Las negociaciones entre gremios, empleadores, el Estado nacional y los gobiernos provinciales en el marco del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil no llegaron a buen puerto, por lo que el Gobierno definirá una vez más el ajuste mediante laudo, tal como ocurrió en las últimas dos oportunidades que van del 2024.
El encuentro, del que participaron representantes de los 32 miembros -16 por la parte trabajadora y otros tantos por la parte empresaria- se llevó a cabo de manera virtual, primero en comisión y después en la sesión plenaria ordinaria del Consejo del Salario, pero sin éxito entre lo ofrecido por las cámaras y lo demandado por los gremios. Para equiparar el salario mínimo antes de que comience el derrotero de reducciones anuales, hoy debería alcanzar los $540.000. Actualmente el haber se encuentra en $234.215 y no se actualiza desde mayo.
En medio de un escenario que ubica al sueldo básico como el menor en 30 años, el cónclave tenía como objetivo definir un nuevo piso salarial junto con los montos mínimos y máximos de la prestación por desempleo, pero otra vez la reunión tuvo el mismo desenlace que las dos que sucedieron en febrero y mayo de este año.
Otra reunión, mismo resultado
El último encuentro entre las partes que se dio en la Secretaría de Trabajo fue a fines de abril. En esa oportunidad tampoco se llegó a un acuerdo, al igual que en la primera convocatoria del año.
Así, el Gobierno terminó definiendo un aumento del 15% en el piso salarial en dos tramos (abril y mayo). En ese sentido, el ingreso básico pasó de $202.800 a $221.052 en abril para los trabajadores mensualizados, mientras que en mayo alcanzó los $234.315. Este último monto no se actualiza desde entonces.
Una pérdida real de un tercio del salario mínimo
Un informe elaborado por la investigadora y coordinadora del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA-CTA), Mariana González, asegura que "se consumó la pérdida real de prácticamente un tercio en el salario mínimo".
En julio de 2024, el haber mínimo real se ubicó 43 por ciento por debajo del nivel que tenía en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 56,4 por ciento por debajo del de noviembre de 2015.
Este retroceso histórico se evidencia también en la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia. Este salario sólo sería suficiente en julio para comprar el 56,8 por ciento de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y un 25,6 por ciento de la canasta de pobreza, relaciones comparables a las vigentes en la crisis final de la convertibilidad en 2001/2002.