Cuando la crueldad avanza como modelo social, las personas sensibles están más expuestas a las heridas. Murió ayer, a los 60 años, Marcelo Nocetti, locutor y periodista, divulgador infinito de la música popular, conductor de El canto del viento durante 30 años, hacedor de Sueñero por dos décadas, que durante 15 años transmitió desde el festival de Cosquín, el hombre que le puso su voz profunda al folklore, para encontrar nuevos valores, para enseñar desde los micrófonos a los consagrados, para impedir que la llama se apague. 

En las redes sociales se pudo apreciar el inmenso amor que cosechó durante tantas décadas de pasión por la música y las expresiones populares, y también durante años de mantener una integridad ética y política a través de sus programas, en los reportajes abiertos, en la insistencia para amplificar las voces más acalladas. Es recordada su cobertura de la represión policial a la rebelión de diciembre de 2001 en Villa Gobernador Gálvez, donde atestiguó el asesinato de Graciela Acosta frente al supermercado La Gallega. 

En los últimos tiempos conducía, siempre por LT8, el programa De ida y vuelta, de 19 a 21. Su salud sufrió un deterioro irremontable durante el último fin de semana, que tuvo el fatal desenlace ayer. Padre de cuatro hijos, con Painé, la mayor, compartió programas de radio desde hace décadas. La despedida fue en Caramuto, de 17 a 22, pero las muestras de afecto infinitas desde la incredulidad hasta el desasosiego se multiplicaron.  

La música popular fue el aire que respiró Marcelo Nocetti, que además de transmitir a los consagrados, abrió sus micrófonos para que los artistas de la ciudad difundieran una música que no encontraba tantos espacios, siempre firme en el camino de lo más difícil: lograr que los ríos subterráneos de la cultura latinoamericana sigan corriendo por las venas de una sociedad que a veces parece ignorarlos. 

Nélida Argentina Zenón fue una de las que expresó su dolor y agradecimiento en redes. "Querido Marcelo, gracias por lo que hiciste por la musica popular, por llevarla a su maxima expresion. ¡Defensor de las causas nobles! Conocedor increible de nuestro Folclore. ¡Y un gracias enorme por convocar siempre a los chamameceros! ¡Te vamos a extrañar siempre!", escribió la mayor exponente del chamamé de Rosario.

Las condolencias llegaron desde diferentes lugares, también desde Cosquín, donde manifestaron que "extrañarán sus transmisiones". Hubo saludos de artistas, periodistas, y oyentes que extrañarán esa voz potente, siempre atenta a los avatares de un pueblo que se expresa a través de la música y el canto que él enseñó a apreciar a varias generaciones.