"Los últimos hechos judiciales denotan que no son casuales ni fortuitos: son fruto de la relación incestuosa entre el Ministerio Público y el Ejecutivo. Hoy hay muchos ex funcionarios que en algún momento deberán investigar a sus viejos pares. Las reacciones de esta última semana, (los sumarios abiertos a los fiscales Apullán y Martí) son claras: les dijeron a todos los fiscales de esta provincia, que podían investigar robos de carteras o de motos, pero nunca meterse con 'ellos'. Hoy, el Ministerio Público terminó siendo la pata judicial del Ejecutivo, una escribanía letrada de la palabra del Ejecutivo a través de los funcionarios policiales". El análisis pertenece a Adrián Ruiz, doctor en Derecho, miembro de la Asociación de Abogados Penalistas, docente universitario y jurado en concursos de ascenso en la justicia.

"Creo que en esta semana pudimos asistir al desvelo de un sistema que se cae a pedazos, donde se hace un diseño de un ministerio público muy costoso y al cual, con muy pocos elementos se le pueden marcar los límites: a quién pueden investigar y a quién no. La idea es que sólo pueden investigar a los insignificantes del sistema, es decir a pobres rateros que cometen robos grotescos. De ahí en más nada, no se puede investigar lo que pueda tener hasta una cierta sofisticación en el delito, como sería en este caso donde habría una junta policial de ascenso en la que habría algunas personas que estarían acomodadas para ganarla. También en el caso de las horas Ospe, donde vemos cómo se le pone un límite al Ministerio Público para que investigue" comienza diciendo Ruiz.

"En este contexto lo que vamos a tener es un sistema de investigación costoso y muy poco eficiente para lo que verdaderamente la comunidad necesita que es la solución de conflictos, generadores de conflictos menores. Los grandes delitos son los que podrían cometer estos funcionarios investigados y esto es lo que uno advierte como la justicia show: se investigan delitos menores mientras se hace la gran publicidad del juicio oral y una exhibición circense. Hoy la política apuntala ciertos delitos y marca como línea de investigación a los delitos menores.

- ¿Está bien orientar y reglar a través de protocolos, la forma en que se puede llevar adelante una investigación como por ejemplo, la intervención de un teléfono de un ministro? ¿Se corre algún riesgo?

- Sin dudas que lo primero que corre riesgo es la independencia, para estos delitos cuanta más gente lo sepa, es más probable que se entere el poderoso que está siendo investigado.

- ¿Este caso es un hecho fortuito, o es el resultado de las repetidas designaciones en la justicia de ex funcionarios?

- Esto es fruto de la promiscuidad, porque hoy, antiguos funcionarios del Ministerio de Seguridad están desempeñando cargos en la justicia. Esto quiere decir que en algún momento se les va a complicar investigar a quienes fueron sus propios compañeros. Uno tiene que tratar de mantener la independencia del órgano investigador.

- ¿Hay relaciones peligrosas entre justicia y gobierno?

- Uno de los riesgos de sacar el Ministerio Público de la órbita de los magistrados, era no dárselo al Poder Ejecutivo, pero hoy vemos una relación incestuosa entre ambos. Este no se transformó en un cuarto poder sino que el Ministerio Público terminó siendo la pata judicial del Ejecutivo, es decir una escribanía letrada de la palabra del Ejecutivo a través de los funcionarios policiales.

- ¿Debe regir el criterio de igualdad ante la ley al momento de ordenar escuchas telefónicas, o el teléfono de un ministerio debe ser mas cuidado, privilegiado?

- No, en caso de que haya la comisión de un delito, sea un ministro o el presidente debe primar la igualdad ante la ley, y sobre todo la responsabilidad. Tenemos que ser exigentes con aquellas personas que están cumpliendo una función pública. La exigencia debe ser mayor, porque partimos de la base de que es muy difícil investigar a un funcionario. Si partimos de esa base cuando hay algún rasgo de ausencia de transparencia, se debe investigar. El problema es que hoy el mensaje que le enviaron a los investigadores es claro: ojo no nos toquen a nosotros. Porque los fiscales Martí y Apullán van a ser los sancionados. Este es un mensaje para los demás fiscales: investiguen robos de carteras o de motos, pero no se metan con cosas no con personas que tengan respaldo y espalda.