El ex secretario de política económica, Joaquín Cottani, planteó las alternativas monetarias y cambiarias que enfrenta el gobierno. Descartada la dolarización prometida en campaña por falta de dólares (o por la presión de algunos grupos económicos que no la ven), las opciones son la dolarización endógena o la competencia de monedas.
La dolarización endógena es el particular nombre que da el presidente Javier Milei al actual programa económico de fuerte ajuste fiscal y monetario, con una devaluación prepautada del 2 por ciento mensual. Ante la falta de ingreso de dólares por créditos y la baja liquidación de exportaciones del agro, el ministro Caputo se ilusiona con que el deterioro de la situación económica obligue a la clase media y los empresarios a liquidar ahorros en dólares para mantenerse. De esa manera, la brecha se reduciría permitiendo eliminar el cepo mientras la inflación y la tasa de devaluación se igualan. En ese momento, la falta de emisión de pesos terminaría generando el uso de dólares en el día a día económico.
La actual política abre muchas incógnitas. La inflación superior a la tasa oficial de devaluación genera un encarecimiento en dólares de la economía local que estimula expectativas de devaluación. Ante esa situación el sector privado, aun cuando se vea obligado a desahorrar, puede desarmar plazos fijos y otras tenencias en pesos, en lugar de liquidar sus dólares. Aún cuando se cumplieran todos los pronósticos oficiales y se elimine el cepo en un contexto de estabilidad de precios, la falta de emisión puede llevar al uso masivo de billeteras electrónicas o la emisión de cuasimonedas, en lugar de una dolarización endógena.
Por su parte, la competencia de monedas se trataría de legalizar el uso interno del dólar para muchas operaciones que hoy se fijan en pesos. Como el Estado y el sector privado seguirían pagando sus sueldos en pesos, lo único que se dolarizaría son los precios, alquileres, créditos, entre otros. Ello podría incrementar la velocidad con que las subas del dólar se pasen a precios, tornando ese régimen muy inflacionario. En el corto plazo, la competencia de monedas implica levantar el cepo y dejar flotar el dólar hoy. El propio Cottani admite que la consiguiente devaluación impulsaría la inflación, pero lo ve como un costo necesario para restablecer la competitividad. Vale señalar que el gobierno sufriría un fuerte deterioro en su apoyo social, ya que el actual sacrificio económico exigido por la política de ajuste no tendría el fruto prometido de una baja en la inflación.
El debate entre dolarización endógena y competencia de monedas es en realidad el debate entre sostener la política actual de devaluación del 2 por ciento mensual, o realizar una brusca devaluación vía eliminación del cepo cambiario. La primera opción no es sostenible y la segunda no es deseable, por lo que el gobierno se va metiendo en un callejón sin salida aparente.