Además del cántico racista de la selección argentina de fútbol, Francia tomó debida nota de la visita de diputados de La Libertad Avanza a genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad. Ocurre que entre los reclusos que recibieron a Beltrán Benedit y otros cinco diputados está Alfredo Astiz, que antes de haber sido condenado a perpetua en 2011 había recibido la condena en ausencia en Francia por la desapariciones de las religiosas Alice Domon y Léonie Duquet.

Jean-Pierre Lhande , de la Asociación de Franceses Desaparecidos en la Argentina y Sophie Thonon-Wesfreid, abogada de las familias de franceses desaparecidos en Chile y la Argentina (un rol que llevó adelante hasta su reciente fallecimiento el abogado argentino Horacio Méndez Carreras), firmaron una carta en la que denuncian "la intención de liberar" a Astiz, "responsable de la desaparición de monjas francesas durante la dictadura argentina".

En la carta, titulada "¡Francia no olvida!", recuerdan la visita del pasado 11 de julio al penal de Ezeiza, "con el pretexto inspeccionar las condiciones carcelarias de los detenidos", entre ellos Astiz, "oficial del Armada Argentina, que jugó un papel importante en la desaparición de las dos monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, en diciembre de 1977. Capturadas y torturadas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), fueron arrojadas vivas a las aguas del Río de La Plata, como muchos de los 30 mil desaparecidos durante la dictadura".

Lhande y Thonon-Wesfreid remarcan que "el verdadero propósito de esta visita fue, de hecho, asegurar a los condenados de que sus condenas serían pronto anuladas y que serían puestos en libertad" y recuerdan que desde la asunción de Javier Milei, el mandatario, "su vicepresidenta Victoria Villarruel, así como varios ministros y diputados de su partido, alimentan la intención de liberar a los criminales condenados".

También resaltan el repudio unánime a la visita que hicieron los diputados, en la que organismos de derechos humanos "ven el primer paso hacia la liberación de criminales de lesa humanidad y una revisión negacionista de una de las páginas más oscuras de la historia argentina".

Asimismo, destacan a importancia de la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en 2003, que permitió el juicio y castigo de los represores. 

"Mientras Javier Milei vuela a Francia, invitado por el el presidente Macron para asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, hay que hacerle acordar al presidente francés que el 16 de marzo de 1990, la Cour d'Assises de París condenó por contumacia a Alfredo Astiz a cadena perpetua por la desaparición de las dos religiosas", sigue la misiva, que también le recuerda al presidente galo que "actualmente se está llevando a cabo una investigación relativo a la desaparición, durante la dictadura argentina, de veinte ciudadanos franceses" y la frase de Alain Juppé como canciller de Francia en 1994, en ocasión de una visita a la Argentina, durante la impunidad de Astiz y el resto de los represores: “Francia no olvida”.

Así, la carta se cierra de este modo: "Ni los fastos de los Juegos Olímpicos ni las razones políticas o económicas deben hacernos olvidar la exigencia francesa de justicia"