Mientras la llama olímpica avanza hacia París y la capital francesa se prepara para recibir a millones de turistas, una creciente controversia ensombrece los preparativos. Más de 80 ONG acusaron al gobierno de Francia de llevar a cabo una "limpieza social", removiendo a personas en situación de calle, principalmente inmigrantes, de campamentos ilegales. La administración de Emmanuel Macron, sin embargo, niega cualquier relación con los Juegos Olímpicos.
El miércoles, la policía parisina desmanteló dos campamentos en el norte de la capital francesa, donde se alojaban alrededor de 230 inmigrantes, según la ONG "Médicos del Mundo". Paul Alauzy, portavoz de la organización comentó: "Realmente han llevado a cabo una limpieza social masiva justo antes de que empiecen los Juegos Olímpicos". Estas acciones, asegura, se intensificaron a medida que se acerca el 26 de julio, fecha de inicio de los Juegos.
El martes, otro desalojo tuvo lugar a lo largo del canal del Ourcq, en el noreste de París, donde vivían entre 200 y 250 personas. Las autoridades ofrecieron a los desalojados la opción de ser trasladados a refugios fuera de la capital o tomar un autobús hasta Besanzón, en el este de Francia. "La mayoría optó por el refugio", declaró Charlotte Kwantes, portavoz de asociación humanitaria "Utopia 56".
Sin embargo, no todos aceptaron estas alternativas. Algunos prefirieron irse a pie, llevando sus pertenencias en bolsas de plástico. Es el caso de Hassem, un sudanés de 27 años, quien expresó su frustración: “No tomé el autobús porque en quince días nos echarán de nuevo a la calle. ¿Por qué nos excluyen? No he hecho nada malo, no he causado ningún problema. Solo necesito un alojamiento estable”, comentó el hombre a la agencia AFP.
Mohamed Ibrahim, quien fue desalojado de una fábrica de cemento abandonada cerca de la Villa Olímpica, comentó: “Nos expulsaron a causa de los Juegos Olímpicos”. Ibrahim fue trasladado a un edificio vacío al sur de París y luego desalojado nuevamente en abril, siendo llevado en autobús al sudoeste, a las afueras de Orleans.
La posición del gobierno de Francia
El gobierno de Macron niega cualquier conexión entre estos desalojos y los Juegos Olímpicos. Funcionarios afirman que se trata de un programa voluntario destinado a aliviar la "escasez de viviendas de emergencia" en París. Christophe Noël du Payrat, alto funcionario del gobierno de París, informó que en el último año la policía desalojó a unas 5000 personas, en su mayoría hombres solteros, y las trasladó a ciudades como Lyon o Marsella.
Las ONG, sin embargo, cuestionan estas afirmaciones. Alauzy explicó: “Antes había que cumplir condiciones estrictas para acceder a los refugios, pero ahora, antes de los Juegos, todo el mundo puede acceder. Es una lógica de ofrecer soluciones temporales para vaciar las calles”.
Recientemente, un correo electrónico filtrado por el diario L’Équipe reveló que un funcionario de vivienda del gobierno había escrito que el objetivo era “identificar a las personas que viven en la calle en lugares cercanos a las sedes olímpicas” y trasladarlas antes de los Juegos.
La realidad de París
Las críticas no paran. Revers de la Medaille, una coalición de 80 asociaciones, señaló en un informe que París está siguiendo el ejemplo de otras ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos, presentándose como una "Ciudad de la Luz" estéril, sin zonas de vida informal ni mendigos.
"Este verano, París y la región podrán presentarse de una forma que las autoridades consideren favorable: una 'Ciudad de la Luz' estéril, con su miseria casi invisible, sin zonas de vida informal significativa, barrios y bosques 'limpios', sin mendigos, consumo de drogas ni trabajo sexual", se lee en el documento.
A medida que se acercan los Juegos Olímpicos, la realidad de miles de personas desalojadas y desplazadas se oculta bajo la brillante superficie del evento deportivo internacional. La tensión entre el espectáculo global y la justicia social se hace cada vez más evidente, destacando las profundas desigualdades que persisten en la "Ciudad de la Luz".