A pesar de que hay tres millones de hogares inquilinos en Argentina (un 17,6 por ciento del total censado en 2022) cuyo peso representa, en algunos casos, más del 50 por ciento del ingreso de los hogares; la Canasta Básica Total (CBT) que calcula el Indec para referenciar el índice de pobreza no contempla la magnitud del precio del alquiler y expensas. La agrupación Inquilinos Agrupados apunta a un "error voluntario" del Indec, pero especialistas aseguran que la dificultad está dada por el criterio estadístico con el que se mide la CBT, que no es una simple suma de los gastos. 

A diferencia de la Canasta Básica Alimentaria, que suma el valor de una determinada cantidad de alimentos que una persona debería ingerir para no ser indigente, la CBT que determina el nivel de pobreza por ingresos no valoriza gastos. Su cálculo determina un promedio de gastos de toda la población en base a una serie de productos y servicios relevados en la Encuesta de Gastos de los Hogares (Engho), que relevan los consumos de la población inquilina y también la no inquilina. Por lo tanto, los inquilinos que leen el número que mes a mes publica el Indec, notan que es mucho más alto para ellos.

A modo de reclamo, la ONG Inquilinos Agrupados publicó una Canasta Inquilina, que incorpora a la Canasta Básica Total el relevamiento de precios de alquileres de hogar realizado por la propia agrupación. "El Estado no mide precios de los alquileres, entonces para elaborar una canasta así debería mirar los contratos registrados en la AFIP, que son muy pocos, y hoy con el decreto ya no es obligatorio registrar los contratos en la AFIP, entonces no tienen datos oficiales", apunta en diálogo con PáginaI12 el presidente de la Federación de Inquilinos Nacional y referente de Inquilinos Agrupados Gervasio Muñoz.

De acuerdo al relevamiento de Inquilinos Agrupados, una persona adulta que vive sola en una casa alquilada necesitó en junio 649.566 pesos de ingresos para no ser considerada pobre, un 129,87 por ciento más que los 282.579 pesos que el Indec relevó para el mismo periodo. De la misma forma, una pareja necesitó 1.052.947 pesos, un 51,47 por ciento más que los 695.144 pesos oficiales. En tanto una familia compuesta por dos adultos y dos menores requirió de 1.507.276 pesos para cubrirla, 72,6 por ciento más que los 873.169 pesos del Indec. Es importante destacar la diferencia, sobre todo, en el caso de los hogares unipersonales, en los que el peso del alquiler es mayor.

"Tuvimos reunión con Marco Lavagna (director del Instituto de Estadísticas y Censos Indec) durante la gestión de Alberto Fernández y nos dijo que si incluyen a los alquileres el nivel de pobreza se les disparaba, que entonces no lo podían sumar", confiesa Muñoz.

PáginaI12 consultó tanto al Indec como a especialistas en urbanismo, que coincidieron en que técnicamente el alquiler sí está incluido en el gasto de los hogares. Pero- como se mencionó anteriormente- por el modo en que se mide, no refleja el verdadero peso de este ítem en los hogares inquilinos. "Es correcto decir que muy probablemente si sos inquilino tu CBT es más alta, pero no es que le tenés que agregar el costo del alquiler promedio a esa canasta, porque hay toda otra parte de la población que no alquila cuya CBT es más baja, y  porque el alquiler sí está contemplado en esa encuesta de consumo -aunque sea una parte-", asegura en diálogo con PáginaI12 el sociólogo urbanista Fernando Bercovich.

"Lo que podrías hacer es generar dos canastas distintas, una para inquilinos y otra para no inquilinos", complementa el investigador del CEPA Juan Pablo Costa, que agrega que "la referencia para que tomar la linea de pobreza tiene que ser una sola". 

Mundo inquilino

El problema metodológico - que se replica en organismos de estadística de todo el mundo- se vuelve cada vez más visible a medida que pasan los años y crece la cantidad de inquilinos, a la par del porcentaje de ingresos que los hogares destinan al pago del alquiler. 

Cantidad

De acuerdo a la organización Tejido Urbano en base al análisis de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), durante el 2023 alquilaban su vivienda unos 3.136.500 hogares. Este guarismo toma mayor relevancia al analizar su evolución. En 2016, había 2.174.200 millones de hogares inquilinos y "los 962.300 nuevos hogares inquilinos no fueron surgiendo de manera uniforme, sino que tiene un claro efecto pandémico", asegura Tejido Urbano. En efecto, el 73 por ciento de los nuevos hogares inquilinos entre 2016 y 2023 surgió luego de la pandemia, entre 2020 y 2023, lo que representa 700.000 nuevos hogares que alquilan su vivienda.

Si bien es un fenómeno representativo de la Ciudad, la problemática se replica (en menor escala) en todo el país. Cerca del 75 por ciento de los inquilinos del país viven en las 5 provincias que, a su vez, mayor población (70 por ciento de los hogares) y relevancia dentro de la matriz económica tienen: la Ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. A su vez, la CABA fue la región del país con menor aumento en el número de hogares inquilinos desde 2016.

Precio

Los inquilinos no solo son cada vez más representativos en la sociedad argentina, sino que el pago del alquiler representa cada vez ás porcentaje de los ingresos. Mientras que expertos en finanzas personales recomiendan que el alquiler no consuma más del 30 por ciento del salario mensual de una persona para evitar comprometer su estabilidad económica; la consultora PxQ calculó que, en el primer trimestre del año se necesitó en promedio el 58 por ciento del salario para alquilar un departamento de dos ambientes en CABA, mientras que en abril se necesitó un 46,4 por ciento.