No hay serie de viajes en el tiempo que incluya la certeza de la bandera a cuadros. Justamente parte del encanto de la segunda temporada de The Lazarus Project (reciente estreno de Universal+) es que se constriñe a tres semanas en bucle hasta que el universo explote. La producción británica es la última en sumarse al selecto club de ficciones que hacen de la historia un chicle siempre masticable (Quantum Leap, Dark, The OA, El Ministerio del Tiempo). George (Paapa Essiedu), el último agente del proyecto en cuestión, antepuso revivir a Sarah (Charly Clive) y por ello pone patas a toda la humanidad.
En definitiva, el mundo que ha quedado atrapado
en un loop en el que es destruido una y otra vez por una combustión de agujeros negros. El protagonista ha caído en
desgracia, pero está decidido a redimirse y recuperar la confianza de reparar
las cosas antes de que todo se desmadre... una vez más. Ahora su amada se sumó
al proyecto y George se convirtió en paria. Ocho episodios para seguir esta cinta de Moebius convertida en ficción.