Cuando El bebé de Rosemary se estrenó en junio de 1968, el mundo que presenció el film de Roman Polanski era el del Mayo Francés, la estela del Che en Bolivia, Vietnam y los Beatles. Cincuenta y seis años después, el mundo virado a la ultraderecha, Donald Trump, Ucrania y los streamers es el que asiste a la precuela de una obra maestra del horror psicológico. Paramout+ estrenará Apartment 7A el próximo 27 de septiembre. El título remite al séptimo piso del edificio Bramford, el escenario de la novela original de Ira Levin. La nueva película recrea hechos anteriores a la llegada de Guy y Rosemary, los personajes de John Cassavetes y Mia Farrow en el clásico polanskiano.
Un embarazo problemático
Por si hubiera un cinéfilo neófito en El bebé de Rosemary que se asoma a estas líneas, va una breve síntesis, sin caer en el pecado mortal del spoiler (llevado al paroxismo con la traducción no literal de Rosemary's Baby que se comercializó en España y que insinúa el final de la película). Guy Woodhouse es un actor de teatro que se instala con su esposa Rosemary en el edificio Bramford, a pocos metros del Central Park de Nueva York (los exteriores se filmaron en el edificio Dakota, en cuya entrada fue asesinado en 1980 su huésped más famoso: John Lennon).
Guy quiere ascender en la escena teatral y consigue un papel otorgado a otro actor, que acaba de perder la vista. Convence a Rosemary de ser padres. Después de comer un mousse de chocolate que le acerca un matrimonio vecino, ella se marea y cae desmayada. Al despertar, se encuentra con rasguños en el cuerpo y el recuerdo de un ser demoníaco que la violó. Guy le dice que, pese a su estado de inconsciencia, mantuvieron relaciones (lo que hoy se consideraría un abuso).
Poco después se confirma el embarazo de Rosemary, que es problemático para la joven, con dolores abdominales. Guy la convence de cambiar de médico y la presencia inquietante de los vecinos torna paranoico un relato que había comenzado al nivel de una comedia romántica. Rosemary llega al extremo de sospechar que los vecinos forman parte de una secta satánica y comienzan las ambigüedades respecto de si lleva en su vientre o no al hijo del diablo.
Un éxito diabólico
El éxito de la película convirtió a Polanski (que venía de filmar Repulsión, Cul-de-sac y La danza de los vampiros en Gran Bretaña y, antes, Cuchillo en el agua en Polonia) en un niño mimado de Hollywood, y posicionó a Robert Evans de Paramount como uno de los principales productores de la época. Se reunirían de vuelta en 1974 para Barrio Chino. En el medio, el director sufrió la muerte de su esposa Sharon Tate, asesinada en agosto de 1969 por miembros del grupo de Charles Manson. Tate estaba embarazada de ocho meses. Polanski (que estaba en Londres al momento del crimen) filmó una violenta versión de Macbeth en lo que fue su primer film después de haber adaptado la novela de Levin.
El bebé…también catapultó a sus protagonistas. Farrow (mucho antes de ser la musa de Woody Allen) venía de la televisión y en 1966 había ganado las tapas de la prensa del corazón por su matrimonio con Frank Sinatra, que le llevaba treinta años. De hecho, la película tuvo un ingrediente que acrecentó el interés antes del estreno: durante el rodaje, Sinatra (que no quería una carrera actoral para su joven esposa) le envió a Farrow los papeles de divorcio. Cassavetes fue nominado al Oscar por la exitosa Doce del patíbulo poco antes del estreno de El bebé.... Ambas películas le permitieron terminar Faces, una de sus obras maestras como director y piedra basal del cine independiente en los Estados Unidos. Ruth Gordon, que personificó a la inquietante Minnie Castevet, la vecina de Rosemary y Guy, se llevó el Oscar como actriz secundaria por su papel.
En medio del éxito, hubo una muerte que pareció sacada del guión. La música estuvo a carrgo del compositor y pianista de jazz Krzysztof Komeda, polaco como Polanski y responsable de las bandas sonoras de los cuatro largometrajes del director hasta entonces. En diciembre de 1968, Komeda, de 37 años, asistió a una fiesta y tuvo una disputa con el escritor Marek Hłasko, uno de sus mejores amigos. Hłasko empujó al músico, que cayó por un acantilado y sufrió heridas en la cabeza. Komeda quedó en coma. Sin posibilidad de recuperación, fue llevado a Varsovia donde murió en abril de 1969. Dos meses más tarde, Hłasko, de 35 años, mezcló alcohol y drogas en Alemania, y falleció, sin que quedara claro si era un suicidio.
La hora de la precuela
El bebé de Rosemary fue un puntal para el incipiente cine de terror mezclado con psicologismo, que en los años '70 tuvo como principales exponentes a El exorcista y La profecía. Ambas genararon una franquicia, pero la película de Polanski no había derivado en algo similar por fuera de la secuela Look What's Happened to Rosemary's Baby, una película para televisión de 1976 en la que actuó Gordon, la única del elenco original. Hasta ahora.
Julia Garner (Ruth Langmore en la serie Ozark) interpreta a Terry Gionoffrio, una bailarina que sueña con triunfar en Nueva York. A primera vista, es como Guy en la historia ambientada en 1965, sólo que su historia, ambientada en el mismo lugar, es anterior. Terry sufre una lesión que parece dejar trunco su deseo de éxito.
Allí aparece un matrimonio que la recibe en su apartamento en el edificio Bramford. Los personifican Kevin McNally y Dianne Wiest (esta última, compañera de Farrow en su etapa con Woddy Allen, en películas como Hannah y sus hermanas). No es cualquier pareja: son los Castevet (Sidney Blackmer y la Gordon en el original de Polanski), los futuros vecinos de los Woodhouse.
Tras instalarse allí, un productor de Broadway (Jim Sturgess, Across the Universe) le ofrece otra oportunidad de alcanzar la fama. Poco después, sucede algo de noche que Terry no puede recordar bien y comienza a pensar que hay algo muy extraño en el apartamento y en el edificio.
El elenco se completa con Marli Siu (Todo lo que sé sobre el amor), Andrew Buchan (Todo el dinero del mundo), Rosy McEwen (Blue Jean) y Kobna Holdbrook-Smith (Wonka). La película es una producción de Platinum Dunes / Sunday Night realizada en asociación con Paramount Pictures, en base a la novela de Levin. Natalie Erika James, la directora de Relic, se puso detrás de cámara y firmó el guión con Christian White y Skylar James.
Hay un guiño al comienzo de la película de 1968 que es lo que conecta ambos films: el personaje de Terry Gionoffrio aparece en El bebé... como huésped de Minnie y Roman Castevet y entabla diálogo con Rosemary. Pero avanzar más sería entrar en terreno de spoilers. Mejor ver o volver a mirar el clásico de Polanski y esperar al 27 de septiembre para saber si a Apartment 7A le quedó o no la vara muy alta.