El Gobierno promulgó la ley que declara al 18 de julio como Día de Duelo Nacional en homenaje a las víctimas de la AMIA, una iniciativa que cuando había sido presentada como proyecto en el Congreso contó con el total rechazo del entonces diputado Javier Milei y de su otrora compañera de bancada Victoria Villarruel.

La promulgación fue hecha pocas horas antes del acto por los 30 años del atentado terrorista a la sede de esa mutual y al que esta mañana asistió el jefe de Estado junto con su hermana y funcionaria.

El Decreto 632 publicado en el Boletín Oficial que declara el duelo nacional dispone, además, que ese día a Bandera Nacional permanezca izada a media asta en los edificios y lugares públicos. También se determina que el Ministerio de Educación impulse en las escuelas actividades conmemorativas para esa fecha.

El texto lleva la firma del presidente Milei, que cuando fue diputado había votado en contra de esa iniciativa cuando fue tratada como proyecto en la Cámara baja el 5 de julio de 2023, semanas antes del aniversario del atentado.

Votaron en contra él y Villarruel, cuando los dos conformaban la única dupla de legisladores de La Libertad Avanza (LLA) en el Congreso. La postura fue repudiada públicamente por organizaciones como la DAIA, que deploró a ambos diputados y a quienes se abstuvieron.

“La DAIA deplora los votos negativos de los disputados de LLA, Javier Milei y Victoria Villarruel”, criticó a través de un comunicado. Pero la cosa no había terminado allí.

El proyecto había tenido el “abrumador respaldo” de 171 diputados y fue calificado como una “muestra de cómo las diferencias políticas pueden ser superadas”.

Sin embargo, el texto durmió el sueño de los justos durante casi un año hasta que el 4 de julio pasado, un día antes de que la media sanción cumpliera un año, el Senado la convirtió en ley con votación unánime. Y en la víspera del aniversario fue promulgada por quien lo había rechazado.

La paradoja o el oportunismo de defender y promulgar una ley que originalmente se rechazó no es el único dato de color que aportó el presidente Milei en esta historia.

El papelón lo había dado casi desde el inicio: cinco días después de haber votado en contra de la declaración del 18 de julio como Día de Duelo Nacional por el atentado contra la AMIA, el diputado Milei había enviado una nota a las autoridades de la Cámara pidiendo la rectificación de su voto.

Cinco días le tomó darse cuenta de lo que había votado o del precio político que podría pagar por ello. El 10 de julio pidió por nota revertir “el sentido de mi voto y dejar asentado mi voto afirmativo”. Obviamente, el pedido fue rechazado de plano.

Pero lo notable de esa nota fue la singular argumentación que Milei dio para defender su equivocación o fallido: “Ratifico mi desacuerdo con respecto al tratamiento y aprobación acelerada en modalidad ‘paquete’ de diferentes expedientes”, dijo.

Cuestionó que ese proyecto fuera tratado junto con otros como parte de un bloque de leyes. O sea, lo mismo que su Ley Bases, buque insignia del gobierno de La Libertad Avanza y única ley que el oficialismo hasta ahora hizo pasar en el Congreso.