Durante los debates públicos por la Ley Ómnibus se mencionó muchas veces la cuota de pantalla como una herramienta virtuosa que le permitía al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) garantizar un espacio de exhibición para el estreno de películas nacionales en salas comerciales del país. Esta medida era implementada a través de la Ley 17.741 (t.o. 2001 y sus modificatorias): para cumplir con la denominada cuota de pantalla se debía proyectar una película nacional por sala, en todas sus funciones y al menos una semana por cada trimestre del año