Es cierto que la semana transcurrida podría calificarse como otra de las peores del Gobierno, si fuera por la casi totalidad de los indicadores económicos. Pero si es por los índices de un escenario grotesco, surrealista, se antepone imaginarla como una escena de Monty Python, el grupo de comedia británico que llevó al paroxismo parodias, entrevistas y sketches sobre la farsa de un contexto político.