Luego de que estalló el escándalo de la visita oficial de diputados de La Libertad Avanza a varios represores de la última dictadura cívico militar, Lourdes Arrieta se hizo humo. Desde este miércoles temprano la joven diputada de 31 años apagó su celular, sus asesores evitaron responder consulta alguna de periodistas y evitó lugares de exposición pública. Quizás Arrieta esté ahora viendo animé japonés en su sillón, una de sus grandes pasiones, al punto de ser el tema de su tesis de grado.

Pero antes de ese autoaislamiento, Arrieta había elegido el camino opuesto. Es -o fue- una de las legisladoras libertarias con más alto perfil desde que asumió su banca el 10 de dicembre. Su llegada al Parlamento fue producto del arreglo que hizo Milei en diversas provincias: pelear la cabeza de la boleta y después, dejar al libre albedrío a quienes le prestaron el sello. En el caso de Mendoza, distrito a que dice representar la legisladora nacida en San Juan, ocurrió con el Partido Demócrata. Arrieta fue tercera de la lista nacional y por la performance de Milei entró junto a Mercedes Llano  y a Facundo Correa Llano.

La habilidad de Arrieta fue, tras obtener la banca, conseguir una agenda "propia" y pelear por algunos lugares en comisiones.  Lo primero lo hizo defendiendo a capa y espada el lobby castrense. En sus discursos no duda declarar "ser una hija orgullosa de la familia militar" -su padre combatió en Malvinas- y está atenta a los manejos del ministro Luis Petri con IOSFA, la obra social de las Fuerzas Armadas, con rumores cada vez más fuertes de una posible privatización. En cuanto a la segunda dimensión, no fue de extrañar que la diputada ocupara el cargo de vocal en las comisiones de Defensa Nacional y Seguridad Interior.

Arrieta también levanta la bandera negacionista del Gobierno nacional. Nacida un día después del 24 de marzo, la comunicadora social publica continuamente en sus redes la idea de una "memoria completa" y no dudó en repostear el video gubernamental en el que se cuestionó la cifra de los 30.000 desaparecidos. Tal vez en su visita al penal de Ezeiza Arrieta les consultó por el número exacto de crímenes de lesa humanidad a Alfredo Astiz, Adolfo Donda y Raúl Guglielminetti, entre otros genocidas a los que saludo y se sacó fotos.

Patitos, amenazas y un armado flojo de papeles

Decidida a llamar la atención tanto en el Parlamento como en las redes, Arrieta -cercana a Martín Menem- también se sumergió en el hype de millones de adolescentes y niños, al ser la primera diputada que llevó los patitos kawaii al Congreso. Fue el 28 de mayo de este año. Allí Arrieta detectó el poder de rebrote mediático y convirtió esa extraña decoración amarilla en su marca registrada para distinguirse de los otros cientos de legisladores. 

Antes lo había intentado llevando la palabra de Dios al recinto, al punto de cerrar sus exposiciones con un "¡Viva Cristo!". Ese clip evangélico, sin embargo, no tuvo la repercusión que buscaba.

Además de su cercanía a Martín Menem, la diputada evangélica es otra protegida del "Jefe", tal como llama Javier Milei a su hermana Karina. La secretaría de la Presidencia eligió a Arrieta como -ni más ni menos- la encargada del armado en Mendoza pensando en 2025. 

La diputada sanjuanina, aunque se mudó a la otra provincia cuyana de pequeña, ya le mostró un primer logro: semanas atrás el juez federal con competencia electoral Oscar Quirós resolvió darle el sello temporal de La Libertad Avanza en Mendoza a Arrieta. En el camino, varios de sus antiguos compañeros denunciaron aprietes del entorno de Arrieta para que no se hagan olas sobre algunos avales flojos de papeles en la presentación a la Justicia. En algunos casos, hasta los muertos se afiliaron al partido libertario. 

La misión que le encargó Karina Milei obliga a que la joven diputada siga creciendo su figura, tanto en el territorio como en el apartado mediático. Habrá que ver, si después de la foto con Astiz, recupera su alto perfil o sigue haciéndose humo.