La industria editorial atraviesa una crisis, incluso peor que la vivida durante la pandemia de COVID-19. ¿Las razones? Las políticas económicas del Gobierno nacional en general y el avance desregulatorio del sector por parte del Ministerio comandado por Federico Sturzenegger, en particular.

"Cuestiones como el precio de tapa, que tienen que ver, en primer lugar, con el papel y su crecimiento del costo; la dificultad para editar e indudablemente la inflación y las sucesivas devaluaciones, que hicieron que los libros aumentaran desmedidamente", puntualizó al respecto la escritora y propietaria de Céspedes Libros, Cecilia Fanti, en diálogo con la 750.

Si bien para la autora de La Chica del Milagro (2017) los números magros del sector son comparables a los de la etapa más dura de la cuarentena impuesta por la pandemia de COVID-19, hay una diferencia sustancial entre ese momento del país y el actual.

"En pandemia hubo mucha solidaridad, incluso en diferentes rubros. Es diferente con este Gobierno, que no tiene políticas culturales. En particular, para nuestro rubro no tiene políticas vinculadas con el libro y la lectura, o para democratizar su acceso para crear más y mejores lectores. Y al mismo tiempo asfixia a la industria. Por ejemplo, quien tenía un empleado lo despide y se pone solo a atender la librería, el que tenía cierto margen se empieza a achicar y el que no tiene margen por los costos fijos y alquileres, tiene que tomar una decisión y muchas veces es cerrar un negocio de muchos años", señaló Fanti. 

En esa línea, la dueña de la librería Céspedes, ubicada en el barrio porteño de Colegiales, se mostró "optimista" con el devenir de la industria del libro, aunque remarcó que en lo inmediato "no ve futuro" para el sector. 

"Lo cierto es que veo una industria en pie de dar pelea para defender lo nuestro. Hace años que venimos trabajando sin ayuda del Estado", enfatizó.

Por último, se refirió a los planes de Federico Sturzenegger al frente del ministerio de Desregulación y Transformación del Estado: "Ahora aparece un ministro que vuelve a insistir en que los libros están caros por culpa de la Ley de defensa de la Actividad Librera. Vuelve a instalarnos a nosotros como enemigos de la cultura y de los lectores. Lo que siento es el deber de atravesar este momento muy despierta y de defender nuestra industria", sentenció Fanti.