A dos años del ataque en el que fueron asesinadas Claudia Deldebbio y su hija Virginia Ferreyra, mientras esperaban el colectivo en Maestros Santafesinos e Ísola, familiares, allegados y amigos se reunieron ayer para homenajearlas y renovar la pintura de las estrellas rojas con sus nombres, en la plaza Rodolfo Walsh. La causa que lleva adelante el fiscal Patricio Saldutti tiene a varias personas detenidas e imputadas y se espera realizar la audiencia preliminar, previa al juicio oral. Además de renovar el reclamo de justicia y sacar el dolor a la calle, los familiares, acompañados por organizaciones, pidieron que no vuelva a suceder.

Después de la balacera cometida esa tarde del 23 de julio de 2022, Claudia, de 58 años, perdió la vida; mientras que Virginia, de 32, que era profesora de danzas y bailarina en la Sociedad Sirio Libanesa, falleció dos meses después en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde estuvo internada. Minutos antes del ataque, Claudia fue a acompañar a su hija para que tomara el colectivo, justamente para que ella no estuviera sola ante un posible hecho de inseguridad. 

Gustavo, el novio de la joven bailarina dijo ayer en Canal 3 que lo que pasaron fueron dos años “duros más que nada por la violencia de toda la situación; y el desamparo también”.  Y aseguró: “Hemos quedado en cierta medida solos”. Sobre el recuerdo que le queda de su novia, señaló: “Virginia dejó el legado, a mi entender, de mucho amor. Desde que ella no está, vive en todos nosotros; en creer que esto con amor se puede cambiar”.

En cuanto a la investigación que tiene a su cargo el fiscal Saldutti, Gustavo expresó: “Lo que sabemos es que se van a presentar las pruebas para que se dé una fecha de inicio del juicio”. En tanto, desde Fiscalía manifestaron que los imputados continúan en prisión preventiva efectiva por el plazo de ley; mientras que aún no se realizó audiencia preliminar, donde se presentarán las pruebas que llevará a juicio.

La causa judicial tiene cuatro personas acusadas, entre quienes se encuentra René Ungaro -detenido por varias causas provinciales y federales- y el preso de Coronda, Nicolás Martínez, como presuntos instigadores. En tanto, Fernando Cortez y su hijo Lautaro están señalados como partícipes en el ataque.

Según la investigación de Saldutti, Ungaro ofreció pagar 30 mil pesos por cada persona que falleciera en esa balacera, tal como publicó por entonces este diario. Así, la acusación indicaba que desde el complejo penitenciario de Ezeiza, Ungaro determinó y encomendó a Martínez, quien se encontraba preso en Coronda, "que organice la comisión" del ataque en la zona del complejo Fonavi Parque del Mercado. Para ello, Martínez reclutó a los otros dos imputados, padre e hijo, quienes actuaron junto con otros tres, no identificados. En el hecho, además, resultó herido un adolescente.

La acusación es por el delito de "homicidio doblemente calificado por precio o promesa remuneratoria y por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el medio empleado -uso de armas de fuego-; y tentativa de homicidio", en relación a una persona herida.