Conocido y vitoreado por crear bellas obras de animación que, además de entretener, invitan a la reflexión de tópicos como ambientalismo o feminismo, los films de Studio Ghibli –con sus raíces echadas en la cultura e historia japonesas– tienen otro mérito sobresaliente: mostrar algunos de los platos más deliciosos jamás dibujados. Sea una tradicional sopa de fideos (léase, ramen) en Ponyo y el secreto de la sirenita, sea una nutritiva vianda típica a base de arroz, pescado y guarnición (bentô) en Mi vecino Totoro, sea una porción de okayu en Princesa Mononoke o espaguetis a la boloñesa en Porco Rosso, siguen las pruebas en cintas como Se levanta el viento o El viaje de Chihiro de que la cocina está realística y bonitillamente presente. Y si ya se les hacía agua la boca a los espectadores con versiones animadas, el apetito se les abrirá de par en par con la propuesta instagrammer de una usuaria ponja, de nombre desconocido, cuya cuenta ha bautizado @en93kitchen.

Allí, la muchacha resuelve tamaña duda: cómo lucirían las comidillas de las películas de Studio Ghibli si alguien las recreara en la vida real. Y de recrear los apetitosos bocados en porciones envidiables se encarga la anónima lady, con resultados encantadores, listos para degustar. “Los films de Hayao Miyazaki, los más aplaudidos del estudio, son ricos en todos los aspectos. Reconocido por su exquisita atención al detalle, también en su tratamiento de los platos, entiende HM el poder de la comida, ligado a emociones como confort, hogar, sensación de seguridad. Por fortuna, la instagrammer @en93kitchen se ha concentrado en replicar lo que le devuelve la pantalla, y sus banquetes devienen pequeñas obras de arte”, se entusiasman desde la web Nerdist, y conforme la propuesta, corren a prepararse un desayuno de panceta y huevos fritos al mejor estilo El increíble castillo vagabundo. Mucho sabor, y larga vida gourmet.