Tehuel De La Torre desapareció en 2021 y el saldo es la certeza de que falló casi todo. Una familia tratando de saber que pasó aquel 11 de marzo, una gran parte de la comunidad LGTBIQ intentando que la sociedad no olvide el nombre de Tehuel y un juicio que cuenta con casi la misma información con la que se contaba durante el primer mes luego de su desaparición. ¿Por qué desaparece un chico trans que va a una entrevista de trabajo? ¿Qué tiene la justicia para ofrecer a una familia pobre que busca a su hijo? ¿Por qué la recompensa es la única forma que existe para buscar a Tehuel? ¿Qué deja ver este caso en relación a las carencias del sistema judicial?

El juicio comenzó el lunes pasado y tiene por delante una seguidilla de audiencias que se estima concluirán a fines de la semana que viene. La mayoría de las personas que declararon esta semana -excepto peritos y personal policial- llegan en tren a La Plata, se presentan en la sala sin experiencia en procesos judiciales y enfrentan un estrado que despliega un lenguaje opaco y amedrentador. Quienes vienen siguiendo las audiencias de cerca aseguran que el comportamiento del tribunal “es clasista”, que los testigos muchas veces no entienden las preguntas que les hacen y que el magistrado no se ocupa de aclarar.

Norma Nahuelcura sostiene el cartel verde. En la foto en las puertas de tribunales de La Plata donde se realiza el juicio con amigues y familiares de Tehuel. 

Para Norma Nahuelcura, la madre de Tehuel y primera testigo en declarar ¿Son estas dos semanas lo más parecido a ilusionarse con una idea de justicia? La respuesta es muy difícil de responder, en sus palabras están los hilos más dolorosos del caso: Tehuel era un chico trans, no tenía trabajo, vivía de changas, cada vez que algún vecino le pedía podar un árbol, él iba y lo cortaba. “Era mala la situación económica. Me decía no consigo trabajo, y estaba un poco nervioso”. Norma describe la vida de su hijo antes de verlo por última vez y es contundente cuando toca vincular la falta de trabajo, la precariedad económica y la identidad de género de Tehuel con su desaparición.

La ilusión es dificil de sostener sobre todo cuando hay un cuerpo que no aparece. Después de tres años, el proceso judicial hizo que Luis Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes, acusados de homicidio agravado en contexto de odio hacia la identidad de género, tuvieran un juicio desdoblado. Uno es el que está sucediendo ahora y tiene a Ramos en el banquillo de los acusados, el otro será por jurados a pedido de Montes y aún no tiene fecha. Mientras tanto, Norma tendrá que atravesar este proceso dos veces.

Los hechos

Según consta en el expediente, Tehuel salió de su casa de San Vicente el 11 de marzo de 2021 por la tarde, se dirigía hacia Alejandro Korn para encontrarse con Luis Alberto Ramos, un hombre que le había ofrecido trabajar de mozo en un evento. Durante esas primeras semanas, además de una gran visibilización del caso por parte de organizaciones sociales y de la comunidad LGTBIQ, se logró reconstruir las últimas horas que Tehuel fue visto con vida: cerca de las 16:30 llegó a Alejandro Korn y se encontró con Luis Alberto Ramos. A los dos días, la pareja de Tehuel, Michelle, hizo la denuncia para averiguar cuál era su paradero, ella misma explicó en su declaración en estos días, que por ser menor de edad no le tomaron la denuncia y tuvo que esperar a que una conocida la acompañara.

Luego de la denuncia, la policía geolocalizó el celular de Tehuel en la casa de Ramos y a los tres días se realizó el allanamiento. El personal policial secuestró la campera de Tehuel que no alcanzó a prenderse fuego y la carcasa de su teléfono móvil, elementos que fueron reconocidos por Michelle en la sede judicial. También encontraron una muestra de sangre que luego se comprobará que era la de Tehuel. El 23 de marzo, doce días después de la desaparición, Ramos es detenido, había cambiado el look y tenía todo el contenido de su celular borrado. A los pocos días, Oscar Montes también es detenido por orden de la fiscal e imputado por encubrimiento y falso testimonio. Antes de que terminara el mes, la policía encontró en el celular de Ramos una foto tomada a las 20.42 del 11 de marzo en la que aparece Tehuel con los dos detenidos.

Desde ese momento hasta el juicio que está sucediendo, la información que se tuvo acerca de qué sucedió con Tehuel se mantiene casi igual. Tres años más tarde, la parte acusatoria integrada por la querella que encabeza Norma y con el patrocinio de Flavia Centurión y Cristian Gonzalez, y los fiscales Juan Pablo Caniggia y Martín Chiorazzi intenta probar que a Tahuel lo mataron por motivos de odio a su identidad de género y que hicieron desaparecer el cuerpo, del que hasta el día de hoy no se tiene ninguna pista. Por su parte, el padre de Tehuel, Ricardo de la Torre, no participa de este proceso judicial porque sostiene que su hijo está vivo y es víctima de una red de trata, hipótesis que por el momento no es investigada.

Un homicidio sin cuerpo

Para Cristian Gonzalez, abogado de la madre de Tehuel, la audiencia del miércoles fue muy buena ya que el personal policial que declaró confirmó el recorrido de Tehuel durante ese 11 de marzo: “Fue un dia positivo, estuvieron los policías que participaron de los allanamientos que pudieron identificar los restos de la ropa de Tehuel, no hubo ninguna contradicción. Se habló del cambio de imagen de Ramos, una vez que fue detenido” explica el abogado en diálogo con Las12. Subraya también un dato clave, propiciado por el perito, que afirma que el teléfono de Tehuel dejó de funcionar en el domicilio de Ramos. “La defensa preguntó si podía haber un error en ese peritaje, y el perito fue contundente al decir que ´no´”, explica Gonzalez

Según esa pericia, Tehuel estuvo unos minutos en una forrajería ubicada a 70 metros de la casa de Ramos. Luego la señal del celular se desplaza hasta el domicilio del acusado donde registra actividad entre las 21 del 11 de marzo y las 00.24 del viernes 12 de aquel mes del año 2021.

Para sostener la acusación de un homicidio sin cuerpo, la querella suma como antecedente el caso del femicidio de Erica Soriano, su cuerpo nunca apreció pero su pareja, Daniel Lagostena, fue condenado en 2018 por el delito de “homicidio en concurso ideal con aborto” . Durante la noche del 20 de agosto de 2010 mató a su pareja y esa misma madrugada hizo desaparecer el cuerpo, aunque nunca se supo de qué forma. Ocho años después, el hombre fue condenado por el crimen sin que nunca se hubiese encontrado el cuerpo, la condena fue de 22 años de prisión.

Gonzalez asegura que no está claro de qué manera descartaron el cuerpo de Tehuel, si fue descuartizado o se lo dieron de comer a los chachos, ambas hipótesis siguen vigentes. “Podemos afirmar que el cuerpo de Tehuel fue desaparecido para provocar una impunidad en Ramos y Montes, una impunidad que no lograron ni van a lograr”, explica.

El 25 de marzo del año pasado se realizó en San Vicente una marcha por los dos años de la desaparición de Tehuel, 

La perspectiva de género

El tribunal está compuesto por Claudio Joaquín Bernard, la vicepresidenta Silvia Edit Hoerr y el vocal Ramiro Fernández Lorenzo. Según fuentes que presenciaron las audiencias,  el Tribunal se desenvuelve de un modo clasista, sin contemplar que la mayoría de los testigos son gente que vive bajo una enorme precariedad económica y social. Se suma al analisis otro dato: Bernard y Hoerr fueron sindicados ante organismos internacionales por la criminalización de una mujer boliviana, Maritza Bejarano, víctima de violencia doméstica y acusada por un delito omisivo en relación a su hijo, quien fue lesionado en el marco de la violencia que ella sufría de parte de su ex pareja. La pregunta que cabe es en relación a la perspectiva de género en la justicia, que no incumbe sólo al contexto de género, sino también a la cuestión económica, social, racial y de clase.

“No existe en nuestro país una política de búsqueda de personas, tampoco una agencia que se comprometa con ello", dice un informe del CELS publicado a un año de la desaparición de Tehuel. "Las dependencias administrativas que están obligadas descargan esa tarea en autoridades judiciales, y éstas a la vez señalan que sus diligencias están vinculadas con averiguación de delitos y señalan la falta de respuestas concretas de las primeras para asegurar la búsqueda”.

Con el juicio transcurriendo, la recompensa subió a 4 millones de pesos, es una vigente desde el momento de la desaparición de Tehuel e impulsada por el Ministerio de Seguridad de la Provinicia.

Por lo pronto, el juicio continuará durante la semana que viene y las organizaciones sociales y militantes acompañan el proceso. Hay radio abierta y concentración en las puertas del Tribunal N° 2 de La Plata.  El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires -y en ausencia de la ya desmantelada cartera nacional- también acompaña y brinda asistencia técnica a la familia. La pregunta sobre cuál sería la justicia que pudiese estar a la altura viene siendo recurrente y aún no hay quien la salde, como tampoco hay respuesta sobre dónde está este chico trans, pobre, que fue a buscar trabajo y nunca más volvió a su casa.