Desde Roma

Los inmigrantes siguen estando en estos días en las primeras páginas de los medios italianos, aunque no precisamente por sus bondades sino por los abusos y malos tratos que sufren.

Uno de los últimos casos que causó impresión sucedió esta semana. Fue un video que se ha difundió por todas las redes sociales, registrado en el gran estacionamiento donde paran los camiones, cercano a Ventimiglia, ciudad italiana al norte de Italia, a pocos kilómetros de la frontera con Francia.

En las imágenes se ve a un camionero que con una suerte de látigo en mano, hecho con las correas que se usan para atar las cajas o cajones de transporte, le daba latigazos a los migrantes a los que obligaba a bajar de su camión.

Al parecer los jóvenes migrantes, mujeres y hombres todos africanos de Eritrea, se escondieron en el camión para tratar de pasar las frontera y llegar a Francia.

Pero el camionero, al que se escucha gritar en francés, los descubrió y los obligó a bajar a latigazos. En las imágenes se ve a un joven por vez asomado a la puerta posterior del camión mientras el camionero tiene la correa en mano. Algunos, ante la amenaza, vuelven para atrás y rehúsan bajar, pero el tipo sigue insistiendo y los fuerza a descender dándoles luego un latigazo.

Según la reconstrucción hecha por varios diarios italianos, el video habría sido filmado el lunes 15 por otro camionero que estaba en el estacionamiento.

Los jóvenes, que habían pasado la noche precedente en un alojamiento para migrantes de la organización católica Caritas en Ventimiglia, habrían vuelto allí donde contaron lo que sucedió.

Todavía no ha habido más noticias sobre lo que sucederá a los inmigrantes ni lo que sucederá con el camionero. Al parecer la policía está investigando el caso.

Drogas para los migrantes

Otra noticia espeluznante es el “comercio” de migrantes y los negocios ilegales creados en torno a las migraciones, como el descubierto hace pocos días por la Guardia de Finanzas en la ciudad de Pomezia, a unos 30 kilómetros de Roma.

Cinco personas han sido arrestadas acusadas de “favorecer la inmigración clandestina, de corrupción y de tráfico de drogas”, dijo un comunicado de la Guardia de Finanzas.

Algunos de los detenidos, de nacionalidad india, con la colaboración de un empleado público al que corrompían, habían hecho “regularizar” la situación de unos 500 inmigrantes como si fueran legales. Cosa que no era verdad.

Cada persona que quería ser “regularizada” tenía que pagar de 300 a 5.000 euros, según el tipo de solicitud que se hacía a la oficina pública.

Pero peor aún era que la organización que gestionaba todo esto, proporcionaba además dosis de distintas drogas a los migrantes que trabajaban en el Agro Pontino, zona muy agrícola distante unos 90km de Roma. Las drogas aliviaban el cansancio ya que todos ellos debían trabajar hasta 12 horas, doblados sobre el terreno para sembrar o recoger verduras o frutas. En esa zona trabajan sobre todo migrantes de India y Bangladesh.

Los investigadores de la Guardia de Finanzas encontraron cerca de 90 kilos de amapola de opio. El opio es la base de la morfina, que se usa para los dolores muy fuertes, y de la heroína, una de las drogas más peligrosas todavía existente.

El uso de drogas de parte de los migrantes ilegales, que tienen que sufrir el hambre, la sed, el calor, el esfuerzo sin fin, ha sido ya demostrado en investigaciones hechas en otros países, como en Estados Unidos y referidas a latinoamericanos que tratan de entrar a Estados Unidos a través de California, Arizona y Texas. Muchos de ellos usaban drogas para sobrevivir.

En Italia se había hablado mucho de este tema hace algunos años pero después parecía haber pasado al olvido.

Un escandaloso ejemplo fue una investigación realizada por los carabineros del NAS (Nucleo Antisofisticación y Sanidad) que en 2021 descubrieron un médico de Sabaudia (a unos 90 Km de Roma) que fue arrestado y acusado de haber hecho centenares de prescripciones a migrantes que eran trabajadores agrícolas. Según los investigadores se trató de mil recetas hechas a 222 pacientes de nacionalidad india. Las prescripciones eran de fármacos con propiedades dopantes, es decir que potenciaban artificialmente el rendimiento del organismo. Y esto les permitía sobrevivir y trabajar más horas.