Javier MIlei y Victoria Villarruel tienen cuatro días para armar un plan de contingencia. El vínculo –admiten– está roto y ninguno trabaja para recomponerlo. La tensión es tal que desde el 9 de julio no se ven las caras; tampoco hablan por teléfono. La agenda oficial, sin embargo, los obligará a reencontrarse en público el próximo domingo. La inauguración de La Rural será el escenario de un incómodo momento, en donde el Presidente deberá ocultar su furia por los agravios de la vicepresidenta a Francia y Villarruel simular que no la afecta haber quedado virtualmente marginada del Gobierno. Por el momento, las señales de pacificación son mínimas. Es más, en su primera aparición pública tras el escándalo, la abogada se mostró inmutable: de visita por Catamarca, defendió sus declaraciones e ignoró las críticas del mandatario. “Las paso por alto”, lanzó.
El mensaje que califica de “hipócritas” y “colonialistas” a Francia sigue colgado y destacado en las redes sociales de la titular del Senado. “Victoria no borra sus tuits”, dicen a Página/12 en el despacho de Villarruel. “Tampoco comparte cualquier cosa”, agregan como chicana a la hiperactividad de Milei. Lo cierto es que la postura de la vicepresidenta es no dar el brazo a torcer. A pesar de que el Presidente calificó sus expresiones como “poco felices” y que la secretaria general de la presidencia, Karina Milei, fue personalmente a la embajada francesa a pedir disculpas, Villarruel no cede un centímetro.
Tras su polémica defensa del jugador Enzo Fernández –cuestionado por cánticos racistas, xenófobos y transfóbicos–, la vicepresidenta ratificó su publicación y explicó que su intención fue "defender a la selección argentina y a los argentinos”. “Todas las demás interpretaciones, la verdad que las paso por alto y no me ofendo", dijo. Así, de frente y sin zigzaguear, minimizó las críticas internas, incluso las de su compañero de fórmula.
La decisión de Villarruel es no retroceder en sus pasos y fingir que no existe conflicto alguno. “A nosotros no nos llamaron. No nos llegó ninguna queja”, argumentan en el entorno de la vice y aseguran que no hay comunicación con Presidencia. Ni para quejas ni para gestos de acercamientos.
Bajar un cambio
Después de muchas jornadas convulsionadas, en Casa Rosada intentaron ayer bajar un cambio. La idea es esconder las tensiones y dar por concluido el nuevo conflicto con el reencuentro el domingo en La Rural. Para Milei la batalla está en el terreno económico y las internas políticas son una pérdida de tiempo. Además, no quiere ofrecer una reversión de la disfuncionalidad del Frente de Todos. A contramano de lo que había dicho el lunes, el vocero Manuel Adorni sostuvo que las expresiones de Villarruel fueron "simplemente una pavada". "Hizo más ruido de lo que fue. No hubo nada malo ni generó ninguna rispidez", indicó y argumentó que se trató tan solo de un "comentario que "no representa la opinión del Gobierno".
Así, con cintura diplomática, Milei buscó apaciguar --una vez más-- la cíclica conflictividad que atraviesa el vínculo con su vice. En este caso, por el tuit contra Francia, pero meses atrás por habilitar la sesión del megaDNU, avalar el aumento de las dietas a los senadores o mantener contactos secretos con el expresidente Mauricio Macri. En suma, le reprochan desobediencia y el armado de una "agenda propia".
Sobre ese manto de desconfianza, se suman ahora las versiones sobre un supuesto acuerdo entre Villarruel y Macri por la conformación de la Bicameral de Inteligencia. La sospecha que abre una nueva disputa es que trabajan para ubicar al senador del PRO Martín Göerling al frente de la comisión.
Campo digital minado
En Balcarce 50 también miran con preocupación cómo la crisis interna escaló en el campo digital. La visita de la vicepresidenta a la Fiesta Internacional del Poncho en Catamarca fue motivo de ataque de trolls libertarios, que la acusaron de estar haciendo proselitismo junto al gobernador peronista Raúl Jalil. "Campaña política para instalarse en 2027, se nota mucho", le espetó un usuario. "¿La fiesta del poncho la pagamos nosotros?", le preguntó otro.
Como contraofensiva, las milicias de Villarruel remarcaron que ella visita distintos puntos del país, mientras Milei deambula por el exterior. Incluso, la vicepresidenta --sin un ápice de inocencia-- también destacó en sus redes sus asiduos viajes por el interior. "Enamorada de la Argentina. Recorrer sus pueblos, hablar con la gente, conocer nuestras tradiciones, abrazar compatriotas y difundir las actividades productivas", publicó el lunes en su cuenta de X, con imágenes que la muestran emponchada, saludando catamarqueños y con una chacarera de fondo. Argentinidad al palo, mientras el Presidente prepara las valijas para ir hoy a París, en lo que será su doceava excursión por el exterior desde que llegó al sillón de Rivadavia (ver aparte).
El otro episodio que encendió las alarmas en la Rosada fue el fuego amigo que recibió Karina Milei en su Instagram. La simple publicación de una nueva foto de perfil le valió una catarata de críticas por su enfrentamiento con Villarruel: "Te banqué hasta que te metiste con Victoria", "Siempre Vicky nunca Karina", "No te pongas en contra de Victoria por celos. Nadie te votó a vos".
El estallido interno llevó al influencer libertario Daniel Paserini (alias el Gordo Dan), hombre de confianza del asesor Santiago Caputo, a intentar calmar a su tropa con insultos. "Dejen de generar internas ustedes, pelotudos, ¿okey? No sean verdes, hermano", lanzó en su canal de streaming y concluyó: "Ya está. El Javo dijo que coincide en un 95 por ciento con la vicepresidenta y que van para adelante. Que esto es una boludez y literalmente no se define nada. ¿A qué están jugando, boludo? Esto va para la militancia nuestra".
Mensaje al campo
Más allá de la interna libertaria, en la 136 exposición en La Rural todas las miradas estarán puestas en los posibles anuncios que haga el Presidente. La expectativa del sector agropecuario es que haya novedades respecto a una baja en las retenciones. En el Gobierno, anticipan que por el momento la macro no permite eliminar los derechos de exportación. Ayer, el ministro de Economía, Luis Caputo, le pidió "tranquilidad" al campo y aseguró que pretenden bajarlas, pero que "la prioridad es el superávit fiscal".