Brawl in Cell Block 99

La última salvajada del realizador S. Craig Zahler, el mismo de la imposiblemente deliciosa Bone Tomahawk, es este drama social y carcelario que se transforma, de a poco y sin que el espectador se dé cuenta, en un relato de supervivencia física que toma los elementos centrales del cine de acción y los lleva al límite de su depuración. También hay algo del cine de artes marciales clásico y también un poco de videojuego: el presidiario interpretado por Vince Vaughn (un Vaughn seco, serio y muy pelado) debe ir superando pruebas cada vez más dificultosas no en una sino en dos cárceles, si es que desea que alguien muy amado del otro lado de las rejas logre salvar su vida. El tono, sin embargo, tiene poco de fuego de artificio formal y mucho de cierto cine de los años 70: la brusquedad de la violencia es impactante y a una enorme cantidad de huesos rotos Zahler le suma más de una mandíbula literalmente sacada de su lugar en el mundo. Brawl in Cell Block 99 es una de las grandes películas de esta edición del festival y el punto más alto de su sección de medianoche, las imágenes y sonidos ideales para terminar el día bien arriba. Atención con un casi irreconocible Don Johnson como el director de presidio más sádico de la historia (del cine, al menos).


Los chicos punk

La música enciende los corazones y hace mover las cabezas y piecitos, entre otras reacciones fisiológicas y emocionales. Y los documentales sobre música permiten apreciar de otra manera aquello que ya se conoce o bien descubrir mundos que se desconocían por completo. Como suele ocurrir, el Festival de Mar del Plata ofrecerá una buena dosis de rockumentaries (ampliando un poco el concepto de rock, desde luego) en su sección Banda sonora original, destacándose del contingente la reciente Bunch of Kunst, sobre el dúo británico de punk electrónico Sleaford Mods, que viene haciendo ruido desde el lanzamiento de su primer disco, hace ya una década. La directora alemana Christine Franz tuvo un acceso privilegiado a material de archivo y también al presente de Andrew Fearn y Jason Williamson, autores de la música y las letras, respectivamente, de la banda de a dos que, según su propia definición, no se cansa de hacer un electro-punk minimalista para la clase trabajadora. La selección musical marplatense también incluye American Valhalla, documental sobre la creación de ese gran disco tardío en el canon de Iggy Pop llamado Post Pop Depression, y otros títulos dedicados respectivamente a Sepultura y a la local Suarez.


Jean-Luc Godard recuperado

No hay Godard que por bien no venga. Y esta 32° edición del evento marplatense ofrecerá un par de proyecciones de una película escasamente vista. En realidad, se trata de un telefilm, parte de una serie de unitarios producidos a mediados de los años 80 por la tevé francesa. Grandeur et décadence d’un petit commerce de cinema encuentra al autor de Masculino/Femenino trabajando nuevamente junto a Jean-Pierre Léaud, en un relato que parece contradecir al Godard que había experimentado en el formato de video e incluso en la televisión durante la década anterior: aquí la pequeña pantalla catódica es el gran mal frente al cual el cinematógrafo se ve cada vez más empequeñecido. La excusa para las hipótesis godardianas son el casting de un film en proceso que dispara infinidad de conflictos entre el productor, el director (Léaud, desde luego) y una estrella en potencia. Prácticamente imposible de ver desde su televisación original en 1983, este Godard “perdido” acaba de ser restaurado y muchos lo han visto como uno de los mejores títulos del realizador en su etapa post nouvelle vague.


Hong Sang-soo x 2

Uno de los más grandes cineastas coreanos contemporáneos, el prolífico Hong Sang-soo vuelve a estar presente en esta nueva edición del festival marplatense con dos de los tres largometrajes de su autoría estrenados este año en eventos internacionales. Claire´s Camera reúne nuevamente al director de Virgen desnudada por sus pretendientes con la gran estrella del cine francés Isabelle Huppert (la dupla parió hace algunos años En otro país, la única película de Hong estrenada en la Argentina), en un pequeño pero intenso film de cámara rodado durante algunos pocos días en el mismísimo Festival de Cannes. Ejemplo perfecto de la estructura de producción amorosa y casi artesanal típicas del realizador, la otra pata femenina del reparto estuvo a cargo de la modelo y actriz Kim Min-hee, cuya relación en la vida real con Hong (un clásico “affaire extramatrimonial, como solía llamárselo hace no demasiado tiempo) causó bastante revuelo en las revistas de chimentos surcoreanas. Kim también está presente en The Day After, opus crudo y dramático que deja de lado la luminosidad multicolor de la Costa Azul por un monocromo invernal registrado en Seúl. Si la infidelidad en Claire’s Camera es el punto de partida para una serie de encuentros y desavenencias de un tono ligero y amable, en esta otra película las recriminaciones más dolorosas están a la orden del día. Un programa doble insoslayable para los días marplatenses que se vienen, pero que además no está solo. Corea del Sur es uno de los países invitados del festival y estará representado por un puñado de películas recientes cuya variedad de temas, tonos e intensidades no hacen más que demostrar la vitalidad de esa cinematografía, desde la acción adrenalítica con perfume de mujer de La villana, el film de Jung Byung-gil de próximo estreno en nuestro país, al drama histórico visto a través del punto de vista de un taxista en A Taxi Driver, protagonizada por la súper estrella Song Kang-ho, entre otros films industriales e independientes que forman parte de esa sección-homenaje.


La mujer y el monstruo

La película de apertura del festival -que todavía no tiene asegurado un estreno comercial en nuestro país- es la nueva aventura narrativa de Serge Bozon (La France), una relectura extremadamente particular de la celebérrima creación de Robert Louis Stevenson. Madame Hyde permite disfrutar de una nueva aliteración de la figura cinematográfica de Isabelle Huppert, aquí en la piel de una rígida profesora detestada por todo el mundo -alumnos, colegas, administrativos- que una noche recibe un abrasador regalo/maldición del cielo, bajo la forma de un simple rayo. Ni drama ni comedia, ni parodia ni sátira (o bien todo eso junto e inclusive algunas cosas más), el film se propone reflexionar de maneras definitivamente poco ortodoxas sobre la posibilidad real de la transmisión del conocimiento, es decir, sobre el rol más relevante de un docente. Aunque a veces ese conocimiento sea capaz de, literalmente, quemar a una persona por dentro y por fuera.


La nueva cosecha del cine nacional

Con dieciséis películas repartidas en las tres competencias más importantes y una gran cantidad de títulos en la sección Panorama (más las consabidas coproducciones), el cine argentino vuelve a decir presente con mucha fuerza. Algunas de ellas, como las nuevas realizaciones de Ulises Rosell (Al desierto) o Manuel Abramovich (Soldado) –un tenso thriller desértico y también una historia de acercamiento entre extremos, la primera; un documental de observación sobre un joven aspirante a soldado la segunda– ya fueron presentadas hace poco en otros prestigiosos festivales internacionales. En la misma situación se encuentra Invisible, segundo largometraje de Pablo Giorgelli luego de la multi premiada Las acacias. Otras, en cambio, verán por primera vez la luz de un proyector con un público cómodamente sentado en las butacas. Es el caso de Barrefondo, primera película de ficción del documentalista Jorge Leandro Colás (Parador Retiro) o El azote, lo nuevo del prolífico José Celestino Campusano, nuevamente instalado en el sur de nuestro país para un relato que tiene como protagonista a un asistente social y a un grupo “complicado” de estudiantes secundarios. El experimentado experimentador cinematográfico Ernesto Baca presentará Réquiem para un film olvidado, al tiempo que Gustavo Biazzi –experto director de fotografía, entre otros films de la reciente remake de La patota– hará lo suyo con su debut, un coming of age llamado Los vagos y filmado en gran medida en su provincia natal, Misiones. Casualmente, dos películas de la competencia argentina conjuran directa o indirectamente la figura del artista francés Marcel Duchamp, quien supo vivir unos meses en Buenos Aires: Todo lo que veo es mío, de Mariano Galperín y Román Podolsky, imagina con mucha fantasía la vida cotidiana del creador del mingitorio más famoso de la historia, mientras que Los corroboradores, de Luis Bernárdez, incluye su nombre en una lista de posibles conspiradores de comienzos del siglo XX, cuya tarea imposible es la de copiar de pies a cabeza la ciudad de París en Buenos Aires. Tamae Garateguy, por su lado, eleva la apuesta de su anterior Mujer lobo con un thriller erótico de sugestivo título: Hasta que me desates. Imposible nombrar aquí todas las películas nacionales que estarán en exposición, pero vale la pena mencionar el debut de un colaborador frecuente de estas páginas, Fernando Krapp, que caminará por la rambla con la copia de su ópera prima en solitario, El volcán adorado, sobre un hallazgo arqueológico en las montañas salteñas que le permitió aventurarse –según se desprende de la descripción del catálogo– en el terreno del documental de aventuras.