El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el Presidente Javier Milei, se encuentran virtualmente empatados en términos de imagen pública, de acuerdo a la última encuesta de la consultora Zuban Córdoba, difundida este domingo.

El politólogo Gustavo Córdoba, uno de los responsables del estudio, conversó brevemente con Buenos Aires/12 sobre las lecturas políticas que se desprenden de estos números.

Sostiene, entre otras cosas, que la oposición, para ser competitiva, debería armar una coalición amplia, que todavía no se observa un liderazgo nacional opositor o alternativo y que los que apoyan a Milei puden pasar "del amor al odio en un instante" cuando la macroeconomía vuelva a golpear los bolsillos. Opina que buena parte del sistema político ya actúa en función de ese escenario. 

La encuesta es la ya clásica “Domingo de datos”, que Zuban Córdoba publica un domingo al mes. Esta última fue realizada los días 15 y 16 de julio pasados, con el método computer assisted web interviewing (CAWI), sobre una base de 1400 casos, con un margen de error de 2,6 puntos.

El empate virtual da 43,6 de imagen positiva para Milei y 43,2 para Kicillof.

Mientras Kicillof va por su segundo mandato como gobernador de una provincia altamente compleja y antes fue diputado y ministro de la nación, Milei saltó en apenas dos años de panelista televisivo a Presidente, con una brevísima escala en la Cámara de Diputados.

Sin embargo, Gustavo Córdoba sostiene que "la imagen de Milei es casi igual a la del mes pasado, a pesar de toda la turbulencia financiera y cambiaria. Esto se debe a dos cosas: que aún no se observa una alternativa nacional y que se mantienen ciertas expectativas o ilusiones de recuperación económica. Una caída más pronunciada dependerá de estos dos factores". 

El podio que nadie quiere ocupar, el de las mayores imágenes negativas, lo encabeza el senador nacional y presidente de la Unión Cívica Radical Martín Lousteau (67,9), seguido por el expresidente Mauricio Macri (63,6) y el recién asumido ministro Federico Sturzenegger (60,5).

Otro apartado del informe muestra un divorcio importante entre las prioridades o preocupaciones de la gente y la prioridad que el gobierno les asigna a esos mismos temas. El 50,2 cree que al gobierno de Milei no le importa la educación pública y el 50,3 cree que directamente no le importa la democracia. Curiosamente, apenas el 14 cree que al gobierno libertario no le importa la salud pública.

En términos políticos, el informe resalta que mucha gente, cerca del 50, estaría de acuerdo en acompañar una amplia coalición opositora, "a la francesa", como la que dejó tercera a la ultraderecha en las últimas legislativas, con el objetivo de marcarle un límite claro al gobierno.

A la vez, un porcentaje aún más importante (65,9) considera que “el odio y la intolerancia están aumentando”, lo que podría leerse como muestra de cansancio respecto del estilo “patotero de Twitter” del presidente, aún entre quienes lo acompañaron hasta hace poco.  

¿Podría el porcentaje de los que reclaman o desean una coalición opositora crecer hasta alcanzar el de los que reconocen el aumento del odio como un problema, es decir, hasta los dos tercios? 

Gustavo Córdoba entiende que sí. "Es más, esa coalición podría hacerse en defensa de la educación pública y la salud pública, dos temas que a la sociedad le importan mucho y percibe que al gobierno le importan muy poco. El problema es quién convoca a esos sectores, quién los junta. Hoy no parece sencillo".

Habrá que ver si fotos como la de la semana pasada, de diputados radicales y peronistas juntos en el acto de aniversario de la Democracia Cristiana, son una rareza o se vuelven cada vez más frecuentes.

Es la economía

En materia económica, el gobierno parece estar logrando un creciente consenso: el 66 por ciento, más de dos tercios de la población relevada, entiende que “la pobreza está aumentando en Argentina”. Es aritméticamente imposible llegar a ese número sin que se sumen votantes del oficialismo.

“El gobierno nacional transita uno de sus periodos de mayor complejidad económica donde el rumbo que implementó en diciembre, empieza a mostrar una inestabilidad creciente en materia cambiaria y financiera”, afirma al respecto el informe que acompaña los datos.

Aunque, reconoce, "esa inestabilidad, sin embargo, aún no encontró un correlato demasiado profundo en la opinión pública", de manera que los números de podrían empeorar en lo sucesivo. De hecho, entre las "luces de advertencia", menciona que "el control del precio del dólar por parte del gobierno preocupa aún más".

Concluye con una advertencia: "Es un fenómeno que ya vimos en los dos gobiernos anteriores. La inestabilidad es seguida por un rebrote inflacionario, al que le sigue un desgaste en la opinión pública. Un semáforo al que el gobierno debería prestar atención".

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