Estamos viviendo en una etapa de la economía mundial en la que el uso de internet y la digitalización de muchos aspectos de la vida diaria son protagonistas. La nueva economía basada en la tecnología ha transformado radicalmente el panorama global, redefiniendo cómo producimos, consumimos y nos relacionamos. En este nuevo paradigma, la tecnología actúa además como un motor central que impulsa la innovación y el crecimiento económico, creando oportunidades y desafíos en igual medida.
La digitalización ha permitido mayor optimización de recursos y eficiencia en los procesos productivos. Las empresas pueden ahora automatizar tareas rutinarias, utilizar datos para tomar decisiones estratégicas mejor informadas y llegar a mercados globales con facilidad a través de plataformas digitales y comercio electrónico. Sin embargo, junto con sus beneficios, la economía tecnológica también plantea desafíos significativos. La automatización y la inteligencia artificial están transformando el mercado laboral, eliminando algunos empleos mientras crean otros nuevos que requieren habilidades digitales y técnicas avanzadas. Esto ha generado preocupaciones sobre la equidad y la inclusión en un mundo cada vez más digitalizado.
Patrón de acumulación
Esta nueva etapa vino acompañada de un cambio en el patrón de acumulación económica. Hasta el 2010, el listado de las empresas más grandes del planeta lo conformaban petroleras como Petrochina y Exxon, una tecnológica (Microsoft), ICBC (Servicios financieros) y Walmart (Comercio). Al ahondar sobre las empresas líderes en 2023, el sector tecnológico monopolizó el ranking: Apple (Tecnología), Microsoft (Tecnología), Amazon (Tecnología), Alphabet (Tecnología) y Facebook (Tecnología). En Argentina se observa el mismo patrón de comportamiento: la empresa líder en términos de valor en acciones de argentina es Mercado Libre, cuando históricamente fueron YPF y Techint.
En apenas diez años se produjo un cambio muy importante en la composición de los sectores que lideran la cúpula del capitalismo. Las tecnológicas pasaron a ocupar los primeros lugares que antes tenían un componente más heterogéneo, aunque ya había presencia el sector tecnología.
Una característica clave de esta nueva etapa está muy bien definida por Julián Zícari en el libro "República Mercado Libre": la empresa más grande de transportes urbanos Uber no tienen autos propios, Alibaba no fabrica los productos que vende, YouTube no produce los videos que comparte y Google no crea las páginas que indexa; sino que todo lo toman de la producción de otros agentes que terminan teniendo una renta muy inferior. En este sentido se dan fenómenos como que un hotel que alquila habitaciones por internet podría ampliar sus ganancias haciendo la inversión de construir nuevas habitaciones, mientras una plataforma que alquila habitaciones en hoteles como Airbnb puede ampliar sus ganancias con la inversión realizada por dicho hotel o sumando nuevos hoteles, sin necesidad de inversión.
El capitalismo está liderado por empresas que trabajan con valores intangibles. En efecto, una parte importante de la generación de valor está detrás de la acumulación de datos y el uso estratégico de los mismos. Es una nueva etapa de la economía mundial donde el uso estratégico de la información genera diferencias en la competitividad, y los principales instrumentos para esto son internet, las plataformas y la IA.
El liderazgo en estas tecnologías es clave para las grandes multinacionales pero, además, es hoy una de las principales disputas geopolíticas entre Estados Unidos y China.
El modo de funcionamiento de esta economía presenta algunos problemas que deben ser motivo de estudio y regulación por medio de marcos institucionales adecuados como el sesgo de los algoritmos, la necesidad de protección de datos personales o el impacto en los puestos de trabajo.
El mundo del trabajo
Desde hace un tiempo, una parte importante de trabajadores a nivel mundial comenzó a sentir el impacto de la tecnología en sus tareas laborales cotidianas: desde grandes industrias, hasta comercios en una amplia diversidad de rubros y perfiles.
La medicina, el cine, la industria, sectores empresariales, trabajadores de diversos perfiles y áreas se han encontrado con inminente participación de la tecnología en sus procesos, estrategias y acciones.
El resultado ha sido variado: por un lado menores costos, optimización, automatización y mejor toma de decisiones. Por otro, la pérdida de algunos puestos de trabajo en reemplazo de la IA o el uso clave de esta tecnología para acompañar ciertos perfiles.
El futuro del trabajo se perfila repleto de incertidumbres pero con amplios debates que nos permiten dilucidar cuáles son las mejores maneras de equilibrar tecnología y relaciones del trabajo.
Hay varios estudios sobre empleos que desaparecerán y empleos nuevos que aparecerán. Muchos de estos dicen que los nuevos creados por la IA serán una menor cantidad que los que se destruyen presagiando situaciones de catástrofes sociales, mientras que otros predicen que la creación de puestos de trabajo será mayor a los puestos a desaparecer dando lugar a relatos utópicos.
No se puede adivinar el futuro; pero es importante que las empresas, los trabajadores, las entidades académicas y los estados puedan organizarse para investigar mejor el impacto posible de la IA en el trabajo y poder adelantarse a algunos hechos y poder asegurar un futuro más humano.
Frente a situaciones de incertidumbre existe la necesidad de una planificación prospectiva con todos los actores de las relaciones laborales con los siguientes objetivos:
*Avanzar hacia un futuro donde los beneficios de la mayor productividad que genera la tecnología no sean apropiados por un solo sector de las sociedades ya que el aprendizaje que permitió generar estas innovaciones fue generado por el conjunto de los sectores del trabajo y en la mayoría de los casos iniciado por procesos de investigación científica financiado por los Estados.
*Medidas compensatorias en el caso de existir pérdida de puestos de trabajo para evitar crisis sociales y una fuerte inversión en educación y formación que permita entrenar a las y los trabajadores para reincorporarse al trabajo con nuevos saberes.
*Tener en claro que algunas habilidades nunca podrán ser reemplazadas por la IA: capacidades enfocadas en pensamiento crítico y analítico, así como la empatía, la comunicación efectiva y la inteligencia emocional.
A medida que avanzamos hacia el futuro, será crucial encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la responsabilidad social, asegurando que todos los sectores de la sociedad puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece este nuevo paradigma económico.
*Docente de la Universidad Nacional de Quilmes y de la UBA.