En vísperas de la reunión donde Santa Fe ultimaría detalles con Nación para tomar a su cargo el mantenimiento de rutas federales que surcan la provincia, en la Casa Gris se enteraron que la Dirección Nacional de Vialidad estaba acéfala otra vez, como en marzo. El cordobés Raúl Bértola había renunciado la semana pasada, como uno más de los 52 funcionarios que salieron eyectados en lo que va del gobierno de Javier Milei. Pero este duró menos de 4 meses, y si bien alegó "motivos personales" en derredor trascendió que se alejó por el recorte presupuestario y nulo margen de acción.

La situación desconcertó al ministro santafesino de Obras Públicas, Lisandro Enrico, quien ya había experimentado al principio de la gestión la falta de autoridad en la DNV. Luego, con el nombramiento de Bértola –uno de los aportes de Juan Schiaretti al gobierno de La Libertad Avanza– la agenda santafesina se destrabó y la Provincia pudo negociar, o intentarlo, el destino de 189 obras diversas que Nación tenía en distintas etapas de ejecución en Santa Fe y que Milei interrumpió de golpe al asumir. 

"No se dan recursos ni para cortar el pasto. Al director de Vialidad lo nombraron recién en marzo", se había ofuscado Enrico en aquel entonces. "El punto es que reparar una ruta no es una opción, es una obligación legal de mantenimiento inexcusable, es evitar que alguien se mate por esquivar un bache", completó.

Enrico tenía previsto reunirse el martes con Bértola para ultimar detalles sobre las circunstancias en las que Nación cedería el mantenimiento y la explotación de sus rutas en territorio santafesino. Pero la renuncia del cordobés dejó todo en stand by.

Desde la capital provincial, el gobernador Maximiliano Pullaro declaró al diario Uno que el acuerdo está firmado con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por lo que todo sigue en pie. "Entendemos que va a continuar todo de la misma manera", dijo.

Mientras tanto, ayer informó la Casa Rosada que había designado al reemplazante de Bértola. Marcelo Campoy se llama el nuevo director de Vialidad Nacional y ya estuvo en ese cargo en el último tramo de la segunda presidencia de Carlos Menem.

Las autoridades santafesinas están en el primer lote de la fila, a la espera de presentarse ante el nuevo funcionario a cargo y definir la ejecución del acuerdo que Francos firmó el mes pasado.

La prioridad es reanudar el mantenimiento de los 2.500 kilómetros de rutas nacionales que atraviesan la Bota santafesina. El colmo en aquellos días del verano habían sido las varias noches que avenida Circunvalación (ruta nacional A008) estuvo a oscuras en largos tramos porque no hubo quien repusiera las luminarias que habían sido robadas.

Pero hace el 14 de junio hubo un acuerdo. El apoyo de Pullaro a la Ley Bases y al Pacto de Mayo estaba en juego. Nación accedió entonces a retomar algunas de las obras comprometidas –sobre todo en temas de saneamiento ambiental–, resignar todas las que tenía individualmente con municipios y comunas y derivar a la Provincia otro grupo de obras clave. Algo similar a lo que ya había pactado con Neuquén y Río Negro.

Quedaron en que el Estado provincial tomaría a su cargo, por ejemplo, la reparación y mantenimiento de las rutas nacionales que llegan al núcleo portuario de Rosario: 9, 11, 33, 34, y A012, por citar las más importantes. 

Lo que Nación sí se comprometió a continuar –sin precisar plazos aún– es la preservación de la cascada del arroyo Saladillo para evitar que la erosión avance y socave el puente carretero; la ampliación de la planta potabilizadora en Granadero Baigorria, vital para alimentar el Acueducto Gran Rosario; el Acueducto San Javier - Tostado, que también retomará el Enhosa pero a largo plazo; la cárcel federal en Coronda y la etapa II del Acueducto Gran Rosario, entre otras. 

El paso que Santa Fe espera dar con la DNV es resistido por la Asociación de Profesionales y Personal Superior de Vialidad Nacional. "Avanzar con la provincialización de las rutas vulnera la esencia de la normativa vigente que dio origen a Vialidad y trae como consecuencia la desintegración de la red vial federal", señaló el gremio apenas Bértola había asumido.

El sindicato, precisamente, había revelado las vicisitudes que el cordobés se había encontrado al asumir. Por ejemplo, la quita de partidas que suprimió el mantenimiento de 4.000 puentes y obras en todo el país, un patrimonio de U$S 5.500 millones, según la entidad gremial de Vialidad.

Eso, y el detalle de que Bértola al tomar el cargo pidió fondos por $730.000 millones para acometer con arreglos urgentes de rutas nacionales. Pero el Ministerio de Economía mantuvo el mismo presupuesto nominal, $475.000 millones, y le bajó al mínimo las transferencias automáticas que la DNV percibía por el impuesto Pais y el de los combustibles.