La llegada de Kylian Mbappé al Real Madrid no sólo eleva las expectativas deportivas del club sino que, también, reafirma el status financiero del jugador, consolidándolo como una de las máximas estrellas del fútbol mundial.

El reciente fichaje es un hito deportivo y una jugada maestra en términos económicos y de imagen. Con un salario que será el más alto del vestuario, Mbappé también recibirá diversos bonos por sus logros personales, como Balones de Oro y Botas de Oro.

Estos éxitos no sólo benefician al jugador sino que también potencian la imagen global del club, mejorando su posicionamiento en las negociaciones de patrocinios a nivel mundial y regional.

Mbappé tendrá la potestad de decidir en qué campañas globales del club participará, un privilegio que ya negoció con la Federación Francesa de Fútbol cuando estaba en el PSG. Este control se traduce en decisiones, como negarse a posar con patrocinadores de comida rápida o refrescos, alineando su imagen con valores saludables.

Uno de los puntos más delicados de las negociaciones fueron los derechos de imagen. Aunque Mbappé los reclamaba al ciento por ciento, finalmente se quedará con el 80%, una cifra significativa que asegura ingresos sustanciales, especialmente considerando su capacidad probada para vender camisetas incluso antes de su presentación oficial.