos que esta muestra sea en Cafayate como una retrospectiva desde varios años atrás de tu obra?
-Al ser cafayateña significa mucho para mi porque es la primera exposición individual que hago de un cuerpo de obra que configura una investigación más sólida en mi trabajo. Si bien en 1998 expuse en el Hotel Asturias una muestra de dibujos cuando era estudiante, esta muestra incluye trabajos del 2004 a la fecha. Lo más antiguo que tengo es una serie de fotografías del 2004 justamente que se llama lugareña, que el año pasado fueron premiadas a nivel nacional y que es la primera vez que las voy a exponer acá, y hay obra de todos estos años e incluso obra que hice la semana pasada en Cafayate. Así que tiene de los más antiguo, lo más nuevo, por lo tanto significa casi como una muestra antológica de mis 20 años de trabajo como artista. Mi trabajo tiene muchísimo que ver con el territorio de este pueblo, no solo a nivel del paisaje sus lugares, sus vientos, su sol, sus ambientes, sino también con el trabajo de muchas personas que viven acá, desde oficios familiares hasta oficios de artesanos y artesanas, entre otros, así que está muy vinculado con la realidad social y ambiental de Cafayate.
-¿Con qué se va a encontrar el espectador al visualizar Un cielo en mi espalda?
-Se va a encontrar con una exposición quizás un poco inesperada porque el arte de las artes visuales de estos últimos años no necesariamente transita las disciplinas más clásicas como la pintura y la escultura, en este caso va a ver objetos fotografías, videos, foto-performance, performance. La muestra es como una gran instalación, una gran instalación de muchos objetos con los que trabajo, de fotografías de acciones de videos y de dibujos que también hago con herramientas de un oficio familiar. Es decir que se van a encontrar con una muestra de lo que se podría entender como arte contemporáneo, con disciplinas no muy clásicas, pero donde lo que importa es qué semiosis y qué significado producen en las personas. Entonces el espectador podría ir como con la apertura de simplemente sensibilizarse y pensar qué le provocan estas imágenes. No hay nada cerrado que tenga que interpretar.
-¿La idea es que la muestra siga girando por otros territorios?
-La muestra en realidad ya viene desde antes girando, yo el año pasado hice una exposición individual en Salta, pero ya es una muestra que tiene obras hechas de años anteriores, vengo exponiendo en Buenos Aires en distintos lugares. Entonces, tal y como está la muestra es única y se va a exponer de esta única manera acá, el montaje excepcional porque el Archivo tiene una altura importante que permite obras en altura, que no lo logró en otras salas, por ejemplo, así que la muestra es única en este caso, por su montaje, su disposición y algunos objetos que son recuperados de acá de Cafayate (que) solo se exponen acá y quedan acá, así que no es una muestra que así como está vaya a otro lugar. Eso está bueno que la gente sepa, que cada vez que instalo este tipo de obras, no se repite nunca la manera, y bueno, acá las obras dialogan con el espacio, por eso digo que es una gran instalación, entonces nunca más se la va a ver así tal cual está acá.
En tanto, la directora de Cultura de la localidad vallista, Rosa Aybar, comentó al respecto de la muestra: “Para nosotros, como Cultura Cafayate, es importante poder generar un espacio expositivo y de visibilización en Cafayate, para artistas contemporáneos cafayateños que crecieron en este valle. Ellos en sus obras hablan del territorio, traen poética y problemáticas actuales" de este lugar y la idea es "que puedan no solo presentarlas y difundirlas en circuitos artísticos determinados, sino también puedan estar en contacto y presentarlas en el mismo territorio de donde se generaron. Este encuentro me parece muy rico para la cultura y el arte territorial”.
Un cielo en mi espalda se inauguró el 11 de julio y permanecerá hasta el lunes 5 de agosto en el Centro Cultural Archivo Histórico de Cafayate, ubicado en la intersección de las calles Vicario Toscano y Los Andes.