Pensar un diálogo entre Antonio Vivaldi y Astor Piazzolla implica una conversación que estaría lejos de concluir. Así lo señala el tercer año consecutivo de Las 8 Estaciones, el espectáculo de la Camerata Rosario que se presenta hoy a las 21 en Teatro El Circulo (Laprida 1223), con la presencia destacada de John McGrosso, primer violín del reconocido Arianna String Quartet, de Estados Unidos. “Para nosotros, como agrupación, repetir un concierto es una oportunidad de crecimiento enorme, porque entre los cambios que suceden figura la participación de nuevos solistas, y a cada uno siempre le damos su espacio, para que haga su propuesta interpretativa y estética. Además, es muy lindo volver a encontrarse con una misma obra, pero con otra mirada”, explica Danisa Alesandroni, directora de Camerata Rosario, a Rosario/12.

“Al mismo tiempo, el hecho de repetir el concierto creo que trajo sus virtudes con respecto al público, porque uno podría pensar que va a escuchar la misma música y que quizás eso resulte aburrido, pero hemos visto gente que repitió la experiencia. De alguna manera, también ellos van aprendiéndose la obra, y pueden ganar para sí mismos a la pieza. Eso es algo que atesoramos mucho del público”, continúa.

-Algo que bien podría decirse de ustedes mismos, en el sentido de redescubrir la obra de ambos músicos una y otra vez.

-La propuesta de poner en diálogo a Vivaldi y a Piazzolla nos ayuda a abrir una dimensión que a veces olvidamos de las composiciones clásicas, y es su contexto. En ese sentido, es un poco más fácil entender a Piazzolla, su música se escuchaba en todos lados y es un referente de Argentina ante el mundo; sin embargo, a veces nos olvidamos de que algo similar pasó con Vivaldi, él era la música del momento. Los dos fueron compositores muy populares, y esas conexiones hacen que se pueda generar este vínculo entre las dos piezas.

-Una música que es popular, pero que no deja de encontrar obstáculos en este contexto.

-Uno puede llegar a tener cierto temor de escuchar una música así, pero en realidad, si Vivaldi fue la música popular del momento es porque hubo oído para escucharlo, de manera totalmente natural, sin saber música o tocar un instrumento. De modo que es perfectamente posible volver a vincularnos con esa música, y me atrevería a decir que es así con cualquier música. Por más que haya piezas de palabras mayores, como Beethoven o Mozart, en realidad la finalidad siempre fue la misma. ¿Por qué eligieron ser compositores? Porque querían compartir sus sentimientos y sus experiencias con un público, y todos podemos ser parte de ese público.

-En este sentido y en relación al trabajo con la Camerata, ¿qué notás pasa entre ustedes?

-Te diría que nos divertimos mucho; de hecho, en Piazzolla aparecen citas de la obra de Vivaldi, y mientras tocamos un tango, se puede escuchar algo suyo en el medio. Otras veces, por pura diversión, a los chicos les gusta pensar qué pasaría si fuera al revés, y empezamos a hacer algo al estilo tango adentro de Vivaldi, cosa que no sucede realmente en nuestro concierto. Yo creo que esa diversión, y lo que nos pasa en los ensayos, demuestra la confianza que ganamos con este repertorio y cómo lo interiorizamos. De todas formas, por supuesto que siempre hay opiniones encontradas, como en cualquier agrupación. Hay personas a quienes les cuesta más aceptar ese diálogo o sentirse cómodos tocando un estilo, para luego inmediatamente pasar a tocar otro; nos sucedió con algún solista, que prefería tocar el violín con un arco de época al momento de tocar Vivaldi. Hay muchas opiniones, y me gusta que nuestra agrupación las permita, porque es algo que nos hace reflexionar un montón.

-En esta oportunidad, los acompaña el violinista John McGrosso, ¿cómo llegaron a contactarlo?

-John McGrosso es un violinista muy prestigioso en el ámbito de la música clásica, es el primer violín del cuarteto Arianna, uno de los más conocidos de Estados Unidos, y tiene una trayectoria enorme como solista, con orquestas muy importantes en todo el mundo. Así mismo, es un amante de Latinoamérica, y hace más de diez años que es profesor en un festival en Brasil, en donde algunos de los chicos de nuestra Camerata lo tuvieron como docente. Como es un amante del tango y va muy seguido a tocar a Buenos Aires, nos pareció que podía ir muy bien con este concierto, por su enorme trayectoria como violinista clásico, y por su deseo de incursionar y trabajar con ritmos latinoamericanos.

La presentación de esta noche cuenta con una característica especial: “Hemos recibido una distinción de parte del Concejo Municipal de Rosario, y las concejales que la propusieron van a venir a acompañarnos para un pequeño momento de celebración. Para nosotros es un gran honor recibir esta distinción, por supuesto que siempre que lo felicitan, uno está contento, pero también es una manera de saber que uno va por un camino que evidentemente es el correcto”.