Juan Manuel Torres nació en Buenos Aires, se crió en Palermo y luego trashumó entre la Patagonia, las sierras cordobesas y el norte argentino, hasta que encontró su lugar en el mundo sobre la costa atlántica: "Gesell me pareció el lugar ideal, especialmente porque para entonces ya era papá y la Villa es un sitio más amigable para criar un niño".
Cuando recaló en las arenas bonaerenses, Juanma ya tenía en su mochila cultural y emocional una acumulación de influencias que iban del rock argentino al reggae de Jamaica, pasando por la murga rioplatense y el folclore latinoamericano. El vector ordenador de todo eso fue, sin dudas, el núcleo familiar: por un lado tiene un abuelo pianista, tíos líricos y primos músicos; por el otro, padres militantes que lo criaron entre charlas de sentido profundo y comprometido.
Esto fue clave para que entienda que todo es político y, por lo tanto, no tema impregnar de consignas la obra artística de La Magnetic Star Band, grupo insigne del reggae costero que lo tiene como vocalista y multiinstrumentista: "Así como cantamos sobre el amor, que también es en sí un acto revolucionario, a la vez hablamos de cosas sociales que nos suceden, porque si no hay para comer la gente está enojada, ya que una panza vacía es una panza que está dispuesta a pelear. Las revoluciones pueden ser de varias maneras".
Esa formación y esa búsqueda le permitieron comprender el reggae desde otra perspectiva. "Antes del reggae apareció el ska, luego el rocksteady, y en esa evolución empezás a entender un montón de cosas que te apasionan y que trascienden el universo rasta, el porro y esos lugares en apariencia comunes: hay un fuerte mensaje social y una cuestión emparentada con toda Latinoamérica, donde los pueblos eligen tener una música para decir lo que sienten. Y eso puede ser la murga, el folclore, el rock o el reggae."
Como su propia música, el nombre del combo también proviene de la cultura continental. "Estrella Magnética era lo que indicaba el calendario maya según el día de 2011 en el que el grupo se crea formalmente. Aunque nos parecía raro ponerle eso, jaja, así que quedó La Magnetic Star Band", cuenta. Las grabaciones iniciales fueron caseras y circuladas entre amigos. La primera la grabaron en La Carmencita, uno de los barrios populares de Villa Gesell recostados sobre el oeste, más cerca de la ruta 11 que de la playa. "Ese EP se llamó La rebeldía es movimiento porque es el título de una de sus canciones inspirada en las luchas populares, que es la forma a través de la cual se han conquistado todos los derechos, ya sea en el Mayo Francés, el Cordobazo, el alzamiento zapatista de 1994", explica Torres.
Más adelante encontraron el estudio Monsarca en Ostende, pueblo a 20 kilómetros de Gesell donde viven en invierno los obreros que construyen y remodelan los coquetos hoteles y edificios de la distinguida Pinamar. Desde ahí se cocieron los sucesivos EPs hasta llegar al flamante Grito de liberación, primer disco de larga duración de la banda.
Si bien La Magnetic lleva el reggae como estandarte, las distintas inquietudes de Juanma y sus compañeros los llevaron a ampliar la paleta sonora hacia lo que ahora definen también como folclore latinoamericano, algo en lo que inciden el propio Torres tocando también el charango, y además Lionel Coria, el baterista, que viene de Santiago del Estero y carga en su inconsciente musical con chacareras, zambas y gatos. La formación se completa con Jonathan Arcangeli en guitarra y voz, Matías Suárez en teclados y Andrés Ariznavarreta en bajo.
"La musicalidad de La Magnetic se maneja en un ámbito completamente desprejuiciado, lo cual nos permite ir del reggae a cumbias, milongas, murga, huaycos, sayas. Hubo un momento en la música argentina en el que si tocabas rock, no podías hacer cumbia, si tocabas reggae no podías hacer otra cosa, y así", banca Juanma. "Para nosotros, por el contrario, lo mágico de la música es que nos permite movernos por distintos lenguajes. En ese sentido, el folclore de nuestra patria grande es algo mágico y único."
Sin falsas modestias, Torres sostiene que su grupo "puede jugar en toda la cancha". Eso se traduce en que pueden tocar en cualquier evento, desde shows a beneficio o toques en comedores populares, hasta el megafestival que los tendrá este sábado en el club Once Unidos de Mar del Plata (Belisario Roldán y Tomás Falkner) como parte de una grilla que también integrarán Nonpalidece, Riddim, Rondamón, Panal Reggae, La Ombú, Kanoa y DJ Tommy Dread. Una invitación que tienen bien ganada no sólo por su repertorio y prepotencia de trabajo, sino también porque ellos mismos organizan el Gesell Reggae, que todos los años reúne a los principales exponentes del género en el Polo Cultural Sur, un espacio recuperado en lo que supo ser la histórica terminal de micros de la Villa.
- ¿Villa Gesell es el lugar ideal para hacer reggae?
- El entorno, su paisaje y la playa generan las condiciones para que eso suceda, sobre todo cuando el calorcito del verano ayuda a que se escuche esa música en cualquier parador o barcito. Además, Gesell tiene una identidad juvenil, artística y cultural muy firme, y creemos que está buenísimo revalorizarla. Al mismo tiempo, acá se vive a otro ritmo: las distancias son más cortas, entonces te permite tener tiempo de reloj para vivir, hacer música y arte. Son lugares que propician mayor introspección, entonces si uno tiene musicalidad, va a aflorar, y si tenés ganas de decir algo, vas a encontrar las palabras y las melodías justas para que eso salga adelante y fluya.
- Argentina es, probablemente, el lugar donde más pregnó ese estilo y esa cultura fuera del eje Jamaica-Inglaterra-Estados Unidos. ¿Por qué creés que sucede eso?
- No podemos ignorar en ese proceso a Luca Prodan, quien llegó al país a principios de los '80 y trajo no una sino dos cosas que acá no se conocían tanto: el reggae y el punk, géneros por cierto muy antisistema. Desde luego que el rock también lo es, y de hecho fue el primero que le pudo dar musicalidad a esa clase de discursos. Pero tanto el punk como el reggae ampliaron más los mensajes de protesta social, algo que convirtió a Argentina en punta de lanza de eso.