En los ultimos días, volvieron a jugar tres futbolistas separados de sus clubes por estar involucrados en causas de violencia sexual. Con la definición de la Copa América en primer plano y la discusión alrededor del video con cánticos racistas de la Selección, su regreso a otros planteles que disputan el torneo de Primera División pasó bastante inadvertido.
El contexto de un Gobierno que arrasa con toda institucionalidad para prevenir la violencia de género y literalmente niega su existencia, parece favorecer que la polémica por la decisión de la dirigencia deportiva sea menos ruidosa. Sin embargo, con chiflidos en las canchas, sentadas, carteles y juntada de firmas, las hinchadas –mujeres y también varones– expresaron su repudio. La pregunta otra vez se actualiza: ¿Cómo tienen que actuar los clubes? ¿Cuál es el mensaje en tiempos en los que los futbolistas son ídolos populares y tienen una incidencia social inmensa como vocería de la masculinidad?
Abusadores, afuera
“No queremos que Abiel Osorio procesado por abuso sexual sea parte del Defensa y Justicia”, dice a Página/12 Melisa Recalde. Con esa consigna lanzaron esta semana una campaña para juntar firmas contra la incorporación del ex delantero de Vélez. En pocos días consiguieron casi un millar de adhesiones. Recalde tiene 30 años, es hincha del Halcón “desde la panza de mi mamá” y forma parte de un grupo de Instagram llamado @laspibasdyj, donde confluyen simpatizantes del club. Desde ahí organizaron el miércoles una manifestación frente al predio “Los campeones del mundo” de DyJ en la localidad bonaerense de Bosques, Florencio Varela, para expresar su repudio, luego de que el club diera a conocer la noticia –no casualmente– el mismo día de la final de la Copa América.
“Abiel Osorio, de 22 años, es nuevo refuerzo del Halcón. Llega con el pase en su poder después de iniciar su carrera profesional en Vélez”. Así presentó Defensa y Justicia al delantero antes del reinicio de la Liga Profesional, post parate por la Copa América. Pero no es un fichaje más: Osorio está procesado junto a otros tres ex jugadores del Fortín, acusado de haber abusado sexualmente de una periodista en un hotel de Tucumán tras un partido de fútbol frente a Atlético. Por esa razón, Vélez los dejó libres. Después de estar privados de libertad tres meses, Osorio, Florentín y Braian Cufré fueron liberados el 15 de junio, mientras sigue la investigación judicial. Al mismo tiempo, la justicia rechazó el pedido del arquero Sebastián Sosa –también involucrado en el caso– de salir del país para volver a jugar en un equipo de Uruguay.
“Nuestra camiseta tiene estrellas, no manchas”, “No queremos ni vamos a permitir posibles abusadores en nuestro club”, “Defensa es familia. En la familia nos cuidamos”, decían algunos de los carteles que pegaron durante el acto de protesta que organizaron las hinchas del Halcón el miércoles por la tarde. Fueron una treintena de mujeres de distintas generaciones, y algunos varones. “La noticia causó mucho enojo en el club. No solo entre las mujeres. Los varones nos apoyan aunque no lo digan abiertamente”, dice Recalde. Algunas peñas se pronunciaron como ellas, cuenta. La barra les puso “me gusta” a sus posteos, lo que interpretan como un claro mensaje de respaldo a su postura.
Este domingo, cuando DyJ juegue de local contra Boca, harán una volanteada en contra de la llegada de Osorio. Hay rumores de que detrás llegaría otro de los procesados en la misma causa, José Florentín, cuya situación judicial es aun más complicada. Hace dos semanas, el ex arquero de Vélez volvió a atajar en Deportivo Maipú de Mendoza.
El regreso de Sebastián Villa
Unas semanas antes, el empresario Daniel Vila --presidente de otro equipo de esa provincia, Independiente de Rivadavia-- había anunciado el regreso al fútbol argentino del colombiano Sebastián Villa después de una temporada en el Beroe de Bulgaria, tras quedar fuera del equipo de Boca al ser condenado por violencia de género a dos años y un mes en suspenso. Villa tiene además una causa abierta por violación en la que llegó a un arreglo extrajudicial con la denunciante en abril, pero fue apelado por la fiscalía. Una nueva condena haría que el colombiano sea encarcelado.
El jueves fue el primer partido de Villa de local. Según contaron hinchas que estuvieron en la cancha, fue abucheado y en la tribuna se vio a simpatizantes que llevaban pañuelos de Ni Una Menos. Cayó muy mal la forma en que fue presentado por la dirigencia: “Bienvenido caudillo”, una forma de maquillarle su historial judicial. El presidente Vila habló de darle una “segunda oportunidad” al colombiano.
En Mendoza, el colectivo Ni Una Menos reaccionó y a través de un comunicado se manifestó en contra: “Villa fue condenado a dos años y un mes de prisión en suspenso por violencia de género contra su ex pareja, Daniela Cortés. Aunque esté en libertad condicional, sus acciones no deben ser minimizadas. Las declaraciones del dirigente Vila, que abogan por una "segunda oportunidad", ignoran la gravedad de la violencia de género. Creemos en la rehabilitación, pero esta debe incluir una verdadera reflexión y reparación del daño causado, aspectos que no se ven en este caso. La incorporación de Villa envía un mensaje erróneo a la comunidad, especialmente a las víctimas de violencia de género. Instamos a Independiente Rivadavia a reconsiderar esta decisión y a demostrar un compromiso real con la lucha contra la violencia de género. "La erradicación de esta violencia es una responsabilidad de todos", dice el texto.
Lejos del punitivismo
En los feminismos hay otras posiciones, alejadas del punitivismo. Si no tiene impedimento para trabajar, cancelarle a Villa esa posibilidad es ir contra la reinserción social de cualquier condenado, sostienen otras voces. Lo que sí enfatizan es en el compromiso que debe tener la dirigencia deportiva para trabajar transversalmente en la institución en la prevención de las violencias por razones de género y sobre todo con el jugador, para deconstruir su machismo y sus conductas en el trato con mujeres.
“Ni los clubes ni las personas podemos ser más que la justicia”, opina Julia Hang. Es Doctora en Ciencias Sociales, investigadora del Conicet y directora del Proyecto de Extensión de la UNLP "Hacia clubes inclusivos: jugar, gestionar, entrenar y dirigir con perspectiva de género para erradicar las violencias". Así --en conjunto con clubes de La Plata, Berisso y Ensenada-- trabajan por la construcción de un deporte libre de violencias. Hang, de todas formas, critica también la forma en que fue presentado Villa. “Hay en ese mensaje de ´bienvenido caudillo´, un lavado de la imagen de Villa y toda una invisibilización y negación de un caso que generó un debate público muy importante a partir de su figura, en un contexto social y político en el cual hoy eso está habilitado desde el poder, al tener un gobierno cuya política es negar que existen la desigualdad de género y la violencia por motivos de género, y que actúa en consecuencia vaciando y desfinanciando todas las áreas orientadas al abordaje de esa problemática. En ese sentido ese mensaje del club está habilitado desde el poder”, señala Hang.
“Como trabajadores no les podés prohibir que trabajen, el punto es qué pueden hacer los clubes: y en ese sentido es clave trabajar con educación sexual integral, desde las divisiones inferiores. Hoy los jugadores de primera división acceden a contratos millonarios y así como se compran un auto, creen que una mujer es parte de las cosas que pueden poseer”, reflexiona la ex jugadora de fútbol y DT feminista Mónica Santino, fundadora del Club La Nuestra de la Villa 31.
Sobre ese punto, Dana Hernández, referenta del Departamento de Género y Diversidad del Club Atlético Temperley, plantea que “se debe seguir trabajando para deconstruir a ese individuo que puede estar atravesando un proceso judicial, ya sea que esté firme o no”. Un eje clave, apunta, es que “entienda la cuestión del consentimiento” en las relaciones sexo afectivas.
"Una gran vidriera"
Hay otro factor a tener en cuenta: el fútbol no es cualquier trabajo. “Es una gran vidriera que le da al tema más visibilidad. Y además, los futbolistas hoy son vistos como héroes modernos, modelos de masculinidad, ídolos populares. Los clubes son espacios donde se forman deportistas pero que tienen un rol central en el entramado social en las comunidades. Entonces, el mensaje que manda el club con estas incorporaciones es importantísimo”, agrega Hang.
A partir del impulso de los feminismos, desde 2018 los clubes de fútbol, sobre todo los más grandes, empezaron a incorporar áreas de Género y desde ahí desarrollaron protocolos para actuar en casos de violencia. Vélez fue pionero de la mano de Paula Ojeda, quien luego pasó a ser Gerenta de Género y Diversidades de la AFA. Incluso en los contratos, algunos clubes como Vélez y San Lorenzo empezaron a sumar cláusulas de rescisión frente a denuncias por situaciones de violencia de género: si hay un futbolista procesado puede ser separado del plantel y al que tiene condena firme, el contrato le puede ser rescindido sin que eso tenga repercusiones económicas para el club.
“Los clubes reconocieron que la violencia hacia las mujeres es un problema estructural y social, que se manifiesta de modos que muchas veces tenemos naturalizados”, señala Hang. En ese camino, considera fundamental que trabajen con sus planteles y dirigentes en la prevención y entre otros ejes, para identificar los mitos en torno a la violencia machista.
Un protocolo desactivado
En el club Defensa y Justicia no hay área de Género ni protocolo. En Independiente de Rivadavia, con la gestión de Vila, se desactivó, de acuerdo con testimonios recogidos por este diario. Por eso la llegada de Villa causó gran desilusión: se lo vive como una falta de respeto al trabajo histórico que se hizo en prevención de violencia y para erradicar el machismo del club, contó una socia. El protocolo había sido aprobado en 2021.
Algunas provincias, como Río Negro, Santa Fe y Buenos Aires, cuentan con la Ley Micaela en el Deporte, que establece la obligatoriedad en capacitaciones en temáticas de género y violencia contra las mujeres para autoridades y personal de las entidades deportivas. “Esa es una herramienta muy potente, es una estrategia en la cual los clubes pueden apoyarse”, destaca Hang. Aunque, claro, no es necesario a priori que haya un área de género para el abordaje de estas temáticas. “Pueden aprovecharse otras instancias institucionales para dar estas discusiones, para promover la transversalización de la perspectiva de género. Pero sí creo que es importante que haya recursos y personas formadas” agrega.
Distintos clubes vienen llevando adelante esa estrategia con capacitaciones a la comisión directiva, al plantel de primera división, a los equipos infantiles y juveniles, entre otras actividades, aunque saben que el tema genera tensiones internas en un mundo como el del fútbol, donde el machismo ha sido la norma histórica imperante. Por ejemplo Estudiantes de La Plata y Club Atlético Temperley en la provincia de Buenos Aires. En 2021, Estudiantes separó del club al jugador Diego García denunciado por una socia por un hecho de abuso sexual en una fiesta. “El jugador nunca más volvió a Estudiantes. El club perdió plata. Pero hubo una voluntad política de ir para ese lado”, contó en diálogo con Página/12 la abogada Paula Aberastegui a cargo del área de Género del Pincha.
El negacionismo
Durante la gestión del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad –durante la presidencia de Alberto Fernández– se intentó firmar un protocolo marco con la AFA para casos de violencia. Pero Claudio “Chiqui” Tapia no mostró voluntad para avanzar. También desde el MMGyD se abrió una línea de financiamiento para fortalecer las acciones y los equipos de género en los clubes. Hoy el contexto político es otro: ya no hay institucionalidad para definir políticas contra las violencias por razones de género: el presidente, Javier Milei, niega su existencia.
A la discusión se suma otro componente importante: si los cuestionados jugadores le dan mejores chances al equipo en el torneo, es probable que el enojo de la hinchada se vaya diluyendo. Las simpatizantes lo saben. El jueves Villa dio la asistencia que terminó en el gol del triunfo para Independiente de Rivadavia.