Pese al saldo deficitario de junio, la balanza comercial energética fue positiva en el primer semestre por 2.758 millones de dólares. Un resultado poco común para la historia reciente, excepto en el 2020 pandémico, y un punto en común tiene el actual contexto con ese antecedente: la fuerte recesión interna que contribuye al ahorro de dólares vía una menor demanda de energía. Además está la producción de petróleo y gas en Vaca Muerta que alcanzó niveles récord y aporta divisas vía la sustitución de importaciones y mejora de las exportaciones gracias a las obras realizadas por la gestión Fernández.
La balanza energética tuvo un saldo negativo de 132 millones de dólares en junio, fue el primer rojo luego de diez meses consecutivos de superávit. Coincidió con el período de invierno en donde se enfrentan picos en la demanda energética, que el Gobierno debió salir a cubrir con las tradicionales compras de buques de GNL pese a que Vaca Muerta obtuvo una producción récord tanto en gas como petróleo este año. El déficit energético mejoró, de este modo, en 467 millones de dólares respecto a junio de 2023, según cifras oficiales de Indec.
En lo que va del año, la balanza en divisas de la energía fue positiva por 2.758 millones de dólares. Respecto al año pasado mejoró en 3.547 millones de dólares, y el Secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, salió a celebrarlo en su cuenta de X. Dos factores contribuyen a entender este resultado como menos “exitoso” de lo que presentan las cuentas oficiales. En primer lugar la fuerte recesión interna, que implica una caída general de las importaciones y en particular de combustibles porque cae la demanda energética en las industrias. En segundo lugar, el aumento de la producción de Vaca Muerta que redunda también en un ahorro de importaciones, pero este Gobierno puso en jaque el abastecimiento al suspender obras de infraestructura necesarias para un correcto traslado: la reversión del gasoducto del norte para transportar el gas y la ampliación del oleoducto Oldelval para exportar petróleo a través de los puertos de Bahía Blanca.
El Gobierno se benefició con las obras en Vaca Muerta realizadas en tiempo récord durante la gestión de Alberto Fernández, aunque no lo reconoce. Y debido a su obsesión por el superávit fiscal puso en riesgo el autoabastecimiento energético. Este invierno también compraron los tradicionales buques de GNL para garantizar la oferta energética, pero la gestión Milei se benefició por los menores precios internacionales.
De acuerdo a las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), al descomponer la variación de la balanza en divisas de la energía, se tiene que el efecto precio generó una suba de 348 millones de dólares y el efecto cantidades una suba de 3.198 millones de dólares en el primer semestre.
El principal aporte de dólares vino por el lado del ahorro generado por las menores importaciones, como se dijo, vinculadas a la producción de Vaca Muerta y la recesión interna. Por el menor precio de la energía importada se ahorraron 435 millones y por la menor cantidad de energía importada el ahorro fue de 2.092 millones, calcula el Iaraf. La suma da la cifra de 2.527 millones de dólares, que fue el ahorro en divisas por la vía de las importaciones, una caída del 55,1 por ciento respecto del primer semestre de 2023.
En tanto, en materia de exportaciones, las mayores cantidades vendidas compensaron el menor precio, siendo positivo el efecto sobre la balanza de dólares en 1.019 millones de dólares, una mejora del 26,8 por ciento respecto de los valores en el primer semestre de 2023. Se perdieron 87 millones de dólares por la caída de los precios y ganaron 1.106 millones por el incremento en cantidades, calcula el Iaraf.
Según algunas proyecciones privadas este año el superávit de la balanza energética podría llegar a los 4.000 millones de dólares. Así lo estimó la consultora Economía y Energía en un informe difundido en el mes de marzo. Las versiones oficiales apuntan a un dato más alto, en torno a los 5.000 millones de dólares. El dato contrasta con el rojo de 2022 de 4.400 millones de dólares para luego prácticamente equilibrarse el balance energético en divisas durante 2023. La importancia de las obras en Vaca Muerta, del impulso estatal y de que las mismas no sean privatizadas es innegable y más bien la porfía en no continuar algunas obras puso en jaque el aprovechamiento de la producción meses atrás. Restará ver cómo responde el balance en divisas, así como la oferta local de combustibles cuando el ciclo económico se normalice y la recesión –que tanto ayuda siempre al ahorro de divisas- sea un capítulo del pasado.