La interna entre el macrismo y el bulrrichismo en Pro se tensa cada vez más. La ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, aseguró ayer que "la línea divisoria es ser opositor o ser oficialista", en momentos en los que los seguidores del ex presidente y fundador del partido, Mauricio Macri, imponen la necesidad de marcar diferencias con el gobierno de Javier Milei para no ser absorbidos ni perder terreno electoral. Además el macrismo aprieta las clavijas en la cámara de Diputados al no obtener respuestas del oficialismo en iniciativas acordadas a inicio del período legislativo.
"En la Argentina la gran división no es el PRO, el radicalismo, es si estás y vas a apoyar al Gobierno porque consideras que está llevando adelante los cambios de fondo que la Argentina necesita o si vas a estar mirando cada cosa que hace el gobierno de manera especulativa o crítica. No es un problema del PRO, le cabe a todas las fuerzas políticas", señaló Bullrich intentando patear la pelota para afuera, pero presionando internamente una vez más por definiciones y acrecentando las diferencias con Macri. El acuerdo del macrismo de acompañar al oficialismo llegó hasta la aprobación de la ley Bases y la renuencia de tratar en Diputados los proyectos de Pro le pusieron intensidad negativa a la relación.
Macrismo y bullrrichismo llevan un largo tiempo de enfrentamiento interno. Apenas Bullrich aceptó, no sin dificultad, el tercer lugar y la derrota que significó como compañera de fórmula de Luis Petri bajo el ala de Macri en las presidenciales de 2023, decidió saltar de bando. Sin acodar con su partido, se cortó sola y anunció el apoyo de la fórmula a la de La Libertad Avanza que encabezó Milei y fue acompañado por la negacionista del genocidio durante la dictadura, Victoria Villarruel. A partir de allí, Bullrich profundizó sus intenciones y comenzó a promover que Pro ingrese a LLA y se disuelva. Pero encontró en Macri a su mayor rival, ya que mantiene una mano firme sobre el control del partido bajo la idea de no morir en LLA, sino intensificar sus diferencias para subsistir, prueba que tendrán en las elecciones legislativas del año próximo.
El conflicto se ahondó el martes pasado cuando el presidente de la Cámara Baja, Martin Menem, hizo acuso de recibo de un comunicado del bloque de Pro firmado por el jefe de la bancada, Cristian Ritondo y por la secretaria parlamentaria, Silvana Giúdici. En el documento le exigían la devolución de gentileza por haber apoyado la ley Base al hacer hincapié en el esfuerzo realizado "arduamente" para "impulsar las transformaciones que el país necesita", a la vez que le exigieron "una favorable y pronta respuesta", al tratamiento de al menos quince iniciativas "históricamente impulsadas". Esto sucedió una vez que Bullrrich señalara públicamente que LLA "ya absorbió" al electorado del PRO.