El piano como punto de partida y llegada para una música hecha de diálogos con la herencia musical europea y sus tiempos. De eso se trata Todo sea por un elefante, el disco que Nicolás Jäger presentará hoy a las 19.30 en el Foro de las Ciencias y de las Artes de Vicente López, con Luna Sujatovich como invitada. Se trata del primer disco solista de este pianista y compositor clase 1990, que se formó con maestros de la talla de María del Carmen Aguilar y Marcelo Katz y actualmente continúa sus estudios con Martín Pérez en piano y Julio Viera en composición. “Este disco es mi primer intento de compartir una mirada de lo creativo a través de músicas que compuse en los últimos cinco años”, comenta Jäger a PáginaI12. “Soy un militante del Miguel Angel que decía algo así como ‘la obra siembre está ahí, lo único que hago es quitar lo que sobra’. Esta idea me parece maravillosa, inspiradora y muy verdadera”, agrega el pianista y compositor.
Todo sea por un elefante esta articulado en tres obras, compuestas e interpretadas por el mismo Jäger: Tres pequeños Preludios y Fugas, Soko rag y ¿Sonata? Para piano en do menor, composiciones trazadas a partir de una fuerte referencia a las formas tradicionales de la música académica, entre Bach y el Neoclasicismo. “Detrás de cada relación u homenaje se deja ver una forma de trabajo, tanto en los procedimientos como en las formas musicales propiamente dichas”, explica Jäger y agrega: “Como músico latinoamericano creo que es fundamental conocer a fondo también el código musical que surgió en la Europa burguesa y que sigue vigente hoy en día, particularmente en la llamada música popular. Para esto me parece muy importante descifrar el lenguaje europeo, para después poder tomarlo, reelaborarlo y discutirlo en este lugar. Sin darnos cuenta cuando hacemos música lo reproducimos, aunque creamos que no. Soy muy consciente de mi propia reproducción, pero no quisiera que la música de este disco quede rotulada solamente como ‘música clásica’, sino que sea un punto de partida para una reflexión más amplia sobre nuestra cultura”.
Si la música de Jäger resulta atractiva, por la claridad sus contenidos y la prolijidad de sus definiciones formales, rasgos que él mismo concreta en la interpretación, el nombre del disco despierta algunas inquietudes respecto a la presencia, salvo alguna colorida puesta de ópera, de los paquidermos en la tradición musical europea. “El elefante el que alude el nombre del disco es el piano, instrumento grandioso, monumental”, aclara Jäger. “Pero no lo digo sólo por su tamaño”, continúa. “En nuestra cultura musical, el piano es el instrumento que habilita para un completo desarrollo musical. Casi todo puede hacerse con él. Por otro lado, hasta no hace mucho las teclas eran de marfil, es decir que para hacer pianos había que sacarle sus cuernos al elefante. Yu fui quitando lo que sobraba, como decía Miguel Ángel; al primer resultado concreto que llegué fue al elefante. Ese fue un hermoso punto de partida para estas obras que voy a presentar, que son un primer boceto en mi vida en cuanto a esta forma de vivir la creación”.