7 - QUIZÁS ES CIERTO LO QUE DICEN DE NOSOTRAS

(Chile-Argentina/2024)

Dirección y guion: Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra

Duración: 95 minutos

Intérpretes: Aline Kuppenheim, Camila Milenka, Julia Lübbert, Gerardo Ebert, María Paz Collarte y Macarena Barros, Simón Aravena y Camila Pérez

Disponible en Prime Video y Espacios INCAA

Hubo un tiempo en que las películas recorrían un camino preestablecido de exhibición: primero a las salas, luego al mercado hogareño en formatos físicos, más tarde al cable y su ruta. Un tiempo que dejó de ser hace largos años y que recibió su tiro de gracia con la pandemia, cuando se abrieron múltiples variantes de lanzamiento. La coproducción chileno-argentina Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, por ejemplo, llegó la semana pasada simultáneamente a la plataforma Prime Video y a varias pantallas de los Espacios INCAA, incluyendo el Gaumont, un par de días antes de que se confirmara su selección para integrar la competencia Horizontes Latinos del próximo Festival de San Sebastián. Un esquema extraño para estos pagos. Y extrañeza es, justamente, uno de los tantos sentimientos que invaden a Ximena cuando vuelva a su casa y vea que la espera su hija Tamara.

“Rompiste dos vidrios”, dice la madre poco después de abrazarla con ternura. No hay enojo ni indignación en su tono. Sí una neutralidad mezclada con compasión que podría indicar que Tamara (Camila Milenka) es así: un torrente de imprevisión, una criatura impulsiva que va desmalezando su camino a como dé lugar, incluso cuando eso implique romper los vidrios de la puerta de entrada para abrirla desde adentro porque no tiene llave. Tampoco hay preguntas sobre los motivos del regreso a la casa donde viven Ximena (Aline Kuppenheim), psicóloga de profesión, y su hija menor Adalia (Julia Lübbert). Dirigida a cuatro manos por Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra, Quizás es cierto… es de esas películas que entrega la información por goteo y a medida que el relato va pidiéndola.

Poco a poco se irá sabiendo qué ocurrió. El pasado más lejano aflorará con la forma de reproches por desatenciones y faltas de entendimiento. Tamara volvió junto a su madre desde Francia hace varios años –no se sabrá el porqué de la partida ni tampoco el del regreso– y nunca encajó en el colegio, ni en la ciudad ni en ningún lado. Hasta que encontró un lugar donde sí, una “comunidad espiritual” que, en realidad, era otra cosa. Es el pasado más cercano, el mismo que volverá a tocarle la puerta con la forma de un par de policías que investigan varios delitos ocurridos en la comunidad. Y allí todo estallará por los aires.

La película está inspirada en hechos reales ocurridos entre 2012 y 2013 y vinculados con la denominada secta de Colliguay. Los detalles más macabros de la interna comunal ocuparon horas de aire y gigas de notas periodísticas online, y el último abril Netflix estrenó un documental sobre su líder, Ramón Castillo Gaete, llamado Antares de la Luz: la secta del fin del mundo. Hay material de sobra sobre los flejes más amarillistas del caso, un aspecto que le interesa poco y nada a Quizás es cierto lo que dicen de nosotras. Gómez y Becerra dejan de lado el tratamiento mediático y las resonancias sociales para concentrarse en el intenso drama familiar que genera la llegada de Tamara. O, mejor dicho, de sus escombros, de lo que queda de ella luego de una experiencia traumática que va materializándose a medida que Ximena le arranca sus secretos con sacacorchos.

Para la dupla de realizadores lo importante no es tanto el contexto como la posibilidad (o no) de que esa madre reconozca en esa mujer callada y envuelta en misterio a la hija que supo ser. Pudorosa incluso ante lo dantesco, Quizás es cierto… se apropia de la moderación de Ximena para observar y tratar de entender antes de emitir juicio, de acompañar de modo incondicional a una joven cuya vida ha cambiado para siempre.