En la ciudad de Córdoba se conocieron mejor las circunstancias del femicidio de la influencer Catalina Gutiérrez, encontrada sin vida en su auto. El amigo que la mató –Néstor Soto— confesó el crimen, pero el aspecto más macabro fue que al día siguiente fue personalmente a solidarizarse con los padres y abrazó a la madre. Ambos tenían 21 años y estudiaban arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba.

El padre declaró que el femicida llegó a darle las condolencias con el novio de Catalina: “solo una mente demencial podría haber hecho esto. Es una cosa espantosa, es macabro. Es alguien desquiciado que no merece vivir en este mundo”. El asesino había estado "colaborando" junto con el novio de Catalina en los primeros momentos, cuando no se sabía qué había pasado con ella. 

Por testimonios de personas que lo conocían, se supo que ya tenía un perfil con rasgos psicopáticos. El padre de Catalina declaró: “Sé que era una persona allegada a ella, es más, hasta ha venido a mi casa mil veces a estar con ella, lo ha invitado mi hija, venía a cenar, han compartido momentos en la facultad como amigos… tengo un dolor, se me parte el alma y no lo entiendo”. también contó que cuando la hija dejó de responderle los llamados telefónicos, denunciaron la desaparición en la comisaría del barrio Inaudi. En teoría, ella debía estar el shopping Patio Olmos con su novio y amigos jugando al bowling. Pero nunca llegó.

A través de las redes sociales se conoció que una ex compañera de estudios secundarios de Soto en Bariloche –de dónde el asesino es oriundo--, denunció que ese mismo joven la había acosado en un campamento: “Reiteradas veces hablé con la preceptora por situaciones raras de él. Nunca me escucharon. Tenía que matar a una chica para que se dieran cuenta. Qué horror todo”. La publicación de la chica se viralizó en X. Allí agregaba: “Insistió varias veces cuando le dije que no y lo tuve que empujar para que se alejara de mí”. A partir de eso el asesino comenzó a hacerle bullying. “Me trató de disléxica porque había desaprobado matemática y cambió totalmente el foco del tema. En esa institución se tapa todo”, dijo luego a la prensa, agregando que la situación le produjo una depresión. 

Sobre el asesinato de Catalina dijo que “se podría haber evitado si me hubieran escuchado en su momento, pero no lo hicieron”. Lo que más la impresionó a la chica de Bariloche es que, como él aun la seguía en Instagram, “después de haber matado a la chica vio mi historia. Todo muy horrible”.

Las pericias forenses determinaron que Catalina --quien había sido vista con vida por última vez el miercoles a la noche-- murió asfixiada por estrangulamiento y presentaba golpes en el cuerpo y quemaduras. La encontraron en el asiento de atrás del auto que le había prestado su madre en el barrio Ampliación Kennedy.

Luego del asesinato, todo parece indicar que Soto intentó prenderlo fuego con alcohol para borrar las huellas, pero el auto nunca terminó de incendiarse. 

La hermana de Catalina, Lucía Gutierrez, la despidió con un mensaje en redes sociales: "Ahora nos fusionamos y somos dos en una sola persona. Hermana mía voy a recordarte siempre con tu sonrisa y alegría que te hacían tan única y especial, te amo con toda toda mi alma mi Catu y me aseguré siempre de hacértelo saber".

El fiscal de Instrucción Capital, Distrito 3, José Alberto Mana, indagará la próxima semana al asesino para avanzar en la condena. Y se está progresando en los peritajes de la escena del crimen, la recolección de testimonios y el estudio de los celulares.