La cita con Fayez Saqqa es en Belén --Palestina-- frente a la iglesia de la Natividad, levantada donde habría nacido Jesús. Tiene 71 años y es dirigente de Al-Fatah, principal partido de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), hoy al frente de la Autoridad Palestina (AP) que tiene el poder en Cisjordania. Es diputado del Consejo Nacional Palestino que tiene representantes de Gaza y Cisjordania, el cual no funciona hace años por la desconexión entre los dos fragmentos de Palestina, y por la ruptura entre la OLP y Hamas que dio un golpe de Estado y exterminó a los moderados. Se define miembro de un movimiento de liberación nacional cercano al concepto de izquierda socialista: “Si no soy ultranacionalista ni religioso, comprendí al ser joven que la solidaridad internacional a nuestra causa siempre vino de la izquierda; en la OLP conviven líneas que van de la izquierda a la derecha”. Estudió geología en la Universidad Complutense de Madrid y habla con un acento madrileño apenas raro.

Desde el año 2000, Saqqa participó de la Segunda Intifada como dirigente político: “Habían tirado un obús de tanque a una casa que empezó a arder; estaba tratando de salvar a los niños y los israelíes me dieron con una esquirla en las costillas que se detuvo a un centímetro del corazón”. Su padre fue dirigente sindical comunista en Galilea y su madre ama de casa que iba a la iglesia los domingos: “Soy de una familia católica; estoy bautizado y mis hijos también; aquí en Belén la mitad de la población es cristiana y en la OLP muchos lo son, además de ateos y musulmanes”. Sus padres vivían en Nazareth --hoy Israel-- cuando fuerzas israelíes los expulsaron en 1948 y vinieron a Belén, donde nació Fayez. Como todo palestino, tiene un deseo intenso de hablar pero también de mostrar: propone que la entrevista sea caminando. 

--Toda lucha tiene distintos planos y uno es el simbólico. Jerusalén está embanderada con la estrella de David, pero un simple banderín palestino está prohibido. Aquí en Belén ya he cruzado a Palestina pero sigo viendo banderas de Israel. Por ejemplo arriba de esa colina con hogares amurallados.

--Estás viendo la colonia israelí Gilo; siempre buscan el punto más alto de la topografía y plantan su bandera. Ese monte era el pulmón verde de Belén, a donde yo iba de pequeño a hacer barbacoas en un pinar; en 1996 lo confiscaron para construir la colonia; mi familia tiene terrenos un poco más abajo, 7000 metros cuadrados de olivares y ya llevamos 12 años sin poder recoger una aceituna; no nos dejan entrar porque la consideran “zona de seguridad”; no dejan acercarse a nadie, aunque nuestra tierra está a cientos de metros de la colonia. Hacia donde vayas desde Belén verás las 23 colonias judías con 150.000 habitantes. Ellos van rodeándonos y comiendo tierra por todos lados. En esta provincia somos 300.000 pero la AP tiene bajo su control el 13 por ciento del territorio.  

--En el libro Tierra vacía: la arquitectura de Israel para la ocupación, Eyal Weizman explica que cultivar la tierra es un acto de resistencia de los palestinos. Hasta 1921 Palestina era parte del Imperio Otomano, que en 1858 hizo una reforma reconociendo por primera vez la propiedad privada de la tierra, que hasta ese momento era del sultanato: el sultán era el dueño del país. El nuevo criterio fue que la tierra sería de quien la trabajara. Y toda aquella sin cultivar en años, pertenecería al Estado. Belén quedaba en Jordania hasta que Israel invadió en 1967. La Convención de Ginebra dice que cuando un país ocupa a otro no puede establecer colonias permanentes: Israel ya instaló 144 sumando 720.000 colonos. Y el ocupante debe respetar el régimen legal de propiedad de la tierra del país ocupado: ese criterio islámico tiene que ser respetado por Israel.

--Esa estrategia de ir avanzando sobre la población palestina es la razón por la cual a mi familia no le permiten cultivar nuestras tierras: para que queden abandonadas. Luego de unos años, no serán de nadie y pasarán al Estado, que no es en los hechos el palestino, sino el israelí. Y sobre esos olivos centenarios implantarán una nueva colonia que necesitará un área más amplia de seguridad y cuarteles militares. El plan B a todo esto es menos sofisticado y más brutal: los colonos echan a balazos a agricultores y pastores que viven en soledad. Les queman las casas y les hacen la vida imposible hasta que se van. Luego viene el Estado con buldóceres y demuele todo para que no regresen. 

--Al recorrer la ciudad veo casi desde todo lugar al muro divisorio entre los dos países que en verdad son uno solo. Mide 9 metros de alto y está pintado con frases en árabe, otras como Free Palestine y hay murales que glorifican a jóvenes y niños muertos.

--Esta calle iba hasta Jerusalén; yo cruzaba caminando de joven, era un paseo. Ahora han puesto el muro y no se puede ir; tú sí puedes porque eres extranjero, pero yo no: soy palestino. Justo allá, del otro lado del muro, está la tumba de la matriarca Raquel, un sitio sagrado para el judaísmo, el catolicismo y el islamismo. Pero se lo quedó Israel y lo rodearon con el muro quitándonos una tercera parte de la ciudad. Y desde esa torre cilíndrica que ves ahí han asesinado a palestinos, incluyendo a un niño de 12 años que hace pocos años tomó una piedra para tirarla y lo mataron con la mochila del colegio puesta. Ten cuidado porque estos disparan antes de preguntar, no les tomes fotos.

--¿Qué es ese arco en la calle con el monumento de una llave de 10 metros de largo junto al muro?

--Es la entrada al campo de refugiados Aida creado en 1950 con palestinos expulsados por el ejército israelí de 17 pueblos y ciudades. Cada cual trajo la llave de su casa a la que nunca pudieron regresar y la atesoran a lo largo de tres generaciones. Es la “llave del retorno”.  

--A 70 kilómetros de acá, en Gaza, ahora están muriendo personas por decenas. Escuchamos pasar los aviones bombarderos.

--Yo estoy en contacto con Rafah; todo el tiempo escucho noticias horribles; muchos de mis amigos han perdido la vida, gente que no tiene nada que ver con Hamas. ¿Tú crees que los que mueren en Gaza tienen algo que ver con Hamas? Muy pocos son familiares de gente de Hamas y en todo caso, la esposa o hijos del militante no son responsables de nada. Conozco gente en Gaza que eran laicos de la izquierda más dura: murieron por bombas israelíes con su familia, aunque eran perseguidos por Hamas. 

--Israel aduce que Hamas los usa de escudos humanos.

--Quien conoce Gaza sabe que tiene 350 km2 y está habitada por 2,2 millones de personas y no hay a donde ir; los militantes de Hamas no tienen montañas o selvas para esconderse; están en sus casas y calles. Esa excusa es absurda, cada bomba que tiran mata gente porque siempre hay gente en todos lados. Hay una guerra entre un ejército de los más poderosos del mundo contra una resistencia de hombres con armas ligeras y mucha voluntad de defender su causa. Usted sabe que más del 70 ciento de los gazatíes llegaron en 1948 --hoy están sus hijos y nietos-- luego de ser asesinados y despojados en el actual Israel. Y los han metido en un gueto; hay motivo para pensar en defenderse, eso es humano. Desde 2007 Gaza está bloqueada y muchísima gente no ha podido salir nunca; eso crea un sentimiento de venganza o de lucha; no se puede mantener a un pueblo en una jaula cerrada por tierra, mar y aire.  

--¿Cómo asimila el 7 octubre de 2023?

--Hay muchas interpretaciones posibles, pero es algo que se nos escapa. Una personal es que quizá, ante la negativa de soltar a presos palestinos, los grupos que organizaron el ataque a Israel iban a hacer una acción más pequeña secuestrando soldados para canjearlos. Pero todo resultó tan fácil que entró mucha gente suelta detrás de ellos y todo se desmadró por fuera del plan. Es una posibilidad. Pero políticamente nosotros no podemos defender el asesinato de civiles. Hay que entender la acción en el contexto de décadas de muerte de palestinos, sin que la comunidad internacional hable del secuestro los 8000 presos levantados de sus casas; los han torturado y asesinado. La OLP no ha aplaudido la acción de Hamas. Al mismo tiempo entendemos que tanta presión se iba a escapar por alguna parte: eso es física pura. 

--Lo comprimido explotó de la peor manera.

--Y entonces no puedes controlarlo. Nosotros no entendemos cómo pudo pasar eso. Personalmente conozco bien el tema de la resistencia por mi trayectoria personal y es muy complejo llevar a cabo un plan como el de Hamas, si realmente fue concebido tal como sucedió. ¿Cómo han podido hacer eso con medios tan elementales? Quizá algún día lo sabremos.

--¿Israel tiene derecho a la reacción que ha tenido?

--Tiene la capacidad, no el derecho. Nuestro pueblo palestino lleva 76 años siendo masacrado, ocupado, expulsado mediante limpieza étnica y también tenemos derecho a defendernos según el artículo 51 de carta de la ONU.

--¿Si hubiese un acuerdo de paz e Israel reconociese a un Estado palestino implicaría que esas colonias se tienen que levantar como sucedió en Gaza? Mi impresión es que las instalan para quedarse siempre.

--Es evidente que si hay un arreglo pacífico, todo lo que se ha tomado a la fuerza tienen que devolverlo.

--El ejército israelí tiene miles de militares en Cisjordania: entran a diario a ciudades y pueblos generando heridos o muertos, secuestrando sin orden judicial.

--La vida bajo ocupación militar es insoportable. Se instalan con patrullas a metros de la casa del presidente Abu Mazen a modo de intimidación. Hace una semana, en mi barrio, asesinaron a un joven en su propia casa; lo mataron y se lo llevaron, lo vi desde mi terraza. Los acusan de pertenecer a la resistencia, que no es solo Hamas. En las cárceles, más del 60 por ciento son de Al-Fatah. Si descubren que publicaste algo contra Israel en las redes, te vienen a buscar. Sobre todo si se dan cuenta que tienes conexión con el mundo exterior. A mí me podrían meter preso por una entrevista.

--¿Usted reconoce al Estado de Israel?

--En el momento que reconozcan mis derechos, así será.

--¿Hasta qué punto la religión es central en el conflicto?

--Este no es un conflicto religioso entre judíos y musulmanes: es superficial verlo así. Israel ha usado la religión para justificar lo injustificable. Es entre israelíes y palestinos. En todos los partidos palestinos hay cristianos, menos en Hamas. Aquí no existe esa distinción religiosa relacionada con la política. Al crearse el Estado de Israel, el 30 por ciento de los palestinos eran cristianos: han sufrido y sufren lo mismo que todos. Un argumento sionista fue el derecho divino, considerando a Palestina un sitio despoblado, mientras había un pueblo errante por el mundo que reencontró su tierra abandonada y vacía. Ahora usan al extremismo islámico para justificarse. Palestina era un sitio poblado y próspero en agricultura y turismo religioso; los puertos de Haifa y Jaffa eran muy importantes en el Mediterráneo. No éramos un puñado de beduinos llegados de Arabia. Aquí vivían judíos y eran ciudadanos normales; cuando España los expulsó en 1492 muchos vinieron aquí. Y desde Alemania en la primera mitad del siglo XX: cuando los perseguían se venían a vivir el mundo árabe. Son monoteístas; según la cultura islámica, son la gente del libro sagrado: no se los puede perseguir.

--La acusación de antisemitismo brota a cada critica.

--¿Quiénes son los semitas? ¿Nosotros o los que vinieron de Polonia, Rusia, Francia, Inglaterra y EE.UU.? Ellos no son semitas: esos son bulos que usan para engañar a opinión pública. Israel es la base militar más grande del imperialismo moderno: usan a los judíos para defender intereses de EE.UU. y el Reino Unido. Si no fuese por eso, con los judíos no tenemos ningún problema. Por eso el conflicto no es religioso. Nadie de nosotros persigue la limpieza étnica, exceptuando algún fanático. Pero no son la mayoría de nuestro pueblo. Después de lo que ha hecho Israel en Gaza, la posibilidad de convivencia se ha debilitado muchísimo. Es una pena. De haber aplicado el Acuerdo de Oslo y de tener un Estado palestino, nada de todo esto hubiese sucedido. Pero soñábamos tontamente que después de la retirada de Israel de los territorios ocupados, nos íbamos a complementar viviendo en paz.

--Existe evidencia histórica de que desde 1948 el movimiento sionista se proponía controlar el Gran Israel bíblico, que incluye Gaza y Cisjordania. En los hechos, lo están controlando completo. Y no hay indicio de que algún día se vayan a retirar: avanzan con nuevas colonias. El conflicto será eterno.

--La política de Israel siempre fue ganar tiempo para avanzar. Al único que entendió la gravedad de esto --Yitzhak Rabin-- lo asesinaron. Con Arafat iban a llegar a un acuerdo, no perfecto pero aceptable para los palestinos, quienes votamos a favor. La oferta nuestra está desde el 2002, cuando en el Líbano se reunieron los países árabes e hicieron una propuesta de paz con reconocimiento mutuo a cambio del Estado palestino. Israel lo rechazó.

--Ellos dicen que fueron ustedes.

--En aquel momento, a Arafat lo tenían encerrado en el Mukata, el palacio de gobierno. Pero la OLP lo firmó. Ya hemos hecho un striptease ante Israel: ¡Por lo menos que nos dejen la hoja de parra! Cisjordania y Gaza son apenas una tercera parte de la Palestina histórica. Habíamos aceptado que dos tercios del territorio sean de Israel. ¡Pero por favor, déjennos vivir! En Gaza han asesinado a 40.000 personas; ¿qué pretenden? ¿Ganar tiempo y asesinarnos a todos? El mundo no lo va a aceptar. ¿Esperan que nos vayamos? Hoy por hoy, entre el río Jordán y el mar hay la misma cantidad de palestinos que judíos. Pero nosotros tenemos muchos más hijos: la demografía va a cambiar. Se están jugando mucho en un destino que no los va a beneficiar en el futuro. No hay nada mejor que la paz. Pero Israel quiere mantener la ayuda de EE.UU. y Alemania; son miles de millones de dólares al año con el pretexto de la amenaza de Hamas, quienes luchan en sandalias y no tienen ni una Land Rover. Los palestinos somos la excusa para que Israel siga recibiendo ese apoyo. EE.UU. lo paga generosamente, a cambio de no tener que mandar soldados para controlar la región. Ya nadie, salvo los sionistas, cree que queremos echar a los judíos. Ni siquiera los que fuimos militantes de los más duros hablamos de eso nunca. Queríamos una liberación de Palestina para que los palestinos pudiesen volver a su casa. Y los judíos que se queden. ¡Pero no en mi casa! Que se construyan una al lado. Nadie habló de expulsarlos, salvo un locutor de una radio egipcia que dijo que había que echarlos al mar. Eso fue una forma de propaganda dirigida hacia Europa, pero nadie aquí nunca quiso eso.

--La sociedad israelí parece radicalizada y enceguecida de etnocentrismo. Los pacifistas son una minoría de izquierda.

--El sionismo es supremacista, dice “somos mejores que los otros”. Uno de sus ministros dijo “¿Quiénes son los infieles para decirle al pueblo judío lo que tiene que hacer?”. Y los “infieles” son el resto del mundo. Esto les causará graves consecuencias. Quizá los palestinos empiecen a pensar que no existe ninguna posibilidad de convivencia y eso es gravísimo. Los israelíes deben entender que si tu padre ha matado a mi padre o a mi hijo, cómo pretendes que en el futuro conviva contigo. Los israelíes tienen que buscar la manera de convivir con el mundo árabe, así como entre alemanes y franceses ya no hay odio.

--¿Netanyahu es el gran responsable de esta deriva fatal?

--Simboliza el sionismo más duro. La dinámica dentro de la sociedad israelí es terrible. Nadie habla de paz, llevan mucho tiempo sin hacerlo. Ahora dicen que van a aumentar la presión sobre la Autoridad Palestina para que se derrumbe. No nos transfieren la recaudación de impuestos de importación que nos corresponde --lo pagan importadores palestinos-- y los funcionarios estamos cobrando la mitad del sueldo. ¿Si se derrumba la Autoridad Palestina, quién viene detrás?

--¿Quieren generar el mismo proceso de radicalización palestina que Netanyahu impulsó en Gaza y tener la excusa para no dialogar y exterminar?

--Exacto. Para seguir justificándose. Eso es muy duro.

--¿Qué cuota de poder del Estado manejan ustedes?

--Toda la administración, teóricamente. Pero usamos la moneda israelí porque no nos permiten tener una propia. No controlamos el manejo del agua: desde 1967 lo tiene una empresa israelí que nos la cobra a precio oro, mientras a los asentamientos la envían gratis. El pozo está en Cisjordania, es nuestra agua. Y nos dan una octava parte de la que recibe un colono israelí. En verano nos “morimos” de sed. En Gaza reciben la electricidad desde Israel, al igual que el agua: y se las cortan cuando desean como castigo colectivo.

--¿Estos son ejemplos de apartheid?

--La ONU tiene todo eso documentado. Pero nadie se atreve a decir que esto no puede seguir así. Porque EE.UU. está en el medio y Alemania quiere compensar a los israelíes por las brutalidades que les hicieron. ¡Que les den Baviera en compensación! ¿Por qué les dan armas para matar palestinos? Es ilógico y brutal. ¿Tenemos que ser nosotros la escoba de lo que han dejado ellos? EE.UU. tuvo su experiencia en aniquilar a sus habitantes originarios y los gobiernos de Israel les dicen: “ustedes crearon ese imperio asesinando a los pieles rojas; nosotros tenemos derecho a hacer lo mismo”.

--Entrevisté a un intelectual latinoamericano, judío de izquierda a favor de devolver Cisjordania, quien vino en los '90 a vivir a un kibutz. Aspiraba vivir en el campo en una forma de socialismo judío, en paz. Y me dijo “fue todo lo contrario: al final me vine a Jerusalén, no vivo en socialismo ni en paz, temo que mi hijo tenga que ir a la guerra y gobierna la ultraderecha; quisiera irme”. Para colmo su hijo desea ser soldado. ¿Qué le diría a ese hombre?

--Que no debe abandonar el país ni sentirse derrotado; que siga luchando por la idea de la convivencia. Conocí a muchos en Europa que fueron a Israel pensando en el socialismo y las granjas colectivas: la mayoría se fueron defraudados. Dile a tu amigo que no se vaya. Y que hable con su hijo.