En los últimos días el tema de los cánticos racistas del vestuario argentino luego del triunfo en la Copa América, fue el tema predilecto. Ni la cercanía de París 2024 y la endeble ayuda recibida por el deporte amateur, consiguieron mover tanto el amperímetro del interés general.
De golpe la eyección del Subsecretario de Deportes por el mismísimo Presidente, copó la atención de todos. El motivo de la defenestración parece simple: intentó hacer que los integrantes del seleccionado, junto con su capitán, pidieran disculpas por aquellos cánticos.
En el deporte parece que hay mucha gente feliz por la resolución presidencial, la que quizás debió llegar varios meses antes, cuando el Subsecretario recortó becas e hizo veladas amenazas desde el poder a deportistas y técnicos que se quejaron de eso. Claro que ellos no eran tan conocidos ni poderosos como los futbolistas.
Tampoco importó en aquel momento, el escaso currículum deportivo del Subsecretario antes de asumir ese cargo, aunque ese parece ser un tema menor para la mayoría de las administraciones.
Por ahora no hay nada más de esta situación, que puede ser considerada tanto anecdótica como profunda. Tampoco quiero aburrir con más letanías a los que se interesan realmente por nuestro deporte.
* Ex Director Nacional de Deportes.