Israel liberó este miércoles a 14 presos gazatíes, entre ellos una mujer, luego de pasar meses en las cárceles hebreas. El servicio de Defensa Civil de la Franja informó que los liberados, que denunciaron maltratos, fueron trasladados al Hospital de los Mártires de Al Aqsa, en el centro de la Franja. A lo largo de este mes Israel liberó en varias ocasiones a presos palestinos que se encontraban en sus cárceles debido a que están llenas, obligando al Estado a devolver a Gaza a algunos detenidos.
"Nos trataron de forma inhumana"
Uno de los liberados de esta última tanda, Nader Asaliya, dijo a la cadena qatarí Al Jazeera a su llegada al enclave: "Nos trataron de forma inhumana en las cárceles y nos llamaron perros. Nos sometieron a todo tipo de torturas, hambre y humillación". Otro liberado, Zakaria Abu al-Eish, dijo que estaba cuidando a su padre enfermo en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, cuando las fuerzas israelíes irrumpieron en su casa y lo detuvieron.
"Durante 55 días estuve esposado, con los ojos vendados, sin poder dormir. Incluso la comida que nos traían era para animales", dijo al-Eish, quien agregó: "A nadie le importaba si comíamos o no. Nos trataron como si no fuéramos humanos". En los videos que muestran la llegada de rehenes a Gaza se observa a la única mujer del grupo, Najah Safi, descender del vehículo llorando mientras otros liberados, visiblemente desmejorados, la siguen escoltados por los médicos de la Media Luna Roja Palestina.
No trascendió si los encarcelados provenían de la cárcel de Sde Teiman, en el sureño desierto del Néguev, que fue objeto de críticas por parte de organizaciones humanitarias al ser conocida como el núcleo de las torturas hacia palestinos. Hasta el momento no se conoce la cifra de total detenidos gazatíes tras el 7 de octubre. El primero de julio se produjo uno de los retornos a Gaza más polémicos: el del que fuera director del Hospital Al Shifa, Mohamed Abu Salmeya.
A favor de la pena de muerte
Salmeya fue detenido para ser interrogado por las "actividades terroristas" de Hamas en la clínica tras el hallazgo de túneles de la organización bajo el centro. Su liberación luego de siete meses en prisión desencadenó un cruce de acusaciones tanto dentro del gobierno como hacia el Shin Bet, el servicio interior de inteligencia israel, en el que este último organismo reprochaba la falta de plazas en las cárceles para cubrir el número de detenidos.
Entonces el Shin Bet llegó a asegurar en un comunicado que la sobrepoblación de las cárceles lo obligaba a liberar a presos sospechosos de estar vinculados con Hamas y el 7 de octubre que en condiciones normales deberían seguir detenidos. El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, llegó a asegurar que uno de sus principales objetivos es "empeorar las condiciones de los terroristas en las cárceles", y que "todo lo publicado sobre las abominables condiciones" de los cautivos es cierto.
En enero de 2023 Ben Gvir propuso una ley de pena de muerte sólo para palestinos que llegó a aprobarse en primera lectura (la leyes israelíes necesitan tres lecturas para entrar en vigor) dos meses después. Desde entonces no hubo más avances en la tramitación de esta norma. La ley, que defiende al día de hoy (hace semanas pidió ejecutar a los presos "con disparos en la cabeza") imponía la pena de muerte a los detenidos palestinos que "hayan cometido un asesinato por motivos raciales con el objetivo de dañar al Estado de Israel".